Thelma review

Thelma es una estudiante que conoce a Anja, su compañera de carrera. Entre ambas se entabla algo más que una amistad o camaradería. Esa incursión en lo más profundo de sus sentimientos provoca que Thelma descubra que tiene poderes fantásticos.

Título original: Thelma

Año: 2017

Duración: 116 min.

País: Noruega

Director: Joachim Trier

Guion: Eskil Vogt, Joachim Trier

Música: Ola Fløttum

Fotografía: Jakob Ihre

Reparto: Eili Harboe, Kaya Wilkins, Henrik Rafaelsen, Ellen Dorrit Petersen, Grethe Eltervåg, Marte Magnusdotter Solem


El amor retroalimenta lo perverso.

Que las mujeres tienen poderes es sabido por todo el mundo. No los voy a nombrar para no meterme en líos y no despertar a la bestia. Thelma (Eili Harboe) tiene uno bastante molón aunque puede llegar a ser peligroso, como nos cuenta esta historia explicada de manera triste, lenta y muy lejos de provocar en nosotros eso que denominamos vulgarmente terror. Pero no os preocupéis, la calidad de la cinta lo solventa todo, convirtiéndose en un gran ejercicio cinematográfico, que es en el fondo el motivo por el cual Joachim Trier se ha puesto manos a la obra.


Esa sucesión de imágenes que aparecen en pantalla de manera bucólica se tienen que apoyar en algo consistente. Una de las columnas de Hércules de esta película es una hermosa historia de amor entre dos mujeres. Habéis acertado, Thelma es una de ellas, concretamente la que representa la represión que arrastra de una familia muy religiosa y practicante. La otra es Anja (Kaya Wilkins), una chica mundana que inicia la relación en ese enamoramiento enternecedor.

A causa de esa represión, Thelma desarrolla un poder, heredado de sus ancestros, que la lleva, a través de un duro enfrentamientos con sus padres, a la redención.

Thelma es una estudiante que conoce a Anja, su compañera de carrera. Entre ambas se entabla algo más que una amistad o camaradería. Esa incursión en lo más profundo de sus sentimientos provoca que Thelma descubra que tiene poderes fantásticos.

Con cierto aire al filme Jack and Diane (Bradley Rust Gray, 2012), explica la historia sin ninguna prisa. El guion de Eskil Vogt y Joachim Trier es de altura con una mise en scene inteligente. La única pega de no desarrollar ese poder antes mencionado el cual, hasta casi la mitad de su duración, no sabemos exactamente en que consiste. El público en general, y el de terror en particular, tienen una ávida curiosidad, por lo que os tendréis que armar de paciencia, vale la pena esperar.

Encontramos también reminiscencias hanekianas en algunas escenas, sobre todo de la gran obra del director austriaco La Pianista (La Pianiste. Michael Haneke, 2001). La protagonista de ambos films tiene que luchar con la interiorización del dolor, la forma, como es lógico, es diferente.

Destacar, en el apartado más técnico, la fotografía de Jakob Ihre, tenue y suave como el terciopelo.


Uno de los puntos fuertes de Thelma son las interpretaciones. Para empezar una excelsa Eili Harboe, que llena completamente la pantalla. Le acompaña de manera magnifica Kaya Wilkins. En el resto del reparto Henrik Rafaelsen y Ellen Dorrit Petersen, como padres de Thelma.

Gran película para tomársela con toda la calma del mundo. No esperéis sobresaltos ni grandes escenas de acción o escabrosas. En cambio degustaréis un film hecho con mucho amor, parte imprescindible de toda la historia.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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