FANT Bilbao - Demon Seed review

Durante la separación amistosa entre la psicóloga infantil Susan Harris y su marido Alex, esta se queda en la casa automatizada que comparten. Alex se muda al inmenso complejo en el que están dando los últimos detalles a Proteus IV, una Inteligencia Artificial que será capaz de llevar a la humanidad a una nueva era... o al apocalipsis.

Título original: Demon Seed

Año: 1977

Duración: 94 min.

País: Estados Unidos

Director: Donald Cammel

Guion: Robert Jaffe, Roger O. Hirson (Basado en una novela de Dean R. Koontz)

Música: Jerry Fielding

Fotografía: Bill Butler

Reparto: Julie Christie, Fritz Weaver, Robert Vaughn, Gerrit Graham


Una película que gana con los años.

Decía el director Donald Cammel que su intención con Demon Seed fue hacer una comedia y que los productores se negaron rotundamente. Cierto es que el precipicio hacia lo ridículo estaba muy cerca.


Durante la separación amistosa entre la psicóloga infantil Susan Harris y su marido Alex, esta se queda en la casa automatizada que comparten. Alex se muda al inmenso complejo en el que están dando los últimos detalles a Proteus IV, una Inteligencia Artificial que será capaz de llevar a la humanidad a una nueva era... o al apocalipsis.

Demon Seed está repleta de minas en las que lo terrorífico puede convertirse en ridículo y la ciencia en algo totalmente risible. Sin embargo, Cammel y su equipo consiguen llevar adelante una película de ritmo medido, a veces lindante con el rollo hippie de la época, que no aburre en momento alguna y repleta de grandes momentos.

Donald Cammel, pintor además de director y escritor, regala al espectador unas imágenes surreales, como un viaje de LSD, que emparenta Demon Seed con otras joyas de la misma década como Phase IV de Saul Bass o Colossus: The Fobin Project, películas con la que comparte ese discurso de cambio – para bien o para mal – que impregnó los setenta y, asimismo, un final teñido de pesimismo.

Otra gran mina que encontramos son los efectos especiales, especialmente todos los relacionados con los robots, y aquí voy a soltar los nombres de tres magos: Tom Fisher, Terry W. King y Glen Robinson, quienes consiguen hacernos creer una criatura de forma geométrica es capaz de desplegarse para, formando figuras, lograr sus objetivos. Si nos ponemos a buscar defectos, alguno encontraremos, pero el movimiento y la gracilidad de la figura es de quitarse el sombrero. A todo esto ayuda la fotografía de un grande entre los grandes, el director de fotografía Bill Butler, responsable de Jaws, Child’s Play o Deliverance por poner tres ejemplos, que genera ese choque entre la atmósfera alucinógena que rodea al personaje de Julie Christie y las maquinas megalómanas del mundo de Proteus.


Julie Christie se revela como un auténtico todoterreno, el espectador empatiza con ella y se echa las manos a la cabeza cada vez que Proteus revela su siguiente plan. Christie, quien también apareció en Don’t Look Now de Nicholas Roeg, tristemente no volvió al género de terror. Frizt Weaver, el marido creador de Proteus, está correcto pero es que su personaje no da mucho de sí. Atención a la voz que Robert Vaughn puso a Proteus, estaba tan poco interesado en el proyecto que grabó sus líneas por teléfono y luego cobró el cheque.

En cualquier momento, Demon Seed estaba abocada al fracaso y, sin embargo es capaz de interesar de principio a fin. ¡Ah, y si quieres saber cómo hubiera sido en plan comedia, en el especial Casa-Árbol del terror XII de Los Simpson tienes el segmento House of Whacks!

Firma: Javier S. Donate.

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