Crónica Festival terrorMolins 2018 día 7


Este es uno de esos días en que se va por materia. Dos dobles sesiones de films que van a competición integran la programación. Si echamos el ojo al otro lado tampoco se andan con chiquitas. En fin, todo muy variado para no caer en el aburrimiento. Estamos seguros que eso no va a ocurrir, si no observad atentamente lo que la organización ha preparado para hoy.


Teatro de la Peni
La primera de las sesiones dobles antes mencionadas empieza con la estadounidense Piercing de Nicolas Pesce que firma un guion basado en la novela homónima de Ryû Murakami. En 2016 había un título que sonaba fuerte por todos los festivales de género por los que se cruzaba, eran todo maravillas lo que se escuchaba sobre The Eyes of My Mother y no era para menos. A raíz de esto, todos estábamos expectantes del segundo largometraje del director Nicolas Pesce, y la espera ha acabado. Esta vez no se ha decantado por una producción en blanco y negro, pues los colores forman parte importante de su nueva obra, es más, parece que a la hora de adaptar esta novela ha tenido una fuerte influencia del cine giallo, ya sea en el tempo, en la narrativa y sobretodo como antes he dicho la cromática y su utilización. Tras poder ver el segundo trabajo de este director neoyorkino lo que nos queda claro que tiene talento de sobras y sobretodo que hay que seguirlo muy de cerca, pues aunque su nueva película no es tan redonda como su primera sí que es capaz de regalarnos una cinta que sabe cómo enganchar al espectador de principio a fin y sobretodo diferente a lo que el cine de género nos tiene acostumbrados últimamente. Aparte del más que destacable trabajo del director hay que mencionar el trío protagonista de este film.  Aunque si bien es cierto que el mayor peso del metraje recae en un espectacular Christopher Abbott (Llega de Noche y James White), siempre es más fácil trabajar rodeado por dos actrices de tal magnitud como son Laia Costa (Victoria) y Mia Wasikowska (Stoker), las cuales llenan la pantalla tan solo con su presencia. Un hombre de negocios se despide de su amada esposa y su querido hijo, pero en lugar de dirigirse al trabajo se instala en un hotel alejado de miradas indiscretas y contrata los servicios de una Escort, para acto seguido asesinarla a sangre fría.

Es hora de viajar a Asia, concretamente a Corea del Sur para ver Gonjiam: Haunted Asylum de Beom-sik Jeong con la colaboración de Sang-min Park en el screenplay.  Fuente inagotable que alimenta sin cesar el género de terror, los found footage parece ser que se resisten a desaparecer del mapa. Cuando se han realizado tantos, ese calificativo queda como aquel monigote de papel, a poder ser de diario, que cuelgan los niños a los despistados en el día de los Santos Inocentes. A pesar de todo y de parecer cortados por el mismo patrón, este tipo de films tienen la particularidad de captar nuestra atención a pesar de que mentalmente ya vamos adivinando lo que va a aparecer en la pantalla. Gonjiam Haunted Asylum no se aparta mucho de ese molde, pero cuenta con la particularidad de que pasas auténtico miedo durante su visionado. Tensión que está muy bien conseguida a través de todo un arsenal del horror: apariciones, fantasmas y objetos móviles de toda índole, eso sí, cuenta con la ayuda de las nuevas tecnologías en un no va más en el uso y abuso de las redes sociales. Las interpretaciones son bastante previsibles y no se apartan en exceso de los cánones de este tipo de cintas. La corrección de las mismas hacen creíbles las escenas que tienen como objetivo fundamental asustar al personal, y a fe que lo consiguen. Nombraremos a tres de los integrantes para que no sea dicho. Empezaremos con la parte femenina con Ye-Won Mun y Ji-Hyun Park. En el lado contrario Seung-Wook Lee. El equipo de una página web de terror que se dedica a transmitir en directo todo tipo de situaciones escabrosas, se dirige a un asilo abandonado para hacer un programa con algo de relleno fake. A medida que pasan los minutos se van dando cuenta que el terror les está esperando en cado rincón de ese viejo edificio de pesadilla.

Nos toca afrontar la primera película del segundo bloque. Estamos hablando de Lifechanger, escrita y dirigida por Justin McConnell. Si ya nos cuesta digerir a un asesino que no tiene miramiento alguno a la hora de pasarse por la piedra a todo bicho viviente, imaginaros cuando éste va cambiando de cuerpo cuando le interesa. La maldad, o lo que sea, se esconde en el interior de cada nuevo mutante, con el añadido de que los rostros de los reemplazados pueden que no concuerden exactamente con la imagen mental que nos hacemos del típico killer. A lo largo del tiempo hemos podido asistir a algunas películas en la que esa metamorfosis era el leitmotiv de la trama. La mayoría de ellas, todo sea dicho, están rodadas en tono de comedia o romántico, cosa bastante normal dada la particularidad de esa habilidad. Nos viene a la memoria en estos momentos Big (Penny Marshall, 1988), Ponte en mi Lugar (Freaky Friday. Mark Waters, 2003) y Family Man (Brett Ratner, 2000), como veis obras bastante edulcoradas. Justin McConnell pone las cosas en su lugar, valga la redundancia, para adentrarse de lleno en el terror, no escatimando las necesarias escenas escabrosas. A través de un buen guion, cuya autoría firma, nos explica algo que por increíble no deja de ser macabro. Conforme va avanzando la cinta, nos vamos familiarizando con lo que se nos quiere explicar llegando a aceptar premisas algo inverosímiles. Destacar que la manera en que se producen los cambios de cuerpo es bastante original, mostrando el terrible proceso por el que tienen que pasar las víctimas. Eso nos lleva a resaltar el numeroso departamento de maquillaje y de stunt. Como habréis imaginado, el trabajo interpretativo es bastante numeroso sin poder destacar a nadie en especial para poder llamarlo protagonista, aunque Lora Burke salga algo más en pantalla. De todas formas resaltar a una espléndida, en todos los aspectos, Elitsa Bako. También debemos al menos nombrar a Sam White, Rachel VanDuzer y Jack Foley. No nos olvidamos del veterano Bill Oberst Jr., en un papel algo oculto. Un asesino, con la rara habilidad de poder cambiar de cuerpo, se embarca en la misión de arreglar las cosas con la mujer que ama.

Para finalizar por hoy la sección oficial tenemos el placer de asistir a la proyección de Book of Monsters. En la dirección tenemos a Stewart Sparke y en el guion a Paul Butler. Estamos ante un film de monstruos repleto de acción inspirada en el cine de terror de culto de los años 80 y 90, incluyendo a Scream, Gremlins y Buffy Cazavampiros. Book of Monsters tiene algunos de los mejores diseños de criaturas del año, que abarcan una gran variedad de formas y subgéneros. No solo estamos hablando de grandes bestias con muchos dientes, Sparke y su equipo ofrecen de todo, desde modificadores de formas hasta fantasmas que buscan al anfitrión, y eso es solo la mitad. Es una película basada en una implacable creatividad que muy rara vez cesa. A pesar de que es muy consciente de que esta es una carta de amor a las películas de monstruos de los años 80, Sparke está muy casado con el siglo XXI, parece querer actualizar viejos clichés mientras se apoya fuertemente en el espíritu de la vieja escuela. Si existe una duda entre la diversión y el gore, es que ciertos tramos juegan un poco con el tiempo. Incluso para una película de 80 minutos de duración, Book of Monsters se arrastra a trozos, especialmente desde la exposición, y puede significar que los personajes terminen atrapados detrás de una puerta o agachados detrás de un sofá por lo que parece una eternidad. Sin embargo, todo esto es tan divertido como lo hacen las películas de multitudes impulsadas por el horror, llenas de carcajadas para toda la audiencia y mucha acción. En las interpretaciones tenemos a Lyndsey Craine (The Creature Below), Michaela Longden (Where Demons Hide), Lizzie Stanton, Anna Dawson y Rose Muirhead. Seis mujeres deben luchar contra una horda de monstruos aterradores en una fiesta de cumpleaños número 18.


Sala Gótica
Ciñéndonos exclusivamente en la parte cinematográfica, la sesión de hoy en esta sala queda reducida a una proyección. Se trata de Images, escrita y dirigida por Robert Altman. Está basada en la novela homónima de Susannah York. Estamos ante una de las películas más desconocidas e inquietantes del director de Kansas City. El film se realizó a principios de los años setenta tras el enorme éxito de crítica y público cosechado con M.A.S.H. y Los vividores. En su momento. Images, fue un fracaso de taquilla e inexplicablemente continúa siendo una película poco vista en relación con la enorme calidad que atesora, convirtiéndose de este modo en una especie de película de culto entre los aficionados al cine más subterráneo y cautivador. La cinta es un thriller, pero igualmente puede ser una cinta de terror gótico, un drama familiar, un melodrama, una cinta de fantasmas y casas encantadas o una obra surrealista que se presta a múltiples y diversas interpretaciones. Images es una película a la que admiran los seguidores de Altman. Sus diferencias con la mayoría de su trabajo ayudan a iluminar su estilo, y demuestra una habilidad extraordinaria en algo en lo que se supone que es débil: contar una narrativa bien construida. También lo muestra en colaboración inventiva con Susannah York, cuyo libro infantil sobre unicornios se lee en la banda sonora y le proporciona a su personaje un universo de fantasía alternativo en el que extrañas criaturas y leyendas pintorescas reemplazan los desafíos de la vida real. Pero la película inspira admiración en lugar de participación. Es un éxito técnico pero no emocional. En el elenco tenemos a Susannah York (Superman; Danzad, Danzad Malditos), Rene Auberjonois (Boston Legal, M.A.S.H.), Marcel Bozzuffi (The French Connection, Z) y Hugh Millais (Los Vividores, Los Perros de la Guerra). Un ama de casa esquizofrénica, engullida por apariciones terroríficas, mata a cada una de estas sin saber si estos demonios son simplemente producto de su imaginación o parte de la realidad.

Y con esto hemos acabado una jornada completísima. Ya va quedando menos para el final, pero sabed que aprovecharemos al máximo lo que tenemos por delante.