Spiral: Saw review

El día a día del detective Zeke Banks es de todo menos halagüeño: a punto de divorciarse, odiado por sus compañeros policías debido a que denunció a un compañero corrupto, su padre le paga el alquiler y ahora le endosan a un novato como nuevo compañero. ¿Podría ir a peor? ¡Claro que sí, cuando un imitador de Jigsaw haga su aparición!

Título original: Spiral: From The Book Of Saw

Año: 2021

Duración: 93 min.

País: Estados Unidos

Director: Darren Lynn Bousman

Guion: Josh Stolberg, Peter Goldfinger

Música: Charlie Clouser

Fotografía: Jordan Oram

Reparto: Chris Rock, Samuel L. Jackson, Max Minghella, Marisol Nichols


La herencia de Jigsaw no ha muerto.

Curioso que una película tan sencilla como Saw, que sirvió para lanzar a dos grandes del género como James Wan y Leigh Whannell, haya sabido girar una y otra vez – como en la espiral del título – hasta dar lugar a un spin off.


El día a día del detective Zeke Banks es de todo menos halagüeño: a punto de divorciarse, odiado por sus compañeros policías debido a que denunció a un compañero corrupto, su padre le paga el alquiler y ahora le endosan a un novato como nuevo compañero. ¿Podría ir a peor? ¡Claro que sí, cuando un imitador de Jigsaw haga su aparición!

La saga Saw cuenta con legiones de seguidores, que se acercaban puntuales a la cita con los nuevos artilugios asesinos de Jigsaw/John Kramer, y por ello sorprende cómo cuando parecía que la franquicia se había dado por concluida, surja un spin off apadrinado por Chris Rock – declarado fan de la saga – quien asume el papel protagonista.

Hay dos formas de acercarse a Spiral: Saw. El profano que se acerque a este universo encontrará una historia, a veces muy abrupta, en la que hay gotas de noir, algo tan de moda como brutalidad policial, ecos de una buddy movie y esos aparatos asesinos que duelen solo de verlos. Los ya seguidores de la saga disfrutarán con esta nueva película debido a su aire continuista y con esa vuelta a los orígenes de las primeras entregas.

Se entiende por qué Chris Rock quería como director a Darren Lynn Boussman, ya que fue el artífice de la mayor parte de las entregas más recordadas y uno de los pilares de la franquicia; para mí, Boussman sufre de bipolaridad cinematográfica ya que da lo mejor de sí mismo en unas películas y en otras se deja llevar por la corriente. En esta ocasión tenemos una mezcla de ambos, ya que parte de la cinta uno tiene la sensación de que Spiral: Saw va a medio gas pero, en el último tercio, la película adquiere brío. La historia, obra de los guionistas de Saw VIII, Josh Stolberg y Peter Goldfinger, se mueve por terrenos conocidos y es de quitarse el sombrero algunos de los nuevos artilugios asesinos que han creado.


Musicalmente nos encontramos con Charlie Clouser, de nuevo continuismo, mientras la saga tiene un nuevo director de fotografía, Jordan Oram, que genera ambientes siniestros y carga el tono de cine negro.

Spiral: Saw se mueve entre dos vórtices que son Chris Rock y Samuel L. Jackson, interpretando a padre e hijo, el primero acapara casi todo el protagonismo – y a veces se le nota demasiado esforzado para generar tensión – mientras el segundo devora la pantalla en cada aparición; una pena que ambos compartan tan pocas secuencias juntos. Max Minghella y Marisol Nichols son los únicos, aparte de los mencionados, que tienen personajes con cierto peso, mientras el resto están a la espera de encontrarse con una maquina mortal.

Spiral: Saw suena a reinicio en toda regla, algo que los fans agradecerán.

Firma: Javier S. Donate.

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