Satan's Slaves review


Rini es la mayor de cuatro hermanos que sufre en sus carnes la misteriosa muerte de su madre, una famosa cantante ya olvidada de Indonesia. Tras su fallecimiento, la madre regresa a casa para recoger a sus hijos.

Título original: Pengabdi Setan

Año: 2017

Duración: 107 min.

País: Indonesia

Director: Joko Anwar

Guion: Joko Anwar

Música: Bembi Gusti, Tony Merle, Aghi Narottama

Fotografía: Ical Tanjung

Reparto: Bront Palarae, Tara Basro, Endy Arfian, Dimas Aditya, Nasar Annuz, M. Adhiyat, Ayu Laksmi, Egy Fedly


Perturbadora historia del más allá.

No voy a ser yo quien os descubra el cine indonesio. Basta solo con nombrar The Raid (Serbuan Maut. Gareth Evans, 2011), The Raid 2 (The Raid 2: Barandal. Gareth Evans, 2014) y Headshot (Kimo Stamboel, Timo Tjahjanto, 2016) para que os hagáis una idea de un tipo de cine tenebroso, abrupto, que va al grano y también, por llamarlo de alguna manera, tierno.

La filmografía de Joko Anwar se ha movido en su mayoría en el género de terror. Como muestra basta recordar la fantástica Modus Anomali (2012), la cual causó una grata impresión en su estreno. En esta ocasión se alía con Satán para ofrecernos una obra con un buen planteamiento pero con un dudoso desarrollo.


Rini es la mayor de cuatro hermanos que sufre en sus carnes la misteriosa muerte de su madre, una famosa cantante ya olvidada de Indonesia. Tras su fallecimiento, la madre regresa a casa para recoger a sus hijos.

La irregularidad de Satan’s Slaves la hace algo tediosa, introduciendo a cuentagotas las muy bien rodadas escenas escabrosas que esconden algún que otro susto y que se asemejan, no sabemos si como homenaje o no, a películas de culto asiáticas. Entremedio un drama familiar que cuenta con unas buenas interpretaciones. El guion, por lo tanto, se torna demasiado costumbrista para el gusto occidental. No obstante esconde algún que otro toque de humor basado, precisamente, en producciones algo alejadas de Asia y con la explotada sábana como protagonista. Y es que fantasmas los hay, contando también con una buena legión de zombis salidos de no sabemos dónde pero que dan oportunidad de lucimiento al departamento de maquillaje. La poca claridad con que está explicada la historia le va bastante en contra, derivando nuestra atención hacia lo inexplicable de unos hechos que ni los propios protagonistas acaban por creerse.

Hablando de estos últimos destacar el buen trabajo actoral encabezado por Tara Basro, una actriz que se aleja bastante de sus trabajos anteriores para encarnar a Rini, una especie de heroína al frente de una peculiar familia. Seguimos con Bront Palarae en su papel de pater familias. Acabar mencionado a los niños Endy Arfian, Nasar Annuz y M. Adhiyat por su meritorio trabajo.


Una parte importante del film es la música, en esta ocasión a cargo de Bembi Gusti, Tony Merle y Aghi Narottama. Nos lleva de la mano mezclando la música tradicional de ese país, junto a otras más clásicas del cine de género, ayudando en lo posible a hacerla más perturbadora.

Acabar diciendo que es un film de terror algo exótico del cual cuesta extraer todo lo bueno que esconde. Por esto último se le puede dar una oportunidad y asistir a la proyección de un cine muy diferente al que estamos acostumbrados.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan