Sitges - Death of a Unicorn review

Elliot y Ridley son un padre y su hija, algo tristes por el fallecimiento reciente de la esposa y madre. Deciden pasar el fin de semana en una finca, invitados por un magnate del cual Elliot es su abogado. Durante el trayecto atropellan a un jovencito unicornio que no ha mirado la carretera para cruzarla. Lo que parece un simple accidente, acaba convirtiéndose en la peor de sus pesadillas.

Título original: Death of a Unicorn

Año: 2025

Duración: 104 min.

País: Estados Unidos

Director: Alex Scharfman

Guion: Alex Scharfman

Música: John Carpenter, Cody Carpenter, Daniel A. Davies

Fotografía: Larry Fong

Reparto: Paul Rudd, Jenna Ortega, Will Poulter, Téa Leoni, Anthony Carrigan, Richard E. Grant


Película divertida con toques de terror.

De entre las criaturas mitológicas que pueblan el imaginario europeo, el unicornio puede que sea una que nos caiga más simpática. Además, nos ha visitado en alguna que otra película. Me acuerdo ahora de Blade Runner (Ridley Scott, 1982) en el que aparece como implante en un sueño recurrente de Rick Deckard. Hay más, pero os ahorraré los datos.

Alex Scharfman deja la producción, de eso se encarga Ari Aster, para meterse de lleno en la dirección, en su debut en el largo, de un proyecto curioso. Vista asépticamente Death of a Unicorn parece una cinta de aventuras, la típica de todo con buen rollito que nos empieza a mosquear. Todo esto hasta la aparición de las criaturas. Al principio parecen bastante sosas, pero conforme va avanzando el film se van tornando demenciales, dicho esto en el peor sentido de la palabra.


Elliot y Ridley son un padre y su hija, algo tristes por el fallecimiento reciente de la esposa y madre. Deciden pasar el fin de semana en una finca, invitados por un magnate del cual Elliot es su abogado. Durante el trayecto atropellan a un jovencito unicornio que no ha mirado la carretera para cruzarla. Lo que parece un simple accidente, acaba convirtiéndose en la peor de sus pesadillas.

Si la tuviéramos que valorar a botepronto diríamos que es muy divertida. Contiene alicientes para que los amantes del terror más plano se sientan colmados, como es un gore, algo escaso, pero de mucha calidad. Vamos, que solo con eso se introduce de lleno en el género terrorífico, por lo demás podría pasar como una peli familiar, aunque no la recomiendo para ese tipo de público. Esta mezcla entre lo comercial y lo terrorífico la hace muy atractiva y agradable de visualizar, sin dejar de mostrarnos algo de crítica social.

Tenemos que felicitar al departamento de efectos especiales, visuales y stunt por el gran trabajo de dar vida a una criatura que, aunque parezca difícil, hasta transmite sentimientos evitando eso que tenemos en mente en cuanto a los unicornios, bonitos, preciosos, dóciles y algo inútiles.

El guion, obra también de Alex Scharfman es firme y no se anda por las ramas. Delimita muy bien a los héroes y a los villanos, a los que, no sabemos si para bien o para mal, caricaturiza de manera algo “a lo Disney”.


En las interpretaciones tengo que destacar a una impecable Jenna Ortega (Beetlejuice Beetlejuice, Scream VI) y, en el papel de padre a Paul Rudd. También nombrar a Will Poulter en una gran recreación de un hijo de papá.

Lo dicho, estamos ante una película que cumple bastante bien con una de las premisas que todo cineasta debe tener en mente: que el público se lo pase bien. Tampoco busquéis mucha profundidad, no creo que este fuera uno de sus objetivos, pero si queréis pasar un rato divertido, tenerla en cuenta.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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