Smile review

Una paciente se suicida ante la psicóloga Rose Cotter. Esto será el inicio de una concatenación de hechos extraños que la conducen hacia la locura o la muerte. Hay algo oscuro detrás de las sonrisas, algo oscuro, tal vez maligno y milenario. Nadie está a salvo y Rose debe encontrar la salida a esta situación o será la siguiente en morir.

Título original: Smile

Año: 2022

Duración: 115 min.

País: Estados Unidos

Director: Parker Finn

Guion: Parker Finn

Música: Cristobal Tapia de Veer

Fotografía: Charlie Sarroff

Reparto: Sosie Bacon, Kyle Galner, Jessie T. Usher, Robin Weigert, Caitilin Stasey, Kal Penn


Esas terribles y sonrientes maldiciones.

Hay películas que surgen de la nada, pequeñas producciones que van cimentando fama gracias a su paso por festivales o, como en este caso, gracias a una ingeniosa campaña de publicidad que consistía en poner a gente sonriendo de forma desasosegadora en platós de televisión y eventos públicos.


¿Pero hay algo interesante más allá de esta sonrisa?

Una paciente se suicida ante la psicóloga Rose Cotter. Esto será el inicio de una concatenación de hechos extraños que la conducen hacia la locura o la muerte. Hay algo oscuro detrás de las sonrisas, algo oscuro, tal vez maligno y milenario. Nadie está a salvo y Rose debe encontrar la salida a esta situación o será la siguiente en morir.

Parker Finn, vamos a quedarnos con este nombre ya que es el director y guionista de esta ópera prima tras dos cortometrajes de terror.

Empecemos por el punto más bajo, Parker Finn como guionista: su historia es poco original y remite a muchas películas de maldiciones encadenadas como The Ring, One Missed Call o la más cercana a Smile - en tiempo y espíritu - que es It Follows de David Robert Mitchell, pero hay algo que Finn consigue y es generar inquietud en el espectador gracias a un ritmo medido casi milimétricamente. Aunque en la primera mitad de Smile se abusa de los jumpscares y personajes demasiado planos, la historia se va empapando de terror clásico cuando entran en juego la oscuridad y los sonidos. Finn juega con el tema de las enfermedades mentales y los traumas para ir haciendo la historia más agobiante, consigue que el espectador se implique con la protagonista y que cada momento de “sonrisas” sea diferente.

Parker Finn director funciona cuando se aleja de esos momentos de “extrañamiento”, de planos a la inversa y repletos de sonido malrollero muy a lo Ari Aster, y se mete de lleno en el terror; en ese sentido hay que alabar esa influencia del terror japonés que proviene de los mangas, con esas referencias a Junji Ito que van apareciendo.


Interpretativamente, tal vez la película hubiera necesitado un poco de hervor, los personajes son demasiado planos y falta punch aunque, a cambio, destacaremos el acierto de un casting lleno de rostros jóvenes para captar al público adolescente pero con trabajos serios para contentar a los adultos. El rostro de Sosie Bacon es agradable y con cierto aire intemporal, y ver cómo las ojeras se le van marcando tiene fuerza, pero este personaje resulta demasiado tristón desde el principio y se hubiera necesitado una actriz con mayor carácter, lo mismo que podemos decir de los partenaires masculinos como Kyle Galner, Jessie T. Usher, mientras Robin Weigert como la terapeuta funciona tan bien que se echa en falta mayor tiempo en pantalla.

El compositor Cristobal Tapia De Veer da ese toque de rareza marca de la casa, pero al contrario que otras obras suyas como Utopia o Melanie, no termina de encontrar la tecla y se hermana demasiado con el malrollismo del compositor Colin Stetson para Hereditary. La fotografía de Charlie Sarroff acierta de pleno en la diana, combinando momentos de oscuridad absoluta con otros donde el terror surge a plena luz del día. Y dejo para el final el gran acierto de Parker Finn, su sabiduría al evitar un exceso de CGI y sangre artificial, conjuntándolo con el trabajo de un clásico de los FX prácticos como es Tom Woodruff Jr.

Smile es la demostración de que los caminos trillados del terror, funcionan si uno sabe tratarlos con respeto e inteligencia. Y Parker Finn ha conseguido hacerlo.

Firma: Javier S. Donate.

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