[FANTASIA] - The Laplace's Demon review


Título original: The Laplace's Demon

Año: 2017

Duración: 105 min.

País: Italia

Director: Giordano Giulivi

Guión: Silvano Bertolin, Ferdinando D’Urbano, Duccio Giulivi, Giordano Giulivi

Música: Duccio Giulivi

Fotografía: Ferdinando D’Urbano

Reparto: Silvano Bertolin, Duccio Giulivi, Carlotta Mazzoncini, Simone Moscato, Walter Smorti, Simone Valeri, Alessandro Zonfrilli


Terrible y demoníaco experimento.

La ciencia se ha apoderado de la pantalla y más concretamente de las matemáticas. No os pienso hacer una disertación sobre ello. Primero por qué no soy ningún experto y segundo por qué sé qué abandonaréis la lectura ipso facto. No obstante es necesario hacer algunos apuntes para entender de qué va todo.

Para empezar una pequeña definición no terrorífica de demonio: Seres con capacidades sobrehumanas que no violan ninguna ley fundamental de la Naturaleza. Uno de ellos es el demonio de Laplace. El matemático francés imaginó un demonio capaz de conocer la posición y velocidad de todas las partículas del Universo en un momento dado. Es decir, conocería el devenir de todo lo que existe: el más leve movimiento de cualquier cosa o persona que viviera en los próximos cien mil millones de años. Si existiera ese tipo de demonio, poder elegir un menú el día antes e incluso cambiar de opinión en el último segundo, sería pura ilusión. Moraleja: todo está escrito.


Atreverse a hacer una película con semejante planteamiento tiene su riesgo. Pero esta es la magia del cine: explicar una historia, del tema que sea, de manera amena y hasta divertida. Es evidente que muchos espectadores, sobre todo los amantes de la acción más electrizante, apostarán por quedarse al margen.

Para redondear todo esto añadir que está rodada íntegramente en blanco y negro y con un toque del tipo de cine que hacía uno de los grandes genios de la cinematografía: Orson Welles. Escenario único y barroco, picados y contrapicados, primeros planos inquietantes y un guión complejo y repleto de reminiscencias científicas que para nada se torna tedioso.

Un grupo de científicos logra calcular en cuantas piezas puede quedar un vaso en caída libre al llegar al suelo. Atraído por ese experimento, un misterioso profesor los invita a su mansión para conocer más sobre sus estudios. Pronto se dan cuenta de que están involucrados en una investigación en la cual desempeñan un papel fundamental y terrorífico.

Extraño film capitaneado por Giordano Giulivi que, tras reponernos de las premisas iniciales, se torna curioso llamando a continuación la atención del espectador. Por denominarlo de alguna manera ésta sería un battle royal científico. El numeroso equipo de guionistas está bastante justificado, el screenplay se las trae pero está muy bien hilvanado, evitando que los espectadores se pierdan entre tanto galimatías técnico.

Supongo que la intención del film no era hacer una masterclass de efectos especiales. Su tosquedad es demasiado evidente, sobre todo por los artilugios utilizados, parecen sacados de cintas de setenta años atrás.


No voy a extenderme con las interpretaciones. Los numerosos actores que intervienen cumplen con su cometido. Tampoco creo que su misión fuera dar ninguna lección de interpretación. No obstante nombraré a dos: Silvano Bertolin en su papel de Karlheinz y a Carlotta Mazzoncini como Sophia.

Para acabar recomendarla a los amantes de darle a la mollera. Quedarán muy satisfechos. El resto pues no sé qué decirles, quizás haya alternativas mejores.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan