Entrevista a Pedro J. Poveda, director del cortometraje Alcanzar el Vórtice


Un extraño ser aterriza por accidente en la Tierra, y sobrevive ocupando el cuerpo de un hombre. Una vez camuflado en la sociedad terrícola, para regresar a su planeta localiza un vórtice piramidal magnético en la planta superior de un rascacielos. A partir de entonces empleará todos sus esfuerzos en alcanzar el vórtice, aprendiendo en su periplo que la especie humana es más complicada de lo que parecía.


Cuéntanos el origen de tu cortometraje.

El cortometraje surgió de una creación colectiva intensiva de gran parte del equipo en la que buscábamos una idea de cortometraje de género sci-fi para rodar en pocos planos. Así, queríamos disfrutar el proceso con los actores, su movimiento dentro de plano, y jugar con la composición de éstos en cada encuadre, algo que no habíamos podido hacer en otros proyectos por tener planificaciones demasiado complejas.


¿Qué se van a encontrar los espectadores de tu trabajo?

Una propuesta de ciencia ficción castiza y desconcertante, en la que evitamos la parte efectista de la ciencia ficción para poner el foco en la toma de decisiones y las consecuencias de experimentar una vida humana exprés.


¿Cuáles son tus influencias?

Para este trabajo empezaron a surgir referentes ya desde el trabajo de guion, y por mi parte en dirección trabajamos con referencias de Under the Skin de Jonathan Glazer, el gusto por la composición pictórica y la energía enrarecida del cine de Roy Andersson, ideas del cine de ciencia ficción de los 50 como Invasion of the Body Snatchers de Don Siegel, o la música de John Carpenter.


¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

No soy quién para aconsejar, que para eso hay verdaderos genios en el género como Chema García Ibarra. Un error que veo continuamente es hacer del equipo simple mano de obra al servicio de un autor, cuando en realidad deben ser narradores en su parcela y aportar su experiencia e inquietudes a la historia.


¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

Está en una forma espectacular si atendemos a calidad de producción y resultados en taquilla. ¿Quién nos iba a decir hace 20 años que los multiversos sería algo mainstream, o que una película protagonizada por extraterrestres azules sería la película más taquillera de la historia?

En el terreno más independiente se produce mucho y de una calidad impresionante, y lo vemos cada año en festivales especializados como Sitges, y en las propuestas alternativas que se suman al catálogo de plataformas como Filmin.


¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

Tenemos en nuestra productora varios proyectos de largometraje en marcha y una coproducción de largometraje, A Diente de Perro, pendiente de estrenar el próximo 13 de mayo a nivel nacional. Nacimos con vocación de realizar ficción, pero de momento vivimos del audiovisual gracias a la publicidad, así que estamos muy volcados en éste mundillo. Me gustaría poder levantar más proyectos como director y/o guionista de ficción, pero con la actividad de la productora es complicado. De momento con éste cortometraje nos hemos quitado el mono por unos meses.


¿Dónde se te puede encontrar?

A mí personalmente en twitter (https://twitter.com/Pedro_Poveda) e instagram (https://www.instagram.com/pedro_j_poveda/), y a nuestra productora en twitter (https://twitter.com/TwinFreakStudio) e instagram (https://www.instagram.com/twin_freaks_studio/).


¿Película de terror favorita?

Muy difícil elegir una… suelo responder diferente cada día, porque es uno de mis géneros favoritos. En plataformas, la última en entrar en mi olimpo particular del género ha sido El Viyi que está en Filmin y es una película increíble, revolucionaria y súper imaginativa. En cine, La Abuela de Paco Plaza ha sido la última gran experiencia de terror, y en serie Midnight Mass de Mike Flanagan me ha encantado; una propuesta cinematográficamente notable y riquísima en su discurso. Si me tengo que agarrar a un clásico, El Resplandor nunca falla, y sigue ganando con cada visionado caminando mágicamente entre la perfección y la gamberrada.