Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama, tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse. ¡Nunca más!
Título original: The Raven
Año: 1963
Duración: 86 min.
País: Estados Unidos
Director: Roger Corman
Guion: Richard Matheson (Poema: Edgar Allan Poe)
Música: Les Baxter
Fotografía: Floyd Crosby
Reparto: Vincent Price, Peter Lorre, Boris Karloff, Hazel Court, Olive Sturgess, Jack Nicholson
Agradable y desconcertante film.
Dijo el cuervo: “Nunca más”. Y no penséis que lo digo negativamente. A pesar de la dificultad de llevar al cine el extraordinario y gótico poema de Poe, son varios los realizadores que se atrevieron a ello. El factor común de todas las producciones es la total libertad con la que se acometieron sus trabajos. Aparte de las que analizamos hoy, tenemos El Cuervo (The Raven. Lew Landers, 1935) y la más reciente El Enigma del Cuervo (The Raven. James McTeigue, 2012).
Corman y su guionista habitual Richard Matheson tiraron por el camino del medio inventándose una historia que, salvo por ver y soportar al pajarraco de marras y a la “santa doncella a quién los ángeles llaman Leonor”, evita en todo momento meterse de lleno en la desesperación del protagonista, cuya ensoñación le lleva a hacer depender su vida a la de una ave desgarbada proveniente de “la ribera de la Noche Plutónica”.
El Doctor Adolphus Bedlo es un mago caído en desgracia al ser convertido en cuervo por su enemigo el Doctor Scarabus. Pero no es un cuervo cualquiera. Habla. La verdad es que no calla. Usa ese poder para solicitar ayuda al Doctor Erasmus Craven el cual se encuentra apesadumbrado por la pérdida de su adorada Leonor.
Corman homenajea el poema original. Al principio de la cinta no duda en recitarlo parcialmente, a través de la voz de Vincent Price, lo que da a entender que lo que vendrá a continuación será una sublimación de una historia que pone los pelos de punta. ¿Qué nos encontramos después de deleitarnos con esos versos? Pues una trama grotesca a medio camino entre la comedia y el terror. Gana, de todas maneras, esa parte más cómica lo que la hace muy entretenida de ver aunque los fanáticos del terror queden un poco defraudados. A pesar de todo esto la trama es demencial, con unos actores que no se acaban de creer lo que están haciendo. El hecho de que Corman utilice decorados, tanto de interior como de exterior, ya vistos en otros films de adaptaciones de Poe, le resta mucha credibilidad. Lo que gana al espectador es un guion lleno de gags, con unos efectos especiales que producen vergüenza ajena, pero muy divertidos. Todo un alarde de imaginación para evitar meterse de lleno en algo enfermizo como era la obra en la que está basada.
Vincent Price, cómo no podía ser de otra manera, encabeza un curioso reparto. Si lo miramos asépticamente reúne en él a tres iconos del cine de terror de todos los tiempos. El ya comentado Vincent Price, Peter Lorre y Boris Karloff (La Momia, La Máscara de Fu Manchu, Frankestein). Un auténtico lujo pensareis. Esa vis cómica de la cinta les resta ese plus de crear terror, aunque como actores de comedia funcionan perfectamente. Aparte de las féminas Hazel Court (La Máscara de la Muerte Roja) y Olive Sturgess, no encontramos con un mito como Jack Nicholson (El Resplandor, Chinatown, Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco) en su etapa pre Easy Rider, en un papel desconcertante que sabe resolver perfectamente.
“Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama, tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse. ¡Nunca más!”. Así acaba esa obra maestra de la literatura universal. Edgar Allan Poe logró, a través de sus letras, que pasáramos algo de desasoiego. Cinematográficamente la cosa no va por el mismo camino. Estoy seguro de que no estamos ante una más de sus pocas adaptaciones. Mientras tanto disfrutemos de este guiñol.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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