Keeper review

Al cumplir un año de pareja, Liz y el flamante doctor Malcolm Westbridge viajan a la casa que este tiene en el campo y allí celebrarlo. Están en un lugar apartado, en una extraña construcción moderna en la que solo hay una puerta en el cuarto de baño, el resto es diáfano.

Título original: Keeper

Año: 2025

Duración: 113 min.

País: Estados Unidos

Director: Osgood Perkins

Guion: Nick Lepard

Música: Edo Van Breemen

Fotografía: Jeremy Cox

Reparto: Tatiana Maslani, Rossif Sutherland, Birket Turton, Eden Weiss


Dos personajes en la casa y las corrientes de agua que se llevan la historia.

A lo largo de los años, desde la críptica, pero muy interesante, La Enviada del Mal el director/guionista Osgood Perkins ha cimentado su carrera de director a tener en cuenta por determinados grupos que buscan en el terror cierto posicionamiento estético y meta narrativo. Tras la divisiva LongLegs – para muchos una obra de arte y para el resto una tomadura de pelo – Perkins sorprendió con la divertida y desinhibida The Monkey, que paso injustamente con más pena que gloria.

Ahora llega Keeper, ¿Qué camino tomará el bueno de Perkins?


Al cumplir un año de pareja, Liz y el flamante doctor Malcolm Westbridge viajan a la casa que este tiene en el campo y allí celebrarlo. Están en un lugar apartado, en una extraña construcción moderna en la que solo hay una puerta en el cuarto de baño, el resto es diáfano.

Todo iría sobra ruedas, la celebración acabaría en sexo, si no fuera porque aparece el impertinente primo de Malcolm, Darren, con su novia extranjera Linka. Aunque la noche no ha ido como pensaban, por lo menos están solos a la hora del postre: una tarta de chocolate que ha dejado como regalo de bienvenida el cuidador de la casa. Todo empezará a torcerse la siguiente mañana, cuando Liz tenga extrañas alucinaciones y Malcolm tenga que hacer un viaje Express de trabajo a la ciudad.


Al guion de la película encontramos el nombre de Nick Lepard, quien este año ha firmado también el guion de la última película de Sean Byrne, Dangerous Animals, que comparte “tics” con Keeper: la cámara se sitúa lejos de la “civilización” y los dos personajes – con unas ligeras intromisiones de un tercero en discordia – establecerán una suerte de juego de gato y ratón. Lo que en la película de Byrne era un análisis de la locura y la supervivencia extrema, en esta ocasión reflexiona sobre la soledad mezclándolo con ciertas gotas de los poderes ocultos en la naturaleza, provenientes de cultos antiguos, como en los cuentos de terror escritos por Arthur Madchen.

Siendo sinceros, en ambas películas lo más fallido es la inconsistencia del guion, pero allá donde Byrne sabía utilizar la cámara y los tiburones para generar tensión y alguna set piece agradecida, la óptica de Osgood Perkins es perezosa, abonada al aburrimiento, acumula imágenes y secuencias donde los personajes van de un lado a otro hasta que llega el último tercio y se ponen boca arriba unas cartas que ya se imaginaban el 99% de los espectadores; el otro 1% es el que se ha pasado toda la película mirando el móvil.


Claramente, Keeper es una película muy barata, un juguete levantado entre varios, incluyendo a Perkins, la gran Tatiana Maslani junto al actor Rossif Sutherland (mucho más esforzada ella que él). Aunque en otras películas del autor el guion era limitado, siempre tenía un apartado técnico en el que apoyarse, pero en este caso ni la fotografía de Jeremy Cox es llamativa ni la excesivamente malrollera música de Edo Van Breemen consiguen generar el mood adecuado.

Keeper es una bala perdida, ideas interesantes desperdiciadas por un guion absurdo con enfoque y dirección desnortada. Ahora queda por saber si esto fue un experimento fallido de Osgood Perkins o un clavo en su ataúd autoral.

Firma: Javier S. Donate.

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