Encontré al diablo (I Saw the Devil) review


Un asesino en serie de dedica a violar y descuartizar impunemente a sus víctimas, hasta que elige a la equivocada, que no es otra que la prometida de Kim. Esto provoca una reacción desmesurada de venganza de éste, no importándole nada ni nadie por cumplir su objetivo que no es otro que destruir totalmente a Kyung, la cosa se le va de las manos.

Título original: Akmareul boattda

Año: 2010

Duración: 141 min.

País: Corea del Sur

Director: Kim Ji-woon

Guión: Park Hoon-jung

Música: Mowg

Fotografía: Lee Mo-gae

Reparto: Lee Byung-hun, Choi Min-sik, Jeon Kuk-hwan, Oh San-ha, Kim Yun-seo, Choi Moo-sung, Kim In-seo


¿Qué ve el diablo cuando se mira en el espejo?

Si te hundes buscando continuamente en el pozo del mal te puedes encontrar alguna sorpresa, o acabar con la mierda hasta el cuello. Y es que los extremos nunca son buenos y en algunos casos son casi iguales, desgraciadamente solo en lo malo.

Kyung Chul es un cuarentón muy normalito, padre soltero, con un trabajo estable y casa propia. Pero dentro de cada persona normal se puede esconder el más tenebroso diablo, el mal primigenio, la maldad pura, en definitiva, el terror, y Kyung reúne todo eso y más. Fuma como un poseso, bebe como un cosaco y de cada cuatro palabras tres son insultos. La raza humana para él no significa nada, bueno si, el género femenino es para nuestro personaje una diversión, en el aspecto más lúgubre de la palabra.

Kim Soo-hyeon, treintañero guapetón y resultón, es un agente del NIS (Servicio de Inteligencia Coreano), es el yerno que toda madre querría para su hija. Está pendiente siempre de su novia, hasta el extremo de cantarle canciones por el móvil. Parece el James Bond coreano y como hemos comentado antes, nada es lo que parece y hasta el más perfecto de los hombres puede guardar en su interior un verdadero monstruo.


No estaba escrito, nadie lo sabía pero suponemos que estaréis esperando el encuentro de esas dos joyas. El destino hace que dos titanes se enfrenten cara a cara, con el contrasentido de que el diablo en persona hasta nos puede caer simpático, y el más perfecto hombre sobre la tierra puede parecer el cabrón más terrible. En definitiva un choque de trenes. El guión de forma magistral nos acaba llevando a una escena, en la cual se refleja que esos dos extremos casi son iguales, y, sin palabras nos muestra que el mal acaba engendrando el mal. El cazador, en definitiva, es cazado por su presa.

Un asesino en serie de dedica a violar y descuartizar impunemente a sus víctimas, hasta que elige a la equivocada, que no es otra que la prometida de Kim. Esto provoca una reacción desmesurada de venganza de éste, no importándole nada ni nadie por cumplir su objetivo que no es otro que destruir totalmente a Kyung, la cosa se le va de las manos.

Jee-woon Kim director de culto coreano se consagra aquí con esta obra maestra del genero. Hay que estar preparados porque de vez en cuando sale alguna película que marca un antes y un después y esta no es otra que Encontré al diablo (I saw the devil). Y es que lo tiene todo. Una dirección perfecta ayudada por un guión magistral y unas actuaciones de otro mundo. En cuanto al ritmo es trepidante, casi no da ninguna tregua. Subirte en este viaje te llevará a una odisea visual de la cual no querrías descender nunca.


Vamos a centrarnos un poco en el guión de Hoon-jung Park, realmente fantástico por no decir perfecto. Nos lleva de la mano, sin grandes alardes, con unas premisas simples y concisas por toda la cinta. Dándonos una respuesta a todo, sin necesidad de volvernos a explicar la trama una y otra vez y sin nada innecesario. Todo esto queda reflejado en algunas escenas que, si esta película tuviera la bandera americana, pasarían a los anales del cine.

La banda sonora de Mowg es realmente impactante, usa en su mayoría la música clásica, solo piano y guitarra española.

En cuanto a las interpretaciones hay que hacer constar que Choi Min-sik se sale, lo borda, marca una actuación que recordareis siempre, realmente sublime. No necesita mucho para mostrar el mal en estado puro. Su mirada es aterradora, cuando la observas te produce animadversión, hay que odiarle desde el primer minuto hasta el último. Si el diablo existe, él es su avatar.


Lee Byung-hun le da la réplica de manera también magistral. Es muy inexpresivo pero sólo necesita los ojos para contarnos la tristeza y la desesperación que siente.

Ahora vamos a hablar de la actuación de la pareja, es como el Yin y el Yan, son el complemento perfecto, una pareja que se recordará como de las más famosas del género. En las escasas pero increíbles escenas cara a cara, llegamos a sentir una fuerza casi sobrenatural que traspasa la pantalla.

Por último, dentro de la parte técnica, destacar aunque sea brevemente, los buenísimos movimientos de la cámara en algunas escenas, con picados y contrapicados que magnifican las mismas.


Masterpiece, no hay otras palabras para definirla. Sobresale en todos los aspectos y es una verdadera lástima que por ser de donde es no haya alcanzado el reconocimiento que se merece, y haya pasado un poco inadvertida, aunque no para los fans del género. No obstante es una cinta la cual se puede recomendar o todos los amantes del cine. Tenemos la ventaja que estamos ante una película asiática y éstos no tienen, como sabemos, ningún miramiento a la hora de mostrarnos cualquier situación, por explicita que sea. Para cerrar la crítica, que dicho sea de paso, es la primera que hacemos conjuntamente Omar y Josep M., y habéis llegado hasta aquí en la lectura, es de visión obligatoria. No nos cabe la menor duda de que no quedareis defraudados. Repetimos MASTERPIECE.

Firma: Korean Bros.