Grand Piano review


Título original: Grand Piano

Año: 2013

Duración: 90 min.

País: España

Director: Eugenio Mira

Guión: Damien Chazelle

Música: Víctor Reyes

Fotografía: Unax Mendía

Reparto: Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter, Kerry Bishé, Allen Leech, Tamsin Egerton, Dee Wallace, Mino Mackic


Terror in crescendo, tu vida depende de una nota.

Quien no haya sentido alguna vez miedo escénico en su vida es que, o no ha hecho nada de nada, o ha sentido que sus tripas no han podido controlar ese sentimiento, que dicho así llanamente, es plenamente comprensible. A veces está justificado, sobre todo cuando tu vida depende de una sola nota.

A los que hemos visto películas de todo tipo, cuando estamos analizando una de nueva factura, nos vienen a la memoria otras que por algún motivo se nos han quedado en la memoria. En este caso me estoy refiriendo a El Fantasma del Paraíso de Brian de Palma, fantástica remezcla de otros films, pero que en un sucinto comentario, nos expone el terror entre bambalinas.

La erudición es el dominio total de una materia. Tal es ese dominio que aunque metas la pata, como es muy humano, no se nota o si pasa eso incluso se puede decir que estabas improvisando, es lo que tiene ser un maestro. A veces una equivocación puede dar lugar a algo novedoso o que nadie había pensado, la historia está llena de eso. Se produce entonces la contradicción de que se acaba alabando un error, pero ¿qué somos todos nosotros sino una casualidad o una imperfección? Por otro lado, la técnica, inventada por el hombre, no deja de ser la suprema búsqueda de la perfección a través de la eliminación de las equivocaciones, algo que como sabemos es imposible.

Tom Selznick es un pianista que decide reemprender su carrera tras cinco años de ostracismo. Al sentarse de nuevo ante un mítico piano de cola, lee unas palabras amenazadoras escritas en la partitura. A partir de aquí se produce una lucha entre su carrera y su vida.

Eugenio Mira se hace cargo de esta producción que tiene un magnífico guión de Damien Chapelle, el cual mantiene un ritmo vibrante, dejándote atrapado de principio a fin. Es de destacar el tempo, que no decae en ningún momento y la escenografía ya que prácticamente todo el film transcurre en la sala de conciertos. Comentar que para su realización se tuvo que silenciar tecla por tecla el instrumento, y es que el piano no deja de ser otro protagonista más de esta cinta, por eso no nos extraña el mimo que se tuvo con él, aunque al final acaba hechos unos zorros, es lo que tiene hacer una película de terror con algo tan delicado. Nuestro viejo, aunque joven amigo Elijah Wood da vida al pianista, a pesar de que no tiene mucha pinta de ello, pero ¿quién sabe el aspecto físico de ese tipo de personas?, mentalmente, y es una opinión personal, me los imagino de otra manera. Su actuación, no obstante, es destacable ya que sabe transmitir a la perfección la sensación de angustia que requiere su personaje. John Cusack le da la réplica adecuadamente aunque físicamente no podemos disfrutar de su presencia casi hasta el final. No me quiero olvidar de la aparición de nuestro amigo Jack Taylor, aunque sea solo testimonial y en los posters de promoción del concierto. Destacar, naturalmente, la música obra de Víctor Reyes, realmente excelente.

Para finalizar decir que es una obra que amplio espectro. Su target por tanto es muy amplio ya que no se ciñe exclusivamente al cine de género. Disfrutar de ella en la gran pantalla es una experiencia que recomiendo a todo el mundo. Calidad y entretenimiento a partes iguales, pero con cierta falta de contundencia.

Firma: Josep M. Luzán.