La matanza de Texas: La nueva generación review

Todo debería ir bien en este baile de graduación, pero Jenny, Darla, Sean y Barry terminan perdidos entre las carreteras polvorientas que atraviesan un bosque solitario. La búsqueda de ayuda solo traerá más terror al encontrarse con una familia de locos, donde uno de sus miembros es un hombre con una sierra eléctrica.

Título original: The Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation

Año: 1994

Duración: 88 min.

País: Estados Unidos

Director: Kim Henkel

Guion: Kim Henkel

Música: Wayne Bell, Robert Jacks

Fotografía: Levie Isaacks

Reparto: Renée Zellweger, Matthew McConaughey, Lisa Marie Newmyer, Robert Jacks, Tonie Perensky, James Gale


Bailes de graduación, locura y travestismo.

La saga de The Texas Chainsaw Massacre había tomado una deriva peligrosa tras la surreal ampliación de Tobe Hoope y el intento de Jeff Burr por devolverla al camino del terror. Kim Henkel, uno de los guionistas originales, pensó que había encontrado una buena idea.

Se equivocaba, y mucho.


Todo debería ir bien en este baile de graduación, pero Jenny, Darla, Sean y Barry terminan perdidos entre las carreteras polvorientas que atraviesan un bosque solitario. La búsqueda de ayuda solo traerá más terror al encontrarse con una familia de locos, donde uno de sus miembros es un hombre con una sierra eléctrica.

The Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation igual resonaba bien en la cabeza de Kim Henkel y el productor: utilizar el baile de fin de curso para radiografiar a la juventud de los noventa, pero poco le interesaba cuando se los carga con una rapidez pasmosa y deja a Renée Zellweger como una especie de final girl que sobrevive debido a que la familia Slaughter son una panda de cretinos. al no querer participar los integrantes originales de 1974, se saca de la manga esta nueva generación donde la endogamia ha dado pie a unos personajes entre extremos e irritantes.

Los cambios de protagonistas son factibles si los nuevos tienen fuerza, y no es algo que ocurra aquí: son un montón de nerds histéricos que matan porque es lo que Henkel les ha escrito. Tampoco la carnaza joven interesa lo más mínimo y da igual que caigan de forma más o menos salvaje. Diálogos absurdos, giros de guion aún más absurdos como el accidente de tráfico, huidas continuas, guiños a la primera película... Y la incomprensible pierna hidráulica de Matthew McConaughey, que daría para un análisis más profundo.


Los que trabajaron en la película hablan del escaso presupuesto con el que contaron, ciertamente se nota la falta de dinero, pero también el mínimo talento o interés y, por ello, la dirección de Kim Henkel es insípida. La fotografía de Levie Isaacks y la música del dueto Wayne Bell y Robert Jacks aportan poco.

Tampoco podemos hablar de grandes interpretaciones. Si por algo es recordada esta película es por dos nombres que poco después se convertirían en estrellas de Hollywood, Matthew McConaughey que da rienda suelta a su histrionismo y parece que ha tomado demasiada azúcar (nótese la sutilidad) y Renée Zellweger que da un recital de gritos y carreras; el resto del casting va un poco por el mismo camino excepto James Gale que interpreta a un personaje que parece del universo Hellraiser en vez de la Matanza... Una rareza absoluta. Por cierto que el Leatherface de esta película, interpretado por Robert Jacks, es un chiste en sí mismo; es curiosa la idea de que Leatherface se comporte de manera distinta según la máscara que lleve, pero de eso a convertirle en Miss Drag Queen de Texas ya hay un mundo.

Solo puedo sacar una lectura positiva de esta cuarta matanza de Texas: Kim Henkel abandonó la dirección fílmica.

Firma: Javier S. Donate.

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