The Station review


Título original: Blutgletscher

Año: 2013

Duración: 93 min.

País: Austria

Director: Marvin Kren

Guión: Benjamin Hessler

Música: Marco Dreckkötter, Stefan Will

Fotografía: Moritz Schultheiß

Reparto: Gerhard Liebmann, Edita Malovcic, Hille Beseler, Peter Knaack, Felix Römer, Brigitte Kren, Wolfgang Pampel, Murathan Muslu, Adina Vetter, Michael Fuith


Ridículamente divertida.

Estamos ante un film que debería dejarnos sin aliento, con una premisa que debería hacernos temblar y dejarnos sin respiración, lo que ocurre debería dejarnos sin dormir por las noches, PERO es TAN ridículo como se desenvuelve toda la trama, son TAN surrealistas el diseño y la personalidad de sus protagonistas, que en vez de llorar de terror, lo harás de risa.

El guión de The Station, es casi como si de un remake no oficial de La Cosa se tratase, pero no acaba aquí. La premisa que esta cinta nos ofrece es más interesante que lo ofrecido en la cinta original de Carpenter, vamos no me jodas, ¿un líquido capaz de fusionar el ADN de distintas especies? ¡Es una mina de oro! Pero tocando de pies sobre la tierra, ¿que pasa si de esta gran idea se queda todo en un pequeño proyecto, con un tímido presupuesto? La respuesta es The Station, una gran idea con un nefasto resultado, donde los carismáticos y a la vez estrambóticos protagonistas harán las delicias de los amantes de las monster movies. Todo esto a un ritmo de serie B, que deja algunas escenas muy épicas para el recuerdo.

Un grupo de científicos, afincados en una estación meteorológica de los Alpes Alemanes, descubren un glacial que desprende un misterioso líquido rojo, que se asemeja a la sangre. De vuelta a la estación descubrirán que el liquido esta compuesto por microorganismos capaces de unir todo tipo de ADN. Cuando la “nueva” fauna del lugar haga aparición, los científicos tendrán que resistir hasta que llegue el rescate, usando los pocos medios de los que disponen.

Segundo largometraje del director alemán, Marvin Kren, el cual aparca sus zombies de Rammbock, para adentrarse en las monster movies con seres más complejos y dicho sea de paso, más feos. Y como ya sucedió en su debut al largo, el guión vuelve a ser responsabilidad de Benjamin Hessler, aunque esta vez en solitario.

Como he comentado al principio, el guión de esta película es cojonudo, paralelismos con La Cosa, la idea atrae mucho, y es más, la primera parte del film nos mantiene en vilo ansioso de ver las mutaciones que nos tienen preparadas. Pero una vez hacen aparición, las carencias también salen a la luz, el presupuesto no daba para mucho y los monstruos en pantalla dan bastante el cante, una especie de marionetas que en los 80 darían el pego pero a día de hoy... ya me entendéis, ¿verdad?

Aunque tiene bajo presupuesto, vamos a destacar lo que verdaderamente es el alma de esta cinta, y eso no es otra cosa que sus estrambóticos personajes. Empezamos por un simpático abuelote a mitad de camino entre “El abuelo de Heidi” y Sean Connery interpretado por Wolfgang Pampel. Aunque la estrella principal y plato fuerte del film, la ministra Bodicek, interpretada por la madre del director, Brigitte Kren, esta pareja de secundarios son los verdaderos protagonistas.

Si te gusto La Cosa o eres un amante de las monster movies de los 80, esta cinta hará las delicias de más de un aficionado al género, si sabes que vienes a ver una serie B puedes llegar a disfrutarla, aunque hay que tener en cuenta que estamos ante un producto que goza de escasos recursos y destinado a un público en particular. The Station entretiene pero no impresiona, y tampoco creo que lo pretenda.

Firma: Omar Parra.