Entrevista a Irené Montalá y Ángeles Hernández, protagonista y directora de Faro


¿En la escritura de Faro que surge antes: el drama o el elemento sobrenatural?

Ángeles Hernández: quería hacer una película de terror y estuve pensando historias que me pudieran apetecer contar, y llegamos a la de un padre y una hija que tras vivir una tragedia se refugian en un faro.

Partiendo del terror, Faro es un híbrido de género, de cara a la galería es una película de terror pero tiene drama en la relación padre/hija, también tiene thriller psicológico y un coming of age del personaje de la niña.

Es muy divertido rodar terror, tienes una libertad que en drama no te deja tanto. El terror te deja improvisar.



¿Cómo construyes la relación entre los dos personajes principales?

Ángeles Hernández: hay un tema que también aparece en mi película anterior, Isaac, que es el tema de la culpa. Una de las claves a la hora de enfocar la historia fue construir los personajes a través de sus debilidades, sus traumas, siempre manteniendo un halo de esperanza. Me encantaba explorar como nuestras propias inseguridades dan rienda suelta al horror.

Hablábamos mucho en preproducción como el terror que da más miedo es el terror cotidiano que surge de tu yo interior, que transforma la realidad en algo diferente.

Irene Montalá: algo extraño.

Ángeles Hernández:…y paranormal. Todos los fantasmas te los acabas creyendo como algo real. A la hora de construir la película uno de los grandes retos a la hora de dirigirla fue intentar mantener ese pulso entre el mundo onírico de la niña y cómo afecta a su propia realidad, y por otra parte el padre que tiene sus propios fantasmas y que no sabe cómo llegar a su hija, a quien quiere por encima de todo.



Irene, de alguna forma tu personaje es el motor de la culpa que sobrevuela la película. ¿Cómo enfrentas ese personaje?

Irene Montalá: no solo simboliza la culpa sino también el amor incondicional y la salvación. Lo construí más desde el amor que desde la culpa. Puse mucho de mí en el personaje, porque estaba viviendo una situación muy particular a nivel personal. Por eso también me interesaba la película y sí… ¡Puse muchísimo! (risas)



Como directora y junto a la directora de fotografía Gina Ferrer trabajáis con la dualidad tierra/mar, que de alguna forma parecen el caos y la calma.

Ángeles Hernández: sí, yo quería divertirme, algo a lo que ayuda el género. Quería crear un mundo visual muy propio, el universo de Faro, porque realmente los personajes no verbalizan, y todos estos estados de ánimo los quería mostrar a través de los paisajes, de la naturaleza de la que formamos parte. El mar puede simbolizar la fuerza, el renacer, la esperanza.



A la hora de crear la paleta de colores con Gina Ferrer, ¿qué elementos estuviste manejando?

Ángeles Hernández: no me gusta hablar de referentes pero nos basamos mucho en pinturas. Por ejemplo el cielo para mi es la obra de Caspar David Friedrich. No quería hacer una película lánguida, de ver la vida pasar, si una persona está mal quería mostrarlo a través de los colores en pantalla. Por eso están tan forzados los cielos, el mar es a la vez amable y súper duro. Por eso digo lo de Friedrich, la soledad del ser humano que no sabe comunicarse con otro ser humano y tienes ahí toda esa naturaleza que no sabes si te ayudará o engullirá.



De alguna forma con las medusas de colores haces como Nicholas Roeg con el impermeable rojo en Amenaza en la sombra, un color que se te clava en la retina.

Ángeles Hernández: me gustaba ese color de la medusa porque quería contar que en la belleza hay mucho peligro, vas persiguiendo ese ideal que rompe la medusa. Hicimos un casting de medusas y me gustaban esas de color rosa porque era como cuando crees que la vida es de ese color pero luego es mortal; ahí puede empatizar el público porque todos hemos vivido el duelo de perder a un ser querido.



Irene, ¿Qué nos puedes contar del rodaje de tu secuencia en el agua?

Irene Montalá: rodar en el agua no es rápido, tiene su dificultad. Fue un reto para mí, pero no soy un amante del mar, de hecho yo nunca me baño en el mar. Fue casi un tema de superación personal hacerlo, fue divertido porque pensaba en mis referentes: pensaba en Tiburón (risas).

Ángeles Hernández: estuvimos varios días con esa secuencia, además rodamos tanto en mar como en piscina cubierta, en el mar de Menorca, el de Mallorca.



¿Qué podéis contar de vuestros próximos proyectos?

Irene Montalá: voy a hacer la segunda temporada de una serie para Amazon Prime, pero no puedo contar mucho de ella por contrato.

Ángeles Hernández: yo ruedo un thriller a finales de año: El rastro del lobo.



¿Cuál son vuestras películas de terror favoritas?

Ángeles Hernández: mi película favorita porque no la voy a superar en la vida y cada vez que me meto en una película pienso en ella, Al final de la escalera de Peter Medak.

Irene Montalá: hombre, claro, Al final de la escalera. Yo también digo la misma.