Trash Fire review


Título original: Trash Fire

Año: 2016

Duración: 91 min.

País: Estados Unidos

Director: Richard Bates Jr.

Guión: Richard Bates Jr.

Música: Michl Britsch

Fotografía: Shane Daly

Reparto: Adrian Grenier, Angela Trimbur, AnnaLynne McCord, Fionnula Flanagan, Ezra Buzzington, Ronnie Gene Blevins, Sally Kirkland


Perturbador y asfixiante terror familiar.

A priori muchos son los ingredientes que hacen atractiva Trash Fire. Después de verla eso se confirma puesto que estamos ante una gran película. Los que en su día disfrutamos de la magnífica Excision, no quedamos defraudados ante lo nuevo de Richard Bates Jr.

Es un poco inclasificable, como lo era su predecesora, pero tiene básicamente todos los ingredientes que son un factor común en la carrera del director estadounidense. Entre ellos que es un drama familiar que echa mano del terror para acabar de explicar la historia. Este es su mérito. Un aspecto que quizás la hace más próxima y, por lo tanto, más aterradora sin querer serlo. Otra cuestión a tener en cuenta y que está de acuerdo con lo que hemos comentado antes, es la presentación de almas atormentadas, casi al límite de la locura. Aterradoras y tiernas a la vez. Una dualidad que dibuja con suma maestría el señor Richard Bates Jr.


El uso, y quizás abuso, de los diálogos, la hacen diferente. Estamos acostumbrados a ver films de género donde casi sobran las palabras. No es el caso. La conexión entre los personajes se consigue a base de la palabra, de manera inteligente y con algo de fina ironía.

Owen e Isabel son una pareja que casi sin quererlo van a tener un hijo. Su relación es algo peculiar, en parte debido al turbio pasado de Owen. Éste convence a Isabel para ir a visitar a su familia: su abuela Violet y su hermana Pearl, que viven en un pueblo apartado de toda civilización. Su objetivo está claro, redimir las antiguas rencillas familiares. Quizás hubiera sido mejor que se hubieran quedado a ver la televisión.

Es una película que me encanta, pero que no me atrevería a recomendar a nadie, bueno, a vosotros sí. Es excelente en todos los aspectos y cuenta con un guión que goza de gran altura, obra también de Richard Bates Jr. Su planteamiento de ir poco a poco nos choca ligeramente al principio, puesto que no sabemos a dónde nos va a llevar. Luego todo se convierte en un aluvión de escenas escabrosas, sabiamente colocadas en su sitio. En fin, un gran ejercicio de savoir faire cinematográfico.

Parece una manía personal, pero no puedo dejar de nombrar la banda sonora. Es esta ocasión le toca recibir el premio a Michl Britsch. Por definirla de alguna manera, sería algo así como folk progresivo.

Uno de los puntos fuertes de la cinta son las interpretaciones. Creo que es la primera vez que lo hago, pero empezaré con una secundaria: AnnaLynne McCord. Parece que siempre le toca bailar con el más feo, pero su interpretación de Pearl es sublime. Actriz fetiche de Bates, deja aquí su huella como en Excision. Seguimos con la pareja protagonista que está formada por Adrian Grenier y Angela Trimbur, con gran química entre ellos. Entre el resto nombrar a nuestro amigo Ronnie Gene Blevins en un papel para el que creemos no ha nacido, el de predicador catódico y a Fionnula Flanagan como una abuela con muy mala baba.


Es tiempo de terminar. Tengo que decir que me ha fascinado. Llamadme raro, pero he disfrutado como un camello.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan