The Djinn review

Dylan es mudo debido a problemas médicos. Desde meses atrás le persigue un trauma: no ser capaz de pedir ayuda para su madre cuando ésta intentó suicidarse. Casa nueva, vida nueva y un armario donde Dylan encontrará un libro repleto de secretos, promesas y mucho peligro cuando invoque a un Djinn para que le conceda un deseo.

Título original: The Djinn

Año: 2021

Duración: 82 min.

País: Estados Unidos

Director: David Charbonier, Justin Powell

Guion: David Charbonier, Justin Powell

Música: Matthew James

Fotografía: Julian Estrada

Reparto: Ezra Dewey, Rob Brownstein, Tevy Poe, Donald Pitts


Entretenida película de terror para niños.

Desde hace muchos años, hay una especie de corriente – llámalo conservadurismo, corrección política, etc… – donde siempre que hay un niño en una película de terror, sale indemne cuando llega el peligro. The Djinn: niño + bicho chungo, ¿Habrá sorpresa o será más de lo mismo?


Dylan es mudo debido a problemas médicos. Desde meses atrás le persigue un trauma: no ser capaz de pedir ayuda para su madre cuando ésta intentó suicidarse. Casa nueva, vida nueva y un armario donde Dylan encontrará un libro repleto de secretos, promesas y mucho peligro cuando invoque a un Djinn para que le conceda un deseo.

Curiosa la carrera de David Charbonier y Justin Powell ya que en el 2020 ruedan The boy behind the door – acerca de dos niños encerrados en una cabaña por un extraño – y este año nos ofrecen The Djinn, de nuevo centrado en el mundo del terror infantil y yo me pregunto ¿Por qué no? Es un terreno poco explorado desde hace años y que sin embargo era material al uso durante los años ochenta, ¿Cómo olvidar The Gate de Tibor Takács, donde unos niños se enfrentaban, literalmente, al infierno? Hay algo de eso en esta película: críos que despiertan poderes arcanos, en este caso uno proveniente de la mitología oriental.

Vaya por delante que The Djinn tiene aciertos como desarrollar la historia exclusivamente en el interior de una casa a medio montar, que arranca sin complejos y es capaz de reinventarse ya que vertebra la historia con un contrarreloj que funciona como un cohete; lo negativo es que Charbonier y Powell, codirectores y coguionistas, imprimen un ritmo demasiado pausado, algo que se agradece en estos tiempos de jump scares pero que termina por convertirse en monótono ya que es idéntico tanto en los momentos relajados como los de tensión.


Algunas críticas acusan a The Djinn de jugar con la nostalgia retrochentera aunque entiendo que ambientarla en los años ochenta obedece más a la falta de tecnología que podría utilizar un niño mudo en busca de ayuda que a algo puramente estilístico. Cierto es que las canciones buscan lo retro y la música de Matthew James abusa demasiado del synth ochentero, pero no por eso echaría la película a la hoguera.

El joven Ezra Dewey lleva la película sobre sus hombros, con la ayuda de unos cuantos seres sobrenaturales que intentan llevárselo por delante, y uno sufre con él y termina por comprenderle cuando llega un giro repleto de emoción y sorprendentemente duro. Rob Brownstein sale lo justo para que el espectador sepa quién es y qué papel juega en la historia.

The Djinn explora terrenos nuevos gracias a una mitología poco usada mientras aboga por un terror preadolescentes. ¿Tienes un hijo de diez años que te da la paliza porque quiere ver películas de terror? Una sesión doble de My Soul To Take y The Djinn le mantendrá calladito unas horas, y encima puedes disfrutarlas junto a él.

Firma: Javier S. Donate.

🎬 VOD