Entrevista a Alberto Evangelio, director de Visitante

Foto de David Linuesa

Entrevista realizada en el Fancine de Málaga 2021 a Alberto Evangelio, director de Visitante.


Explícanos cómo ha sido el proceso de pasar del cortometraje al largometraje.

Ha sido un proceso natural, lento y costoso, pero bonito. Me ha servido acumular experiencia en cortos, publicidad y videoclips a lo largo de estos años, y sobre todo también me ha venido bien trabajar en una serie que dirigí en 2019, Diumenge Paella (À Punt) al enfrentarme a un rodaje durante largo tiempo donde teníamos que grabar muchos minutos al día. Digamos que llegué a Visitante en un momento sereno: no sentía que me enfrentaba a algo totalmente nuevo, si no que era un paso más. Además, he tenido la suerte de trabajar con mi equipo técnico habitual de otros proyectos y con varios actores que ya conocía.


¿Cuáles son las diferencias principales entre los dos formatos, aparte de las obvias, claro está?

Siempre me ha gustado desarrollar tramas largas y complejas en mis historias, y para mí ha sido muy divertido desarrollar este largo después de tantos años teniendo la mente muy orientada a concentrar información con los cortos y la publicidad.

Desde mi punto de vista, sorprendentemente, la mayor diferencia ha sido el proceso de montaje: en un corto tienes los tiempos muy controlados, sabes de memoria la edición de cada plano. Pero un largo tiene otros tempos y un ritmo interno que yo desconocía hasta que me he enfrentado por primera vez. Incluso me pareció mucho más sencillo trabajar una serie capitular, ya que ahí existe una duración marcada por capítulo y al espectador le interesa saber todo lo posible de los personajes. A veces hasta agradece el exceso de información. Para mí, en una serie no era tan complicado tomar decisiones en montaje. En un largometraje, en cambio, hay que decidir la importancia que se le da a las tramas secundarias, hay que baremar los ritmos internos de cada secuencia al milímetro, el peso que tiene en la línea horizontal de la peli montar una secuencia frenética, la dinámica global… Es realmente interesante, pero es una fase que se podría alargar hasta el infinito, porque son muchas decisiones en una sola pieza larga. Gracias a la colaboración de Luis de la Madrid, un maestro de la edición en España, he aprendido un montón y pienso que hemos tomado las decisiones correctas. Esta ha sido una de las grandes sorpresas del proceso de mi primer largo.


¿Un buen cortometrajista se puede desenvolver igualmente en el formato largometraje o tiene, lo que se dice, que cambiar el chip?

Hay que cambiar el chip en cuanto a que los procesos en un largo son más protocolarios, ya que hay un equipo grande acompañándote. También hay que ser muy serio en cuanto a horarios y demás, por supuesto, aunque yo ya estaba acostumbrado al haber trabajado tanto tiempo en publicidad. Y sobre todo, como decía, hay que pensar en el montaje y a veces tomar decisiones duras para una secuencia concreta en pro del resto de la historia. Imagino que es muy habitual luchar por hacer un plano concreto, agotando recursos, y a los meses cortarlo en edición. Lo ideal es ir adquiriendo la capacidad de saber qué es imprescindible y qué no para tu historia y maximizar recursos. Pero eso hay que ir aprendiéndolo con el tiempo e imagino que hasta grandes profesionales se enfrentarán a esta sensación en su día a día y vivirán con ese vértigo.


¿Cuál fue la mayor dificultad del proyecto Visitante?

Ha habido tres dificultades principales. La primera, conseguir contar una historia con una trama tan compleja que incluye un mecanismo de ciencia ficción en tan poco espacio como son 100 páginas. La segunda: levantar la financiación. Un día mi socio de Beniwood, Javier Abínzano, escribirá un libro sobre esto. La tercera: llevar a la pantalla ese universo con los recursos que teníamos, aunque en este sentido hay que decir que tanto actores como equipo han dado el 200% y se han conseguido superar mis expectativas. También me gustaría destacar la banda sonora de Carlos M. Jara, con la que pienso que hemos dado en el clavo para acabar de dotar a Visitante de la atmósfera que requería, con esa mezcla de lo sinfónico con sintetizadores. Y por supuesto estamos muy contentos de poder contar con canciones del maravilloso último disco de Robe, Mayeútica, que le dan a la película una personalidad muy especial.


Tus cortometrajes La Cruz, Alexis y Casa ya estuvieron en Sitges al igual que tu primer largometraje Visitante que, por cierto, estuvo en Sección Oficial. ¿Cómo valoras la apuesta del Festival de Sitges por los nuevos valores del cine español?

No puedo estar más agradecido al Festival de Sitges por el apoyo que ha ofrecido a Visitante desde las fases de desarrollo. Yo soy espectador de Sitges desde hace años: es el lugar donde descubro nuevas historias, nuevos talentos, donde debato de las pelis con amigas y amigos… Formar parte de él como creador siempre es un placer, pero lo de este año con Visitante para mí ha sido casi milagroso.


¿Cómo calificarías a Visitante, terror psicológico, terror a secas, ciencia ficción…?

Lo calificaría como un thriller fantástico aderezado con terror, y que nace de un punto de partida cotidiano e intimista.


¿Cómo fue el proceso de elaboración del complejo guion de Visitante?

Empecé las primeras versiones de guion con mi compañero Marcos Gisbert, con el que definimos durante más de un año las bases de la historia, el universo fantástico, la trama y personajes principales. Con esos cimientos, y con la ayuda de diversos script doctors, he ido trabajando los diálogos y el guion. Y, por mi forma de trabajar, limando y tomando decisiones hasta el mismo día del rodaje.


Indícanos tus influencias o referentes cinematográficos.

En concreto en Visitante hay influencias como Arrebato, El Ente, Coherence, Donnie Darko, El Quimérico Inquilino, Carretera Perdida, Abre los ojos, Sospecha... De Hitchcock a Zulueta pasando por el terror ochentero de Carpenter o Cronenberg. Mejor apuntar alto jajajaja


¿Crees qua falta apoyo institucional en el cine español en general?

Es una industria muy poco apoyada en contra de lo que se piensa. Creo que hemos de ser conscientes del potencial que hay en nuestro país para exportar cine, y más concretamente, cine de género. Ahora el mercado es global y es un momento en que las instituciones deberían mojarse y apoyar esta industria, potenciar a los nuevos talentos, dando acceso a financiación para desarrollar proyectos. Tener a creadoras y creadores creando es ganar. Nos haría crecer más de lo que podemos imaginar. La cultura nunca debería ser algo menor. Si se inyectaran más recursos en el cine estoy seguro de que habría un gran retorno, como sucede en otros países como Francia.


¿Fue complicada la dirección de actores, en cuanto a la complejidad de la historia?

La dirección de actores ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en la película, ya que he intentado hacerlos muy partícipes y me encanta recoger sus aportaciones para enriquecer el proyecto y los personajes. Iria del Río, la protagonista, ha hecho un trabajo excepcional, tenía un personaje realmente complicado y ha hilado muy fino, con lo cual yo me sentía muy seguro en el rodaje con ella: es muy inteligente e intuitiva. He aprendido mucho a su lado. Por otro lado, ha habido varias secuencias de acción, donde los actores tenían un reto a nivel físico y me ha sorprendido lo bien que han respondido. Junto a Iria, Miquel Fernández, Jan Cornet y Carles Sanjaime se han convertido en grandes apoyos para mí. Y Sandra Cervera, por supuesto, con la que trabajo y comparto experiencias desde hace años, que además de interpretar a un personaje principal, también me ha acompañado como coach actoral durante todo el rodaje. No he podido estar más arropado.


Visitante fue rodada en tiempos de pandemia, explícanos las dificultades del rodaje.

Como a todo el mundo nos afectó porque los protocolos ralentizaban las jornadas y reducían el presupuesto. Pero tuvimos suerte porque no hubo ni un positivo en todo el rodaje.


En nuestra opinión Visitante puede ser interpretada de manera libre por cada espectador. ¿Fue esta tu intención inicial?

Sí. Es una peli que desde su concepción tiene una trama principal que se puede seguir sin dificultad, pero que cuenta con varias capas que cada espectador puede interpretar a su manera. Es algo intencionado.


Háblanos de tus próximos proyectos. ¿Estarán entre ellos lo que podríamos denominar “terror contundente”?

Sin duda, estoy con ganas de hacer terror contundente. Puedo adelantar que probablemente lo que venga en breve será algo más frenético que Visitante. ¡Vamos a darle caña al terror!


¿A quién recomendarías Visitante?

La recomiendo a cualquier amante del fantástico, pero también a un público amplio que busque una historia que no le dé todo mascado y que le haga reflexionar. Se trata de una película que, a partir de personajes cotidianos con los que cualquiera se puede identificar, introduce el elemento fantástico y cuestiona los caminos que escogemos en la vida.


¿Cómo valoras la acogida que ha tenido Visitante en el Festival de Sitges?

Desde mi punto de vista, muy buena. El hecho de estrenar en el Auditori y participar junto a grandes nombres ya era un sueño, claro está. Pero tengo que decir que me colé de incógnito en una de las sesiones de las 8:30h de la mañana en la Sala Prado, que estaba llena, y al final el público aplaudió de forma inesperada para mí. Ese ha sido un gran regalo, sentir que hay personas a las que llega la historia. Creo que el hecho de que sea una película española de ciencia-ficción que se toma en serio a sí misma se ha valorado positivamente, a pesar de que tenga pocos recursos. Sitges ha sido el mejor lugar para testar la película.


¿Película de terror favorita?

Hoy os voy a decir Rosemary’s Baby.