Título original: Final Destination: Bloodlines
Año: 2025
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Director: Zach Lipovsky, Adam B. Stein
Guion: Guy Busick, Lory Evans-Taylor (Historia de Guy Busick, Lory Evans-Taylor y John Watts)
Música: Tim Wynn
Fotografía: Christian Sebaldt
Reparto: Kaitlyn Santa Juana, Teo Briones, Rya Kihlstedt, Richard Harmon, Brec Bassinger, Tony Todd, Gabrielle Rose

Una saga que sabe reinventarse a base de humor negro y gore.
Entre el 2000 y el 2011, la saga Destino Final dio a los fans del género, cinco películas en donde se apostaba por muertes violentas, brutales accidentes y una mitología que se iba construyendo poco a poco. La quinta entrega fue un magnífico cierre a la saga y, desde entonces, hasta hoy en día, siempre se habló de continuaciones e incluso hubo rumores de una sexta entrega ambientada en el medievo.
Qué ofrecerán estos lazos de sangre.
Desde hace tiempo, la joven universitaria Stefanie sufre traumáticas e hiperviolentas pesadillas acerca de un accidente que jamás tuvo lugar muchos años antes. La única pista que encuentra en la pesadilla es un nombre: Iris. Para intentar resolver el misterio, y de paso acabar con esas pesadillas que le están haciendo la vida imposible aparte de hundirle la carrera universitaria.
Los descubrimientos, hechos en el seno de su propia familia, destaparán un grave peligro que pone en peligro su pervivencia como individuos y familia.
Los directores Adam B. Stein y Zach Lipovsky fueron los autores de Freaks, una de las mejores películas de mutantes fuera del universo X-Men, y demostraron ser capaces de exprimir inteligentemente hasta el último centavo del presupuesto. Con esta nueva entrega de Destino Final han dado un salto de calidad y cantidad que les convierte en un dueto creativo a la misma altura de los autores de Noche de Bodas o los últimos Scream: Matt Betinelli-Olpin y Tyler Gillet. Es curioso que uno de sus guionistas sea Guy Busick, autor de los guiones de las películas mencionadas de Betinelli-Olpin y Gillet, y es que junto a Lory Evans-Taylor son capaces de establecer un punto de arranque que no solo imbrica TODAS las películas anteriores sino que también funciona como un buen punto de (re)arranque de cara a futuras entregas.
Hay bastante inteligencia en esta entrega ya que tras la espectacular catástrofe – para el que esto escribe peleando cara a cara con el maravilloso accidente de aviación de la primera entrega – la película se centra en una suerte de saga familiar, claramente un punto fuerte de Guy Busick, ya que no necesita establecer relaciones entre personajes extraños sino explotar las tensiones entre unos y otros. Las muertes están de nuevo muy trabajadas, bien puntuadas por un trabajo de cámara y montaje que acentúa tanto la tensión como la amenaza en camino; los fans de la saga encontrarán guiños a las entregas anteriores que, como huevos de Pascua, recorren la historia.
Las interpretaciones son correctas, sin más, repleta de actores y actrices intercambiables, pero destacan el personalísimo rostro de Rya Kihlstedt como una matriarca perseguida por el destino, y la joven Brec Bassinger que consigue transmitir el horror de la futura catástrofe. La película está dedicada a Tony Todd, uno de los perpetuos de la saga, quien con su interpretación – improvisada ya que no tuvo guion - se despide del personaje y el público con su penúltima película antes de fallecer.
Destino Final: Lazos de Sangre no solo es una divertida y dinámica entrega de una saga que hace felices a los fans al saber reinventarse, sino también se convierte en un buen punto de “entrada” a un universo en el que todavía quedan muchas catástrofes que evitar/sufrir.
Firma: Javier S. Donate.
🎬 VOD
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