BIFFF - Cube review

Cuatro hombres y una mujer se encuentran atrapados en un laberinto formado por cubos. Algunos son de paso y otros escondes trampas mortales, de la unión entre todos ellos depende su éxito o su muerte.

Título original: Cube

Año: 2021

Duración: 108 min.

País: Japón

Director: Yasuhiko Shimizu

Guion: Koji Tokuo (basado en el guion de Vincenzo Natali, André Bijelic y Graeme Manson)

Música: Yutaka Yamada

Fotografía: Tomoyuki Kawakami, Toyomichi Kurita

Reparto: Masaki Okada, Takumi Saitoh, Masaki Suda, Hikaku Tashiro, Anna Watanabe, Kótaró Yoshida


Yasuhiko Shimizu, si algo funciona no lo toques.

En 1997, Vincenzo Natali se dio a conocer gracias a una película repleta de hallazgos, Cube, 24 años después un japonés asume la tarea de hacer el remake.

Distintas culturas, formas de entender la vida, incluso distintos siglos. Igual aporta algo. ¿O no?


Cuatro hombres y una mujer se encuentran atrapados en un laberinto formado por cubos. Algunos son de paso y otros escondes trampas mortales, de la unión entre todos ellos depende su éxito o su muerte.

Aunque tal vez, primero, deban ponerse de acuerdo.

Yasuhiko Shimizu afronta su primer largometraje de terror, tras comedias y películas de fantasía, y uno piensa que mejor se hubiera ahorrado el esfuerzo ya que este remake de Cube no solo es innecesario y falto de tensión sino que cava su tumba ahondando en lo peor que tenía la película original de Natali: Sus personajes.

Cierto es que el diseño de producción es más chulo, tiene más luces y las habitaciones parecen más de ciencia ficción y menos la pesadilla del artista Escher, pero allá donde Vincenzo Natali consigue transmitir claustrofobia y sudor, Shimizu hace parecer los cubos tan grandes que el peligro parece menos. Gran parte del problema viene del trabajo de Kóji Takuo, escritor televisivo que ha tocado casi todos los géneros, ya que su trabajo resulta monótono y los aportes a la historia original parecen losas.

Algo que atrapaba en aquel primer Cube, e incluso en su delirante secuela Hypercube, era la sensación de que había algo entres las sombras, ¿una organización? ¿un gobierno?, que secuestraba mujeres y hombres para encerrarlos en una trampa mortal y a contrarreloj. La sensación de amenaza, su elemento kafkiano y conspiranoico, el hecho de que todos los protagonistas tuvieran que ver con la creación del lugar, generaba preguntas, respuestas y dudas.

En este nuevo Cube, Shimizu y Takuo abandonan el por qué de la existencia del cubo para centrarse en la razón de su creación la respuesta es un auténtico precipicio sin fondo ya que la salida de este Cubo no pasa solo por resolver el puzzle sino el entendimiento humano; las cuestiones personales entre los personajes son, sin tapujos, tonterías que les impulsan a discutir una y otra vez. Los protagonistas se convierten en unidimensionales con una sola directriz: odio a los adultos/a los jóvenes/a mí mismo/a los demás.


Esa búsqueda del enemigo interno, y los traumas que cargan unos y otros, hace que Cube se convierta en una película aburrida y previsible. Podría hablar de las interpretaciones y aunque todos se ven perezosas, el peor es Masaki Suda porque su personaje es un pesado.

Hay algo curioso en toda la historia ya que Cube es de 1997 y fue una de las inspiraciones de la película Meander de Mathieu Turi, estrenada en el 2020, y casualmente el remake de Cube es del 2021 tiene mucho más en común con la película de Turi que con la de Vincenzo Natali.

Ahí dejo una pista para los conspiranoicos del Cubo.

Firma: Javier S. Donate.

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