Zoo review


Karen y John son una pareja que asiste al desmoronamiento de su relación. Dentro de la casa la situación se va volviendo cada vez más insostenible, lo malo es que fuera se ha propagado una pandemia que convierte a la gente en verdaderos zombies. No les quedará más remedio que unir sus fuerzas para ver triunfar el amor.

Título original: Zoo

Año: 2018

Duración: 95 min.

País: Dinamarca

Director: Antonio Tublen

Guion: Antonio Tublen

Música: Antonio Tublen

Fotografía: Anna Patarakina

Reparto: Ed Speleers, Zoë Tapper, Jan Bijvoet, Antonia Campbell-Hughes, Lukas Loughran, Patrik Karlson, Danny Thykær, Per Löfberg


Zombies algo edulcorados.

Cuando alguien se plantea la realización de una película de zombies tiene dos alternativas, o tiras la casa por la ventana cual film de manufactura asiática (Train to Busan, I am a Hero) o haces algo tirando de originalidad y te quedas con el público (Les affamés, The Battery). Zoo va más por este último camino usando el ingenio sin casi mostrarnos nada. Los que ya estamos un poco hasta el moño de ver vísceras desparramadas y cadáveres a centenares tras un apocalipsis zombie, agradecemos que la cosa tire de humor.


Karen y John son una pareja que asiste al desmoronamiento de su relación. Dentro de la casa la situación se va volviendo cada vez más insostenible, lo malo es que fuera se ha propagado una pandemia que convierte a la gente en verdaderos zombies. No les quedará más remedio que unir sus fuerzas para ver triunfar el amor.

Antonio Tublen se adentra en el universo de los no vivos con bastante desparpajo, mostrándonos una historia repleta de ironía. El pretendido humor no llega a los niveles de la celebérrima Zombies Party (Shaun of the Dead. Edgar Wright, 2004) pero intenta entretener de la misma manera. Y decimos intenta puesto que se encuentra a faltar algo más de chicha, no en el sentido de ver sangre a raudales, sino algo más de acción y situaciones digamos que escabrosas. Las pocas que hay reafirman eso que hemos dicho, la necesidad de encontrar un buen número más de ellas. De todas maneras indicar que están muy bien resueltas y que juegan con la sorpresa a la hora de aparecer.

Tiene cierto aire teatral, no por el hecho de que tenga un único escenario, sino por la importancia vital que tienen los diálogos. Alguno pensará que eso desmerecerá algo el resultado final. Puede que tengan razón, pero hay que tener en cuenta que tampoco es una cinta cien por cien de zombies, cosa que puede decepcionar a más de uno, sobre todo a los recalcitrantes de un tipo de cine que por lo que parece se resiste a desaparecer aunque, como en este caso, se utilice como telón de fondo de algo un poco más profundo.


En las interpretaciones nos encontramos con algunos alicientes. Para empezar, y formando parte del dúo protagonista, Ed Speleers que este mismo año ha participado en The House That Jack Built (Lars von Trier). Su pareja de baile es las también británica Zoë Tapper. Del resto del reparto destacar a Jan Bijvoet, viejo conocido por ser el protagonista de la premiada Borgman (Alex van Warmerdam, 2013).

Para acabar decir que estamos ante un título que podríamos denominar como entretenido. Está a caballo de los dos conceptos que hemos comentado al inicio. De vosotros depende decidir si os decantáis por un lado o por otro.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan