Dunderland review


Título original: Dunderland

Año: 2012

Duración: 98 min.

País: Noruega

Director: Finn-Erik Rognan, Nils J. Nesse

Guión: Nils J. Nesse

Música: Raymond Enoksen

Fotografía: Anders Nybø

Reparto: Miriam Prestøy Lie, Reidar Sørensen, Brage Bang, Marit Østbye, Sven Henriksen, Hanne Marte Sørlie


Las brujas también pueden vivir en un paraíso.

¿Puede un paisaje condicionar toda una película?, después de ver este film noruego nuestra respuesta ha de ser afirmativa. No decimos esto en sentido peyorativo, pero tener delante unas imágenes tan bellas, hace que la historia, si no está muy bien contada o sea muy atractiva, pase a un segundo plano. Ya lo hemos comentado más de una vez, ¿es más importante el continente o el contenido? Hay gustos para todo naturalmente. La dicotomía entre detractores y defensores en esto último creo que será más acusada de lo normal.

No podemos pasar por alto que el tema que trata es el de la brujería, y ya sabemos por experiencia que habitualmente la calidad del producto final no admite término medio, es decir, o son cintas maravillosas con las cuales se te cae la baba, o por el contrario, son fracasos estrepitosos. Nos encontramos aquí con un rara avis. Se mueve dentro de una calidad muy superior a la normal en cuanto a localizaciones, producción y fotografía, y por el contrario baja ese nivel cuando ya hablamos de guión y dibujo de los personajes. Es una extraña mezcla que, cuanto menos, es muy agradable de ver.

Nos podemos imaginar, hablando ya de otra cosa, las dificultades que comportaría el rodaje en situaciones tan extremas. Los nórdicos están acostumbrados a esto, pero rodar a -33 grados centígrados ha de ser algo, como mínimo, incómodo y, permitirme el oxímoron, infernal. Realmente hay que agradecer el esfuerzo del equipo en este aspecto. Sin él no hubiéramos podido disfrutar del paisaje del, para muchos, país más bello del mundo, con permiso del pueblo de cada uno.

Dunderland es un valle situado en el norte de Noruega. En 1695 una joven es acusada de brujería. Los habitantes del lugar se toman la justicia por su mano y ponen fin a su vida. En la actualidad, Laura, joven directora teatral, decide llevar a un antiguo campamento de Boy Scouts a una serie de conocidos actores para representar una obra. El valle esconde misterios que muy pronto sus nuevos inquilinos conocerán.

Estamos ante un film de los directores Finn-Erik Rognan y Nils J. Nesse que intenta impactar al espectador a través de una historia truculenta y morbosa. Da la impresión que recientes acontecimientos ocurridos en Noruega, condicionan la manera de explicarnos esto. Parece como si se quisiera pasar de puntillas y se quisiera enseñar solo lo imprescindible. En este sentido se queda muy corta, demasiado, y más parece un cuento para niños que una película de terror. No obstante, ese cuento podría parecernos fascinante si no contuviera algunas escenas que parecen metidas con calzador.

Basado en un hecho real, el guión de Nils J. Nesse se torna conforme va avanzando, confuso y lineal aunque cumple su cometido de hacernos inteligible la historia. Una cosa es entenderla y otra que sea creíble y tal como está planteada tiene de todo menos eso, credibilidad. Las interpretaciones son correctas aunque muy frías, e incluso los actores, cuando tienen que dar miedo parecen buenas personas. Destacar en este aspecto a la pareja de actores maduros masculinos Reidar Sørensen y Sven Henriksen, de lo mejor de la película. La fotografía de Anders Nybø es maravillosa, espectacular y fascinante, aunque se encuentre a faltar algo de sordidez en las escasas escenas terroríficas que contiene.

Película amena en toda su duración, con un visionado muy agradable. Es de aquellas películas que se puede ir a ver con alguien al que no le guste el terror. Seguro que no os dirá que ha pasado miedo. Si queríais ganar su amistad lo habréis conseguido. Seguramente en vuestro interior hubierais deseado ver fluir la sangre en la blanca nieve.

Firma: Josep M. Luzán.