Black Phone 2 review

Han pasado unos años desde que Finn acabó con el Serial Killer conocido como The Grabber, y regresar a la vida normal parece algo imposible. Cuando su hermana Gwen, quien ha heredado los poderes preternaturales que condujeron a su madre al suicidio, empiece a tener extraños sueños, los hermanos tendrán la sensación de que The Grabber ha regresado del más allá con solo una idea en mente: vengarse de Finn y Gwen por haberle mandado de cabeza al infierno.

Título original: Black Phone 2

Año: 2025

Duración: 114 min.

País: Estados Unidos

Director: Scott Derrickson

Guion: Scott Derrickson, C. Robert Carhill

Música: Atticus Derrickson

Fotografía: Pär M. Ekberg

Reparto: Mason Thames, Madeleine McGraw, Ethan Hawke, Demian Bichir, Jeremy Davies, Miguel Mora


Ni en tus sueños podrás escapar del terror.

Desde hace unos años, Scott Derrickson es garantía de calidad para el amante del género de terror, pero en su carrera ya cimentada le faltaba la prueba de fuego de una segunda parte, secuelas hechas por él mismo de alguna de sus películas y como Black Phone se convirtió no solo en su película más personal hasta la fecha, sino también en todo un éxito, pues ha llegado la hora de quitarse la espinita y enfocar una continuación de este universo tan oscuro.


¿Resistirá Black Phone el paso a la segunda parte o confirmará aquello de “nunca segundas partes fueron buenas”?

Han pasado unos años desde que Finn acabó con el Serial Killer conocido como The Grabber, y regresar a la vida normal parece algo imposible. Cuando su hermana Gwen, quien ha heredado los poderes preternaturales que condujeron a su madre al suicidio, empiece a tener extraños sueños, los hermanos tendrán la sensación de que The Grabber ha regresado del más allá con solo una idea en mente: vengarse de Finn y Gwen por haberle mandado de cabeza al infierno.

Las premoniciones de Gwen les conducirán a un campamento cristiano invernal cuyo paisaje de postal se convertirá en algo mucho más tenebroso cuando la realidad y los sueños empiecen a mezclarse y la amenaza surja del frío y la oscuridad.

The Grabber ya está aquí, y puede que nadie siga vivo cuando amanezca el nuevo día.

Black Phone 2 arranca con un prólogo que descoloca al espectador, en lugar de los suburbios cutres de la primera parte, la cámara se encuentra en un paisaje de postal: un paradisiaco paisaje nevado en la década de los cincuenta, y como no, también hay un teléfono negro. Esto ya es toda una declaración de intenciones por parte de Derrickson como director: aunque esta es una película de la Blumhouse y sus estándares de producción espartanos – pocos personajes y localizaciones, preferiblemente el interior de una casa para abaratar costes – pues tiene mínimos personajes y escasas localizaciones… pero en el exterior; y la verdad es que este cambio de aires, hablando literal y metafóricamente, le sienta muy bien a la historia.

En el universo cinematográfico y narrativo de Scott Derrickson hay una constante que se ha ido afilando/refinando con el paso de los años: la débil frontera entre la realidad y la (a)realidad/sobrenaturalidad, lo siniestro se encuentra a un solo paso y en cualquier momento brota para alterar cualquier norma. Todo lo anterior se convierte en el puntal de Black Phone 2, ya que tanto Derrickson en la cámara o como coguionista junto a C. Robert Carhill han tomado la inteligente decisión de no repetir los pasos de la primera, evitando copycats del Grabber o primos hermanos que quieran vengarlo, y se llevan la historia al mundo de los sueños porque, seamos sinceros, esta continuación es una película no oficial de la saga Elm Street y, posiblemente, una de sus mejores entregas si estuviera en canon con el mundo de Freddy Krueger. A lo largo de sus 114 minutos, a los que sobra metraje en el tramo final debido a que el cierre del segundo acto deja el listón tan alto que el clímax no consigue mantener el ritmo, el espectador que conozca el mundo de Elm Street encontrará pequeños guiños: los hornos, las quemaduras, la reaparición del Grabber durante los sueños… y cierto ataque que recuerda vivamente al sufrido por el personaje de Amanda Wyss en la película original. Asimismo, en la historia hay tanto elementos tomados de películas más modernas, jugar con el sonido, granulado de imágenes, etc… como tropos clásicos de historias fantasmales heredadas desde el siglo XIX en la literatura de terror, Toda esta mezcla funciona gracias a las texturas fílmicas generadas por el gran trabajo del director de fotografía sueco Pär M. Ekberg, esperemos que esta colaboración continue en más películas porque es un tándem que se ha compenetrado a la perfección.


La historia, de forma inteligente y con mucha lógica, cambia el foco de la historia y salta del personaje interpretado por Mason Thames, quien vive ahogado bajo la sombra del Grabber, al verdadero descubrimiento de la primera parte: su hermana Gwen cuyas visiones no solo hacen girar la historia sino que también ayudan a crear esos momentos de ruptura tiempo/espacio con los que Derrickson juega inteligentemente, y todo esto funciona gracias al personal rostro de Madeleine McGraw que devora la pantalla y que justo a su hermana Violeta McGraw se están convirtiendo en una saga familiar a la que seguir la pista.

Black Phone 2 demuestra que Scott Derrickson continúa evolucionando y tal vez sea hora de que se lance de lleno a lo que indica esta secuela: dar nuevos aires al universo de Elm Street. Los fans del género se lo agradecerán.

Firma: Javier S. Donate.

🎬 VOD