Piranha 3DD review


Título original: Piranha 3DD

Año: 2012

Duración: 82 min.

País: Estados Unidos

Director: John Gulager

Guión: Marcus Dunstan, Patrick Melton

Música: Elia Cmiral

Fotografía: Alexandre Lehmann

Reparto: Danielle Panabaker, Matt Bush, David Koechner, Katrina Bowden, Chris Zylka, Jean-Luc Bilodeau, Meagan Tandy, Paul James Jordan, Hector Jimenez, Adrian Martinez, Clu Gulager, David Koechner, David Hasselhoff, Ving Rhames, Gary Busey, Christopher Lloyd


Otra vez vuelven los pececillos de la peor manera posible.

La pregunta es: ¿era necesario hacer una secuela de Piranha 3D? Seguro que no. El cúmulo de despropósitos obtenido es tan grande, que recopilarlos todos serviría para escribir un decálogo sobre cómo no debe hacerse una película. Es difícil entender que John Gulager, el director de la trilogía fantástica Feast, sea el responsable de semejante esperpento. Después de ver esto, es fácil encumbrar en el Olimpo del terror la precuela de Alexandre Aja. Allí, por lo menos, se sabía lo que se estaba haciendo y hasta donde se quería llegar.

El argumento tópico y reiterativo, no logra mantener la atención del espectador en ningún momento. Es tan predecible y plano que llega a producir un soberbio aburrimiento durante la primera parte del metraje. Y la segunda no es que sea mucho mejor, a excepción de algunos gags humorísticos protagonizados por David Hasselhoff que, sin duda, es lo mejor de la película. Aquí, el señor Hasselhoff lo borda, consigue arrancar carcajadas de diversión prestándose a todo y parodiándose a sí mismo con gran elegancia y naturalidad. La cinta cuenta también con otros secundarios de lujo como Christopher Lloyd, conocido por su papel de científico loco en la saga de Regreso al Futuro y a Ving Ramhes, que ya participó en la antes mencionada Piranha 3D.

En el apartado técnico el nivel vuelve a caer a lo más bajo, el abuso del ordenador en los efectos especiales llega a ser demasiado obvio. La recreación del parque acuático es pobre y chapucera, parece haber sido rodada en el patio trasero de una casa particular. Además, la premisa habitual de este tipo de películas te conduce a esperar un apoteósico desenlace de muerte y destrucción. Aquí esto se disuelve como azúcar en el café y se solventa con un par de miembros a medio devorar, flotando por el agua. Es evidente que la mayor parte del presupuesto se ha utilizado en contratar al nutrido elenco de estrellas que participan en la producción.

Un empresario carente de escrúpulos pone en funcionamiento el parque acuático para adultos llamado Wilderness Waters, en el que todo es sexo y desenfreno. Para abastecer las piscinas y economizar gastos, decide bombear agua subterránea conectada con el lago Victoria, escenario de la matanza narrada en la anterior entrega. Las voraces pirañas prehistóricas son absorbidas hacia el parque en el momento de mayor afluencia de bañistas. La comida está servida.

Olvidable y decepcionante película que a falta de buenas ideas, suple las múltiples carencias de las que hace gala, a base de mostrar cuerpos desnudos de chicas súper recauchutadas. Lo único que la diferencia de producciones Syfy, al estilo de Mega Piton vs Mega Cayman, es un reparto estelar.

Firma: Sergio Bosch.