FrightFest - The Pale Door review

Un grupo de forajidos decide dar un golpe buscando la caja fuerte de un tren. Las cosas no salen como estaban previstas yendo a parar a Potemkin, un pueblo fantasma habitado por un grupo de ancestrales brujas.

Título original: The Pale Door

Año: 2020

Duración: 96min.

País: Estados Unidos

Director: Aaron B. Koontz

Guion: Cameron Burns, Aaron B. Koontz, Keith Lansdale

Música: Alex Cuervo

Fotografía: Andrew Scott Baird

Reparto: Devin Druid, Melora Walters, Noah Segan, Zachary Knighton, Stan Shaw, Bill Sage, Natasha Bassett, Pat Healy


Un western de terror algo irregular.

El western y el terror son dos géneros que, a simple vista, cuestan encajar. Hay excepciones, uno de los más celebrados es Bone Tomahawk (S. Craig Zahler, 2015), toda una demostración de la oportunidad de la mezcla. The Pale Door, aparte de poner en el mismo saco ambas cosas, inteligentemente coloca a las brujas, que en esas épocas campaban por sus anchas, y si no que se lo digan a los habitantes de Salem (Massachusetts).


Un grupo de forajidos decide dar un golpe buscando la caja fuerte de un tren. Las cosas no salen como estaban previstas yendo a parar a Potemkin, un pueblo fantasma habitado por un grupo de ancestrales brujas.

The Pale Door, que por cierto es parte del poema The Haunted Palace de Edgar Allan Poe, es de aquellas películas dotadas de una cierta ambivalencia. Vista asépticamente cuesta un poco de digerir. Digo esto por el lenguaje cinematográfico empleado, que parece que desgrane el guion a trompicones. A ratos transcurre de manera fluida, sobre todo en los momentos de acción, y en el resto parece un melodrama sensiblero más bien pensado para personas de cierta edad.

¿Qué quiero decir con los momentos de acción?, pues una high class de criaturas malévolas, efectos especiales perversos y gore de calidad, lo que resulta bastante chocante tal y como transcurre el film. Esa dualidad está excesivamente marcada. Es como si estuviéramos viendo dos cintas en una, deseando que una de ellas pase lo más rápido posible, supongo que ya sabéis a cuál me refiero.

Es evidente que todo film, por muy salvaje que sea, necesita una historia más o menos entendible detrás, además todo tiene que estar rodado con cierta continuidad, sin que el paso de una situación a otra sea como ir a doscientos por hora por una carretera comarcal o una autopista.

Es realmente meritorio el trabajo de dar vida a unos monstruitos, brujas para más señas, que solo con verlas se te ponen los pelos de punta por su decrepitud. Si además de su apariencia física les añadimos voracidad y agresividad, la cosa va tomando el color que nos interesa, yo desde luego no me iría a tomar un spritz con ellas, aunque pagaran la cuenta.


El elenco está muy repartido en cuanto a protagonismo. Por empezar de alguna manera nombraré en primer lugar a Devin Druid, el cual mantiene muy bien el pulso en su personaje. A continuación Bill Sage (We Are What We Are, American Psycho). Seguimos con Zachary Knighton en un papel bastante agradecido. Seguimos con el veterano Stan Shaw y acabamos con el viejo conocido Pat Healy (Cheap Thrills).

Estamos ante un film algo irregular que encantará a los que no busquen demasiados líos y disfruten de las excelentes escenas de acción y terror que contiene. A los demás les hará pasar un buen rato, aunque sea a trompicones.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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