FrightFest - Black Mold review

Brooke y Tanner son dos fotógrafos con una curiosa fuente de inspiración: entrar en casas abandonadas y dejarse llevar por lo que encuentren en su interior. Tras un día de prolífico trabajo les queda un último lugar que fotografiar: el inmenso y siniestro edificio gubernamental que se levanta en medio de la nada y lleva muchos años abandonado. Tienen tres horas para hacer fotografías hasta que pasen a recogerles, pero igual no les será tan fácil salir como entrar.

Título original: Black Mold

Año: 2023

Duración: 92 min.

País: Estados Unidos

Director: John Pata

Guion: John Pata

Música: Nicholas Elert

Fotografía: Robert Patrick Stern

Reparto: Agnes Albright, Andrew Bailes, Jeremy Holm, Caito Aase, Maisie Merlock, Jessica Ambuehl, Cate Rio, Leslie Lux


Una atmósfera inquietante que te mantiene agarrado desde el principio.

Empiezo con una opinión personal: considerando muy buen director a Brad Anderson, de todas sus películas solo hay una que sigue conservando esa sensación de terror e inquietud desde el primer día: Session 9. No sólo porque su historia estaba repleta de interés, sino por los personajes y, especialmente, el siniestro edificio donde se desarrollaba la historia.

Mucho de este espíritu se encuentra en Black Mold de John Pata.


Brooke y Tanner son dos fotógrafos con una curiosa fuente de inspiración: entrar en casas abandonadas y dejarse llevar por lo que encuentren en su interior. Tras un día de prolífico trabajo les queda un último lugar que fotografiar: el inmenso y siniestro edificio gubernamental que se levanta en medio de la nada y lleva muchos años abandonado. Tienen tres horas para hacer fotografías hasta que pasen a recogerles, pero igual no les será tan fácil salir como entrar.

Black Mold parece una película pequeña e independiente que, sin embargo, tiene algo de lo que carecen la mayor parte de las propuestas de grandes estudios: un gran trabajo de atmósfera y una historia repleta de posibilidades. Gracias a la trabajada fotografía de Robert Patrick Stern, el espectador se ve inmerso en un mundo de casas abandonadas, miseria y exceso de mugre ya que hay momentos en que “pica” lo que se ve en pantalla.

El mundo que nos presenta John Pata en este Black Mold (moho negro) es un lugar solitario, de amplios horizontes donde se pierden los personajes, acude a esos lugares del universo donde la pobreza y el abandono han hecho huir a los seres humanos. Toda la presentación es una declaración de intenciones: dos fotógrafos que van de casa en casa husmeando lo que otras personas dejaron atrás, retazos de vidas como las fotografías ajadas que encuentra la protagonista en una de sus primeras incursiones.


Hay algo irreal en esta exploración, donde un coche les acerca a lugares lejanos y se marcha para no llamar la atención de la policía y evitar denuncias por allanamiento; el instinto de peligro acompaña al espectador desde el principio y cuando salta la amenaza, ocurre, la sensación de mugre, picor y mal rollo aumentan minuto a minuto. El trabajo como guionista de John Pata es correcto, sabe plantear la situación y hacerla crecer sin que los protagonistas deban/tengan que verbalizarla aunque abusa un poco de los flashbacks/pesadillas de la protagonista. Es cierto que al epílogo no contentará a todos, pero hay que reconocer que da para pensar un buen rato, algo que parece muy difícil estos días.

Tal vez se puede achacar a Black Mold el trabajo de Nicholas Elert como compositor ya que una película tan seca como esta… ¿Necesita música que en el fondo son ruiditos? Hay veces en que tan solo un buen trabajo de sonido (o la falta de este) genera más ambiente que una banda sonora que tan solo recalca.

Agnes Albright, el personalísimo rostro de Andrew Bailes y la potente voz de Jeremy Holm funcionan perfectamente como los protagonistas que recorren este edificio laberíntico.

¿Te atreves a entrar en este lugar y descubrir qué horrores oculta?

Firma: Javier S. Donate.

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