FANT Bilbao - Comrade Drakulich review


Fabian Elvtás participó en la revolución comunista antes de marcharse a Cuba para luchar junto a Fidel Castro y el Che Guevara. Son los años setenta y, en representación de la Cruz Roja, vuelve a Hungría para encabezar las donaciones de sangre para los vietnamitas… El problema es que Fabian debería tener casi ochenta años y, sin embargo, luce como un treintañero. Los servicios secretos húngaros, comandados por Lászlo y su novia Maria, deben intentar desentrañar el misterio.

Título original: Drakuliks Elvtár

Año: 2019

Duración: 95 min.

País: Hungría

Director: Márk Bodzsár

Guion: Márk Bodzsár

Fotografía: Dániel Reich

Música: Gábor Keresztes

Reparto: Lili Walters, Ervin Nagy, Zsolt Nagy, Szalbocs Thurózcy


Vampiros húngaros a la búsqueda de amor (y sangre).

Si hago memoria y esta no me falla, Drakuliks Elvtár es la primera película húngara que veo, así que no tengo mucho con lo que comparar.

Fabian Elvtás participó en la revolución comunista antes de marcharse a Cuba para luchar junto a Fidel Castro y el Che Guevara. Son los años setenta y, en representación de la Cruz Roja, vuelve a Hungría para encabezar las donaciones de sangre para los vietnamitas… El problema es que Fabian debería tener casi ochenta años y, sin embargo, luce como un treintañero. Los servicios secretos húngaros, comandados por Lászlo y su novia Maria, deben intentar desentrañar el misterio.



El director/guionista Márk Bodzsár afronta su primera película de género fantástico, y aunque en el primer papel se defiende aunque a veces rutinariamente, falla al intentar crear una historia entretenida. No voy a negar que a lo largo de su visionado, encontraba retazos interesantes de por dónde podría haber ido la historia, y mentiría si no dijera que incluso algún hallazgo brillante.

El problema es que Bodzsár plantea demasiadas tramas de las que parece olvidarse según avanza el metraje. El motor de la películas – algo muy agradecido – es que el presidente ruso Brehznev ordena a los servicios secretos húngaros el buscarle un vampiro para convertirle en inmortal; esto, unido a que el vampiro utiliza el trabajar para la Cruz Roja para no perder su caudal de sangre, podría haber dado lugar a una película muy entretenida, sobre todo debido a que se desarrolla en unos años setenta en los que Hungría era poco menos que tercermundista como un satélite de la URSS.

Pero Bodzsár añade distintos elementos a la ecuación: un toque de comedia romántica, un exceso de personajes que van desde los gerifaltes de los despachos hasta los granjeros, e incluso alguna crítica a la revolución húngara de 1956; asimismo el tono oscila entre lo ligero – aunque la comedia es bastante burda y el triángulo amoroso interesa poco – y lo innecesariamente dramático mientras toda la cuestión vampírica es un remedo de Let The Right One In (Déjame Entrar) de Thomas Alfredson.

La música de Gábor Keresztes es la demostración de la propuesta irregular que resulta Comrade Drakukich, salta desde la música ligera orquestal a temas sintetizados que parecen salidos de la factoría Hans Zimmer.


Tampoco conozco muchos actores y actrices húngaros, de nuevo imposible comparar, pero no he sentido empatía con el triángulo protagonista: Lili Walters como la agente Maria, Zsolt Nagy como el atribulado vampiro que le robará el corazón y Ervin Nagy como el agente Kun. Pero si debería destacar a Szalbocs Thurózcy que sale poco pero es muy agradecido en su papel de burócrata aburrido.

Si tienes curiosidad por el cine húngaro, pásate por Drakuliks Elvtár y descubre qué se cuece entre las nuevas generaciones, y luego toma tus propias decisiones.

Firma: Javier S. Donate.

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