FANT Bilbao - Zombies en el cañaveral. El documental review

Zombis en el cañaveral fue una película rodada en Tucumán, Argentina en 1965 y, sin pretenderlo en absoluto, estuvo adelantada a su tiempo por su argumento innovador y creatividad arrollante. Desgraciadamente las pocas copias de la película junto a los negativos fueron destruidos en un incendio y la película quedó en el olvido. Pero todavía queda una pequeña esperanza, tal vez una copia del guion haya sobrevivido todo este tiempo.

Título original: Zombies en el cañaveral. El documental

Año: 2019

Duración: 88 min.

País: Argentina

Director: Pablo Schembri

Guion: Pablo Schembri

Música: Javier Ruiz

Fotografía: Guido de Palma

Reparto: Luciano Saracino, Cesar Legname, Carlos Lizarraga, Monica Audi Falu, Isabel Sarli, Diego Trerotola, Roger Koza, Laura Casabé


La no-película que lo cambió todo.

Si en una cosa insistimos desde TerrorWeekend es en dejar bien claro que el cine de terror es el género que mejor se complementa con cualquier otro. Da igual que tipo de película quieras hacer que siempre le puedes meter tintes terroríficos de alguna u otra manera. Y si hay alguno que no ha proliferado tanto, pero que ha tenido presencia, es el del documental, o como el caso que nos ocupa, el del falso documental. Peculiar película de la que hablaremos hoy, pues si bien en ningún momento y en lo absoluto hay el mínimo de terror en esta producción, si que hace continuo homenaje al género y a las películas de zombies en específico, contando una historia tan entretenida como falsa.


Zombis en el cañaveral fue una película rodada en Tucumán, Argentina en 1965 y, sin pretenderlo en absoluto, estuvo adelantada a su tiempo por su argumento innovador y creatividad arrollante. Desgraciadamente las pocas copias de la película junto a los negativos fueron destruidos en un incendio y la película quedó en el olvido. Pero todavía queda una pequeña esperanza, tal vez una copia del guion haya sobrevivido todo este tiempo.

El documental navega en tres carriles argumentales, uno de ellos es la creación, rodaje y explotación de la película durante los años 1965 y 66, otro son las peripecias del escritor Luciano Saracino para encontrar alguna copia del guion de la película y una tercera, que al final ha sido las que más me ha atrapado, que cuenta la dictadura argentina de aquellos años y la censura que tanto afectó a la película. Y es que el problema de Zombies en el cañaveral. El documental es que, aunque sea interesante en todo momento no hay grandes “highlights”, momentos cumbres que sean los que se te quedan en la memoria. La historia es algo plana en cuanto a emoción y eso rema en contra para crear un producto que se te quede en la memoria, aunque repito, el documental es entretenido en todo momento.

Debuta en el cine Pablo Schembri con esta cinta, si bien en el ámbito cinematográfico no hay mucho que contar, pues el documental tiene su lenguaje propio si que podemos remarcar dos perlas, una es el falso tráiler de la película “original” con un marcado estilo al primer George A. Romero y otra es la última escena de la cinta, que sorprende por lo sencilla pero enormemente “resultona”. En el reparto yo tengo algunos problemas, y es que se nota cuando habla la persona y cuando el personaje. Me explico: a lo largo de la película hay personalidades reales como críticos de cine o estrellas de cine que no siguen un papel, sencillamente responden preguntas, pero luego encontramos que, por la manera y dicción, se nota que están siguiendo unas notas en sus declaraciones, están interpretando un guion, y si quieres que la idea de falso documental cale, estos problemas pueden hacer que se te hunda el chiringuito. Y otro problema que tengo, y este es serio... entrar en él sería entrar también en el terreno de los spoilers y es una cosa que no quiero hacer. Sólo comentaré que hay cierta película clásica, referente histórico a nivel mundial dentro del género de terror que queda bastante mal para hacer que la película ficticia Zombies en el cañaveral quede por encima.


Zombies en el cañaveral es un documental recomendable por su originalidad y diversión, y sobretodo porque se toma lo suficientemente en serio como para que acabes dudando si se trata de una historia real, y eso es un punto a favor enorme. Tiene algunos problemas de ritmo y de interpretaciones y hay que hacerle alguna concesión, pero estamos ante un trabajo enormemente decente.

Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW

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