El presentador de un programa de televisión infantil sufre amnesia. Cuenta con unos amigos muy especiales, los muñecos que aparecen en su programa, que, en vez de ayudarle, provocan todo tipo de tropelías que le impiden recuperar sus recuerdos perdidos.
Título original: Monkey's Magic Merry Go Round
Año: 2024
Duración: 91 min.
País: Estados Unidos
Director: Aidan Leary
Guion: Aidan Leary, C.R. Thompson
Música: Kyle William Stephens
Fotografía: Kevin Veselka
Reparto: Michael Gilio, Frank Cesario, Connar Brown Sprenger
Una oscura y siniestra fábula surrealista.
Casi todas las películas, cuando las estoy viendo, mentalmente hago una mini review que me sirve luego para hacer una crítica más o menos larga. A los que os gusta leer puede que las consideréis cortas, a los que no tengan ese hábito se conformaran simplemente con ver la nota. En Monkey's Magic Merry Go Round ese ejercicio mental se torna bastante dificultoso. Hemos visto muchas bizarradas en nuestra vida con lo que nada nos asusta, así que vamos a intentar hablar de una película que, en palabras de su director y coguionista, Aidan Leary, es una mezcla entre sus recuerdos de la infancia y los monstruos que cada uno guarda en su interior.
La cosa empieza bastante happy, con personajes que parecen salidos de los Teleñecos, son muñecos realmente, que nos provocan sentimientos de ternura. El protagonista, un inmenso Michael Gilio aparece como conductor de un programa ¿infantil?, que se asemeja a Torrebruno, aquel showman de origen italiano que hizo las delicias de los niños, muchos lo odiaban, allá por los años 70 y 80. Pero dejémonos de parodias ya que conforme va avanzando la cinta, la cosa se pone dura con escenas gore muy efectivas.
El presentador de un programa de televisión infantil sufre amnesia. Cuenta con unos amigos muy especiales, los muñecos que aparecen en su programa, que, en vez de ayudarle, provocan todo tipo de tropelías que le impiden recuperar sus recuerdos perdidos.
Estamos ante otro estreno en el largometraje. Aidan Leary se mete en un jardín, nunca mejor dicho, para proponernos una obra demencial, la cual tiene todos los ingredientes para ser dicotómica, o la amas o la odias. Como habréis visto nosotros nos quedamos en el medio. Por una parte, valoramos el atrevimiento en rodar una cinta de estas características, con cosas muy interesantes, y por la otra por lo tedioso que es poder acabarla si no entras en ella a la primera,
Me gustaría saber si os propusieran el reto de explicar, de cualquier modo, vuestros recuerdos de la infancia, que saldría de todo ello. Habría, no lo dudo, hadas, elfos, enanitos simpáticos y animalitos tales como pájaros, castores, leones, monos, pulpos y alguno más no identificado. En el lado contrario, creo que también aparecerían monstruitos, con la forma que sea, uno de ellos podría ser cierto sentimiento de culpa por algo que hicimos o que no hicimos, ¿la forma de este?, podría ser, por ejemplo, una alfombra.
Tal como dice el título, la vida es como un tiovivo, en principio sin mono, y si no que se lo digan al sufrido presentador, que las pasa canutas para poder salir indemne de sus relaciones con sus amigos los muñecos y de su oscuro pasado.
Estamos ante una película muy colorista, algo claustrofóbica, que esconde mucho, aunque, a nuestro pesar, no explica demasiado. Si le tenemos que dar a la mollera para intentar entender de que va y nos quedamos igual, ¡viva el surrealismo! No sabemos si ese era el objetivo, pero se mueve al filo de la navaja, aunque creo que en ese capítulo se queda corta y, sin embargo, en cine convencional la cosa queda a años luz. Ideal para los que les guste el riesgo. Avisados estáis.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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