Theater of Blood review

Edward Lionheart es un actor que se venga de los críticos que apalean sus interpretaciones robándole, según él, uno de los premios más prestigiosos del teatro británico. Utiliza los fragmentos más sanguinarios, que los hay, de las obras del prolífico Bardo de Avon.

Título original: Theater of Blood

Año: 1973

Duración: 104 min.

País: Reino Unido

Director: Douglas Hickox

Guion: Anthony Greville-Bell

Música: Michael J. Lewis

Fotografía: Wolfgang Suschitzky

Reparto: Vincent Price, Diana Rigg, Ian Hendry, Harry Andrews, Coral Browne, Robert Coote, Jack Hawkins, Robert Morley


Influyente film de películas de serial killers.

Si tenemos que hablar de Theater of Blood irremediablemente tiene que salir a la palestra su protagonista: Vincent Price. A pesar de lo que la crítica se empecina en decir, es un actor al que le van que ni pintadas obras como las que comentamos hoy. Su tendencia a la sobreactuación en esta ocasión es totalmente oportuna. No olvidemos que interpreta pequeñísimos fragmentos de las obras de Shakespeare, eso sí, con tendencias más bien malévolas y terroríficas.


Edward Lionheart es un actor que se venga de los críticos que apalean sus interpretaciones robándole, según él, uno de los premios más prestigiosos del teatro británico. Utiliza los fragmentos más sanguinarios, que los hay, de las obras del prolífico Bardo de Avon.

Douglas Hickox, a través de un guion de Anthony Greville-Bell, nos deleita con una producción que utiliza muy acertadamente el humor británico para mezclarlo con una historia espeluznante. Nótese que hemos escrito humor, lo que no quiere decir comedia, aunque se le parezca. En ese camino se mueve Vincent Price, un actor histriónico y, por qué no decirlo, elegante que dota a sus personajes de una cierta distancia, digamos que inaccesible para el espectador. Es como si nos mirara por encima del hombro. Eso creo que le granjeó cierta animadversión, no solo ya por parte del público, sino también de la crítica y de sus compañeros de profesión.

Hablando del film que nos ocupa decir que, a través de su originalidad, logra que el espectador pase un rato divertido, mezclando sabiamente el más puro terror a través de unas escenas muy bien rodadas sin dejar de lado lo más escabroso, con un toque de humor que le sienta tan bien. Sus 104 minutos nos pasan como un suspiro, asistiendo a pequeñas escenificaciones de las imperecederas obras de Shakespeare. Si sois duchos en la materia mejor que mejor, pero el director tiene la habilidad de darnos las oportunas pistas para saber de qué pieza se trata. El escritor británico ya sabemos que no escatimaba en sucesos tortuosos, lo que Douglas Hickox y equipo aprovechan a la perfección.

Otra cosa a comentar es la crítica mordaz que se hace del trabajo de los críticos, valga la redundancia. Hay que tener en cuenta que en los años setenta no existía la tecnología de ahora y, por ejemplo, el boca-oreja tardaba mucho más en extenderse, así que el público no tenía otra manera de enterarse de la calidad de una obra sino a través de los comentarios que podían leer en los periódicos, que, por si no lo sabéis ¡eran en papel!


Aparte del mencionado Vincent Price (La Caída de la casa Usher, El Castillo de Dragonwyck), nos encontramos con una excelente Diana Rigg (Los Vengadores, Juego de Tronos) y un eficiente Ian Hendry (Get Carter, Repulsión). El resto del elenco es muy extenso, con lo que omitiremos más detalles.

Theater of Blood, en España llamada Matar o no matar, ese es el problema, es una gran película de terror. De aquellas que se rodaban en la época de los setenta aunque, tras verla, parezca mucho más actual. Imprescindible para todo aquel que quiera saber más de un icono del cine de terror de todos los tiempos en quizás su obra cumbre: Vincent Price.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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