Entrevista a David Salgado, director del cortometraje Us-Her

Us-Her es una adaptación libre del cuento de Edgar Allan Poe, La caída de la Casa Usher. Alba y Pedro viven en una casa en ruinas. Tras la muerte de su madre reciben la visita de sus cuatro hermanos, Celia, Laura, Esther y Juan, quienes pretenden hacerse con su parte de la herencia, vendiendo la casa y repartiéndose el dinero. Pero la casa tiene otros planes...
Foto de Moncho Fuentes

Us-Her es una adaptación libre del cuento de Edgar Allan Poe, La caída de la Casa Usher. Alba y Pedro viven en una casa en ruinas. Tras la muerte de su madre reciben la visita de sus cuatro hermanos, Celia, Laura, Esther y Juan, quienes pretenden hacerse con su parte de la herencia, vendiendo la casa y repartiéndose el dinero. Pero la casa tiene otros planes...



¿Cuál fue el origen de Us-Her?

En 2019 terminamos El Rastro del Cazador, nuestra primera adaptación de una obra de Poe, concretamente El Corazón Delator. En ese momento ya tenía en mente llevar a cabo una adaptación de La caída de la casa Usher, pero las dificultades para mantenernos fieles a la ambientación que exigía la producción, y una serie de circunstancias que me mantuvieron alejado del medio durante algunos años, dejaron el proyecto en una especie de limbo. Aquella idea permaneció en mi cabeza, y en 2023, mientras rodábamos el cortometraje Terror absurdo. Una comedia horrible en dos actos, empecé a pensar en cómo resolver los problemas que nos impedían adaptar Usher; hasta que vi la solución en un cambio radical de la forma y que al mismo tiempo mantuviese el fondo, es decir, el poder de la casa y la maldición familiar como protagonistas.

Ante la imposibilidad de conseguir una casa fiel a la ambientación original, escribí el guion llevando la historia a otro extremo del tiempo y el espacio: de una mansión gótica en ruinas perdida en algún páramo anglosajón del siglo XIX, pasamos a una casa abandonada a la suerte que le espera tras la muerte de su propietaria, en pleno siglo XXI, a la luz del día, en cualquier pueblo que puedas encontrar en Galicia, y en manos de sus herederos. Así nacieron los seis hermanos, dos (los habitantes de la casa), como representación de los originales, Madeline y Roderick, sincronizados en su deterioro físico y mental con el abandono de la casa, y sus cuatro hermanos (una especie de «fuerzas invasoras») que se desprecian entre sí mismos tanto como desprecian a los dos habitantes de la casa, pero que han decidido unirse para hacerse con la herencia, vender la casa y volver a sus respectivas vidas con el dinero que obtengan tras la venta.

Así fue como surgió la posibilidad real para nosotros de adaptar La caída de la casa Usher.



¿Qué te atrajo del universo de Edgar Allan Poe?

Además de sus rasgos más reconocidos y celebrados (tanto literaria como cinematográficamente), lo que más fascinante me resulta de Poe es su capacidad para convertir la tristeza, el dolor, la frustración y la angustia en sensaciones físicas, en dolores tan visibles que casi podrían adoptar formas tangibles. Sus personajes vivos se encuentran siempre cercados por espacios que se estrechan, como si fuesen imaginados y desarrollados desde una tumba. Es ese aire insano, que hace de la vida de sus personajes un espacio en comunicación constante con el dolor extremo y la muerte (que suele derivar en odio y locura), el rasgo que más me atrae, especialmente a la hora de adaptar sus obras. Tanto en El rastro del cazador como en Us-Her, uno de nuestros principales objetivos fue presentar al público personajes vivos atrapados en el lugar de su muerte.



¿Cómo trabajaste esa tensión interna y continua que sobrevuela por el cortometraje?

Mediante el contraste más extremo que pude desarrollar, tanto en el guion como (muy especialmente) con el trabajo con los actores, que es el terreno en el que me siento más a gusto. Ese contraste visceral entre los seis hermanos que nació en el papel, fue la forma de materializar el personaje invisible y verdadero catalizador de la incomunicación y el odio entre los hermanos: la casa. Sobre el papel, se trata de cuatro hermanos que quieren vender la casa frente a los dos que habitan en ella y se niegan a marcharse. Esa situación (extraída directamente de las clásicas disputas familiares que surgen en las herencias a la hora de vender una propiedad que ha de repartirse entre varias personas), acentúa las diferentes personalidades de los personajes, que intentan unirse frente a los dos habitantes de la casa, pero que se distancian refugiándose en sus propias bajezas cuando la casa ejerce su poder como ente único que cerca a quienes entraron y no pueden salir.

De esta forma, a medida que el elemento sobrenatural se hace más visible, más dudas y recelos surgen entre ellos, más odio sale a la luz, y la tensión, que se alimenta de sí misma, crece de forma exponencial. A nivel de influencias alimenté esa tensión a base de la desconfianza colectiva que Carpenter utiliza en La Cosa, Buñuel en El Ángel Exterminador y Robert Wise en su adaptación de la novela de Shirley Jackson, The Haunting.



¿Cuéntanos el rodaje en interiores con un total de seis personajes en un espacio cerrado?

Para hablarte de esto tengo que ponerte en situación con respecto a la producción y sus jugadas sucias… jajaja.

Con el espacio interior de la casa ocurrió algo que ahora, una vez superados los problemas, puedo llamar anécdota, jajaja… Al terminar el guion y empezar la preproducción pensé que sería sencillo encontrar una casa cerrada, una de tantas que fueron heredadas por un grupo de familiares y que se han ido deteriorando con el tiempo, una de esas que abundan en Galicia; pero encontrar una que tuviese ese aspecto deteriorado y en la que al mismo tiempo se pudiese caminar con seguridad y tener luz eléctrica, y que sus dueños estuviesen dispuestos a alquilarnos no resultó difícil, resultó imposible, con lo cual tuvimos que recurrir a dos casas. En una rodamos los exteriores, la secuencia de la entrada a la casa y la secuencia final, y en otra todo el interior.

Ese interior —totalmente en ruinas— nos obligó a modificar gran parte del planteamiento inicial, en el que se mostraban más estancias de la casa, debido principalmente a tener que dividir la acción en dos casas, por lo que no podíamos arriesgarnos a mostrar fugas del interior hacia la salida que no se correspondiesen con la casa de los exteriores; eso fue lo que nos obligó a reducir el espacio interior a dos estancias y un pequeño pasillo que las comunica. Esto, que en principio supuso un problema serio a la hora de renunciar a la planificación inicial, el esquema de iluminación, las ópticas a utilizar, las posiciones de los técnicos de sonido y el Blocking que habíamos planeado, supuso una ventaja inesperada en cuanto a la narrativa, porque el meter a seis actores en un espacio tan reducido generó por sí solo la percepción de la casa como un personaje con voluntad propia. Es cierto que las dificultades para rodar en dos estancias tan pequeñas y con los techos tan bajos fueron muchas, y que lograr que los pocos movimientos que los actores podían llevar a cabo resultasen fluidos nos costó muchas más tomas por plano de lo previsto, además de la planificación adicional que tuvimos que plantear en montaje para salvar la ausencia de movimientos y planos generales en los que encuadrar a los cuatro hermanos visitantes enfrentados a los dos que habitan en la casa, pero la verdad es que salimos ganando, porque, como te decía, la sensación de encierro y dominio de la casa frente a los personajes que encierra en su interior se multiplicó. Por otra parte, el vernos obligados a renunciar a muchos de los planos generales nos dio la oportunidad de aumentar el ritmo de la historia mediante los primeros planos de cada personaje. Supuso más trabajo, pero esta circunstancia nos permitió mostrar más de cerca las reacciones y pensamientos individuales, tanto hacia sí mismo como de cara a la casa y el resto de los hermanos.

Lo cierto es que este fue un rodaje duro, tanto en una preproducción muy prolongada por los problemas para encontrar la casa, como en el propio rodaje en una casa que —como en la historia original— impuso su voluntad…



Destaca el tratamiento fotográfico de Us-Her.

En ese terreno —una vez que reconstruimos el set a nuestra medida gracias al trabajo en arte de Cris Amado, para que el director de fotografía ( Suso Bello ) pudiese contar con dos estancias— no tuvimos sorpresas derivadas de la «voluntad de la casa», jajaja, las ideas fueron claras desde el principio y pudimos mantenerlas firmes hasta el final. La fotografía debía servir en todo momento a la narrativa, y la narrativa forzaba a los personajes a un deterioro progresivo, incluso en los dos hermanos que viven en la casa. En cuanto los cuatro visitantes acceden al interior y la casa y los acontecimientos empiezan a mermar sus capacidades físicas y psicológicas, la fotografía se cierra sobre el aspecto de los personajes, que se muestran cada vez más cansados, como si en el tiempo (indeterminado) que pasan dentro hubiesen envejecido sensiblemente. En cuanto a los dos hermanos habitantes y a la propia casa, sus respectivos deterioros se sincronizan. Para esto (y para paliar la sensación de estar a pleno día en el interior) recurrimos a una constante en mi forma de ver y utilizar la fotografía en las historias que contamos: el claroscuro, soy un seguidor incondicional de Caravaggio y José de Ribera… jajaja.

En cuanto a Alba (Lucía Sá), el personaje que comparte su identidad con la casa, aparte de las influencias pictóricas, la clave está en su aspecto, a transmitir al público por su mimetización con la casa. La fotografía en general está pensada para mostrar un encierro que deriva en un lugar y unos personajes que se deterioran rápidamente, como si hubiese algo en el aire denso y polvoriento en el ambiente que se pegase a la piel, pero en la cara de Alba quisimos plasmar algo más antiguo, algo que mostrase la maldición familiar heredada, de ahí esa palidez extrema, que por otra parte nos vendría muy bien para contrastar con la sangre. Para esa palidez (y en cierto sentido más lejano, la bata que lleva), nos inspiramos en la figura y el rostro de uno de los personajes tradicionales del mundo sobrenatural japonés: Yuki-onna (La mujer de nieve), especialmente en la versión interpretada por Shiho Fujimura en Kaidan yukijorô (Tokuzo Tanaka, 1968).

Para el otro habitante de la casa, Pedro (Fran Paredes), también buscamos mediante una iluminación específica un aspecto muy determinado, concretamente basado (tanto a nivel interpretativo como estético) en el personaje interpretado por Roberts Blossom en Christine (John Carpenter, 1983).



¿Qué se van a encontrar los espectadores del GFFF?

Espero que una historia bien contada... jajaja. La verdad es que, aparte del cambio de rumbo de la historia original hacia una situación social habitual en el mundo que conocemos, lo que más nos ha interesado contar en Us-Her es la forma de llevar al extremo las personalidades de unos personajes que son, básicamente, unos miserables, algunos más contenidos que otros, pero que se desprecian y se odian, y a los que los elementos sobrenaturales irán sacando su lado más visceral y carente de máscara social. De ahí la caricatura que se va dibujando de la familia y los comportamientos sociales a base de agresividad e insultos, algo que intentamos aprender del humor salvaje y terrorífico de Álex de la Iglesia. Por otra parte, a mí me gusta mucho reflejar las influencias que he recibido del cine que he ido asimilando a lo largo de mi vida, y aquí, en Us-Her, hemos dejado que —además de las referencias que cité antes— la huella de Orson Welles, Stanley Kubrick, Robert Siodmak, Hitchcock, etc… deje pistas que el público pueda seguir. De hecho, las secuencias iniciales que tienen lugar antes de llegar a la casa no son necesaria y exclusivamente lo que se ve, no todo lo que se ve, al menos… pero entrar en ese juego es decisión del espectador…



¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

Yo siempre he estado del lado «entusiasta» del fantástico, la ciencia-ficción y el terror. Pero no como un fan incondicional que da todo por bueno solo porque se enmarque en estos géneros, sino porque no creo que haya existido ninguna época en la que hayan dejado de hacerse grandes películas, tanto en general como en estos géneros en concreto. No creo que la nostalgia sea un buen juez, y por lo tanto no me parece un juicio válido el que sentencia constantemente a las películas no ya actuales, sino a las que se han venido haciendo en los últimos veinticinco o treinta años. Muchos clásicos son grandiosos, por supuesto, pero eso no significa en absoluto que el género haya perdido calidad. Hay una gran cantidad de películas que lo evidencian, tanto las que son excepcionales como las que ocupan posiciones más discretas pero cuentan con un saber hacer fuera de toda duda razonable. El género siempre ha tenido que luchar contra el menosprecio de una gran parte del público —a pesar de ser la razón de ser del cine, que no es otra cosa que traer a la realidad una serie de fantasías imposibles—, pero a pesar de todo (y de sus nuevos detractores varados en la nostalgia), el género hoy en día cuenta con una salud y actitud de lo más estimulante, tanto para disfrutarlo como público como para asimilarlo e intentar aprender a la hora de intentar llevar a cabo una película propia.



¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

En mis cajones y en las carpetas de mis discos duros siempre hay guiones esperando… jajajaja, pero este año, además de encarar el tramo final de la distribución de Us-Her —y si todo va según lo previsto— a finales de noviembre empezaremos el rodaje de nuestra próxima película, Teatro de sombras (el inicio del rodaje está previsto para esa fecha pero se dividirá en etapas a lo largo del primer trimestre de 2026), un proyecto con el que pretendemos rendir culto al cine mudo (concretamente al Expresionismo alemán y al espíritu fantástico del cine como medio de expresión heredado del ilusionismo), al universo fantástico creado por Michael Powell y Emeric Pressburger, y a ciertas figuras de la mitología clásica. Los protagonistas serán Carmen Méndez, Chus Álvarez, Fran Paredes, Lucía Sá, María Garat, María Polo y Nanda Tasende.



¿Dónde se te puede encontrar?

Mis perfiles en redes son estos:
Los personales (Facebook: David Salgado Marcote, e Instagram d35mmsalgado).
El canal de Dama Negra Films en Vimeo: https://vimeo.com/damanegrafilms
Mi perfil como fotógrafo en 500px: https://500px.com/p/d35mmsalgado?view=photos
Mi Blog sobre cine, 24 sombras por segundo: https://24sombrasporsegundo.com/



¿Película de terror favorita?

Esta es una de las preguntas más difíciles que me han hecho en mi vida, jajaja… es imposible que yo pueda escoger solo una, pero si tengo que hacerlo, y basándome en la película que más sensaciones intactas ha dejado en mí a lo largo del tiempo, escogeré El Exorcista.