Bye Bye Baby review


Una joven decide pasar la noche en casa tranquilamente viendo una película, a pesar de la insistencia de una amiga en sentido contrario. Poco a poco se va dando cuenta de que quizás no esté sola del todo.

Título original: Bye Bye Baby

Año: 2017

Duración: 15 min.

País: España

Director: Pablo S. Pastor

Guion: Javier Parra, Pablo S. Pastor

Música: Roly Whiterow

Fotografía: Víctor J. Alvarado

Reparto: Karina Kolokolchykova, Pilar Pintre, Lucía Martínez, Noa Sánchez, Nani Rodríguez, Verónica Polo, Rebeca Mahoney


El miedo más perturbador está en casa.

El terror tiene muchas caras, tantas que incluso las encontramos en la vida cotidiana, sobre todo al llegar a final de mes. Pero estamos hablando de terror cinematográfico en sentido estricto y eso nos abre todo un abanico de géneros y subgéneros que haría interminable su enumeración. Intentar colocar Bye Bye Baby en alguno de ellos nos lleva a una dicotomía. Por un lado, podríamos decir casi al instante que es terror clásico, por otra parte, tiene ciertos toques originales y, hasta cierto punto, divertidos.


Esa dualidad antes comentada ya nos la expuso Pablo S. Pastor en su opera prima Into The Mud (review) y la podríamos calificar como una marca de fábrica que hace que sus productos se conviertan en algo curioso y muy vistoso.

La historia tampoco es para acabar en los anales de la creatividad. Tened en cuenta que nos disponemos a ver a una chica sola en casa, a la cual le empiezan a asaltar todos los miedos tanto de dentro como de fuera. Esa sencilla premisa consigue que realmente sintamos miedo, cosa que dice mucho en favor de cómo está explicada la cinta que estamos analizando.

Una joven decide pasar la noche en casa tranquilamente viendo una película, a pesar de la insistencia de una amiga en sentido contrario. Poco a poco se va dando cuenta de que quizás no esté sola del todo.

Muy bien trabajada película que consigue desde el minuto cero que nos lo pasemos en grande, acrecentando minuto a minuto la curiosidad sobre cómo acabará todo. Tenemos que decir que el ritmo no ayuda excesivamente a que el resultado final estalle como unos fuegos artificiales, es decir, da la impresión de que la acción transcurre a trompicones y que reducir un poco su metraje no hubiera ido del todo mal. El guion, por lo tanto, se nos antoja algo confuso a pesar de la simplicidad de la historia. No obstante, y perdonarme la reiteración, la diversión está garantizada, sobre todo gracias a un excelente final. Esto último hace que la impresión que nos quede sea muy grata. Su aire más bien comercial puede ampliar el espectro del público que decida visionarlo.


El apartado interpretativo lo acabamos rápido, Karina Kolokolchykova lleva todo el peso del film. Sobre ella recae la responsabilidad de mantener la cosa dentro de unos parámetros atractivos, en cierta manera lo consigue, aunque encontremos en falta algo más de pasión.

Para finalizar decir que a los amantes de las obras sin grandes complicaciones y mostradas con calidad encontraran en este film un aliciente para pasar un buen rato. De eso se trata ¿no?

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan