La autopsia de Jane Doe review


Título original: The Autopsy of Jane Doe

Año: 2016

Duración: 99 min.

País: Reino Unido

Director: André Øvredal

Guión: Ian B. Goldberg, Richard Naing

Fotografía: Roman Osin

Reparto: Emile Hirsch, Brian Cox, Ophelia Lovibond, Michael McElhatton, Parker Sawyers, Jane Perry, Yves O'Hara


¡Terrorífica! Un ritmo trepidante.

En la sociedad norteamericana se conoce como Jane Doe a los cadáveres de mujeres a las que no se las ha podido identificar de ninguna manera antes de llegar a la autopsia. En España hay algo parecido con el apellido Expósito, que se les ponía a niños que se desconocía quienes eran los padres desaparecidos en la guerra civil.


Padre e hijo regentan la morgue de un pueblo, por tanto se encargan de realizar las autopsias que les encarga la policía para su posterior investigación. Después de un día tranquilo y justo antes de cerrar, aparece el sheriff con el cadáver de una joven sin ningún rasguño y necesita un informe para primera hora de la mañana.

Nos encontramos ante una historia muy sencilla, pero también dinámica y absorbente, y claro está, muy terrorífica. Es una película inteligente, esta sabe cuáles son sus puntos fuertes y los explota en cada minuto. Tiene un presupuesto ajustado pero son tan pocas las localizaciones (y muy bien aprovechadas) y tan solo con dos personajes, más unos pocos más en contadas escenas, pero su trabajo es tan solvente que realmente no se echa en falta un mayor número, pues las conversaciones que tienen entre ellos y el ritmo, incansable en todo el metraje, hacen de esta una película muy entretenida, y por momentos terrorífica, apostando más por la atmósfera y la tensión que por sustos continuos, que también los hay pero colocados inteligentemente.

Dirige el finlandés André Øvredal tras la muy recomendable Troll Hunter (review) cambiando el found footage de esta para un estilo mucho más tradicional, pero aun así consigue hacer un trabajo muy apreciable aprovechando al máximo las características de un espacio tan particular. Todo el peso de la cinta la soportan Emile Hirsch (La hora más oscura) y el veterano Brian Cox (Zodiac) con gran solvencia y química, es agradable escuchar sus conversaciones inteligentes entre el padre y el hijo mientras proceden en la investigación del cuerpo de una desconocida con muchos secretos. Ambos tienen momentos intensos y dramáticos que resuelven con maestría pero es que la calidad de interpretación de Brian Cox es totalmente sublime.


Película muy recomendable con mucha tensión y un ritmo espectacular, se te pasará volando y aunque la explicación final es un poco pillada por los pelos, funciona. Si tienes oportunidad de echarle el ojo no lo dudes.

Firma: Oriol Hernández.