Entrevista a Jorge Yúdice, director del cortometraje Pisanka


Erica y Anna llevan años sin verse. Quedan en una cafetería para ponerse al día. Pero antes Erica tiene que advertir a Anna de una cosa... Hay algo amenazador que solo Erica es capaz de ver. Y ese "algo" está justo detrás de Anna.


Cuéntanos el origen de tu cortometraje.

La idea, aunque parezca increíble, surge de las anécdotas de un familiar cercano. Siempre escuchamos historias, que en el mejor de los casos son de “un amigo de un amigo”. Pero esta es la única vez que he conocido de primera mano las vivencias paranormales a lo largo de su vida. Y es que, tuvimos la ocasión de escuchar, con todo lujo de detalles, una serie de contactos con entes que no están en nuestro mundo terrenal. Yo, como escéptico que soy, intenté desmontar una y otra vez las historias buscándole explicaciones lógicas. Pero acabé tirando la toalla. Lo que contaba, desde una asombrosa naturalidad, sonaba a verdad. Y como apasionado de contar historias como soy, me vi en la obligación de indagar más en estas capacidades asombrosas. Junto con la coguionista Zebina Guerra, acabamos de dar unas últimas pinceladas de ficción para dar con una historia completa que se nutre, en gran medida, de vivencias verídicas.


¿Qué se van a encontrar los espectadores del cortometraje?

Nuestra intención, desde el comienzo del desarrollo, fue tratar de transmitir las mismas sensaciones que nosotros sentimos cuando fuimos oyentes de estas fascinantes historias. Pelos de punta, agobio, tensión. Sabíamos desde un comienzo, y también sujeto a razones presupuestarias, que queríamos jugar con el terror más piscológico; la amenaza que no ves. Pero también quisimos darle un twist al más puro estilo thriller donde las emociones más primitivas pudieran aflorar.


¿Cuáles son tus influencias?

No veo tanto cine como me gustaría. Entre mi trabajo en el mundo de la publicidad y mi reciente segunda paternidad, llevo años y años donde mi tiempo de ocio se ha reducido a unos breves instantes por la noche, cuando todo el mundo está dormido. Es por ello que las pocas producciones que acabo viendo a lo largo de varios días, son las “incontestables”. Las que han superado el paso de los años y sigo oyendo hablar de ellas. Ari Aster, Jordan Peele, James Wan o Leigh Whannel son algunos de los autores que se van repitiendo. The Conjuring, El hombre invisible (2020) o Hereditary me parecen auténticas obras maestras donde la cantidad de ideas que tienen por minuto es apabullante. Películas que son verdaderas lecciones de cine.


¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

Por un lado les diría que respeten el cortometraje. Son innumerables los cineastas, jóvenes y no tan jóvenes, que consideran al cortometraje como un mero trampolín para hacer su película. Cuando el propio cortometraje es una obra que por sí misma tiene la misma capacidad de trasmitir emociones y la misma validez que cualquier largometraje. El cortometraje no debería ser un medio; debe ser un fin. Considero que, aunque tengas labrada una trayectoria como director de largometrajes, no se debería dar la espalda al cortometraje. Si por mí fuera, y la industria lo tratase como se merece, viviría muy feliz haciendo únicamente cortometrajes. Pero por desgracia no es así, y esto se relaciona directamente con mi segundo consejo: ¡Ahorra dinero!

Dedicarse al cortometraje es maravilloso, pero es una quimera. Hace ya 12 años que estrené mi primer corto profesional y tengo que reconocer que no he encontrado la fórmula para poder vivir exclusivamente de esto. Además no he tenido la suerte de ser beneficiado con ninguna subvención, con lo que todo ha sido a través de financiación privada. Y en mis últimos trabajos como Cocodrilo o Pisanka no me ha quedado otra que poner el dinero de mi propio bolsillo al 100%.

Y a pesar de recortar por aquí y por allá, a pesar de pensar en historias sencillas donde dos amigas quedan en una cafetería y a pesar de que gran parte del maravilloso equipo está invirtiendo su tiempo de forma desinteresada, el dinero se evapora a la velocidad del rayo.

Me encantaría poder rodar un corto al año, pero la realidad es que no me lo puedo permitir económicamente. Y ahora, con dos hijos y una hipoteca, invertir una gran cantidad de dinero a un fondo casi perdido es una decisión cada vez más complicada.

Pero amamos contar historias, amamos ver plasmado en imagen aquella idea que con tanta ilusión un día escribiste. Y no lo podemos evitar, amamos el cortometraje y volvemos a caer en la trampa.

¡Ahorra dinero!


¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

Como he comentado antes, no me considero para nada un devorador del género. Pero las cosas que van cayendo en mis ratos libres me dejan boquiabierto. Me alucina que, cuando parece que ya está todo contado, aparece una película como It Follows y te demuestra que una sencilla idea vale más que un carísimo espectáculo de pirotecnia. Y es que con el fantástico pasa una y otra vez. Cada año aparecen obras arriesgadas que no sabes muy bien cómo demonios han conseguido el dinero para realizarla. Pero lo hicieron, la rodaron y es maravillosa. El género fantástico me parece que es de los géneros más vivos e inquietos que existen. Y me sorprende la cantidad de formas que aparecen y aparecerán para hacer pasar un rato espeluznante a los espectadores.


¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

Pues aparte de mover mis proyectos de series y largos, estoy dando forma a lo que quiero que sea mi próximo cortometraje. Y en esta ocasión me gustaría que fuera de un género que no he tocado nunca y me apasiona: la animación.

Por otro lado, tenemos la suerte o la desgracia de que en mi casa salen una cantidad ingente de buenas ideas al año. Suerte porque tenemos donde elegir pero desgracia porque no podemos hacerlo todo.


¿Dónde se te puede encontrar?

Si os gustan las telarañas, podéis pasaros por mi abandonado Instagram:
https://www.instagram.com/georyud/
Y en mi canal de YouTube podéis echar un ojo a mis trabajos anteriores:
https://www.youtube.com/@yudice83


¿Película de terror favorita?

Tendría que volver a verla para confirmarlo pero solo una vez me bastó para darme cuenta de que no había disfrutado tanto, envidiado sus ideas y pasado tanto miedo como con The Conjuring. Una maravilla.