Entrevista a Cristian Ponce, director de La Frecuencia Kirlian


De alguna forma para ti, La Frecuencia Kirlian ¿Es un lugar al que volver entre proyectos?

Si porque es lo primero que hice de género como más en serio, ya que venía haciendo comedia, pero desde la secundaria yo quería hacer terror. La primera temporada de Kirlian juntaba todo lo que me interesaba del mundo de las ondas, la radio, lo analógico… Cualquier cosa de terror tenía cabida en la serie. Y eso es mi ideal, así que siempre había un tiempo, un espacio en que volver… Cuando de pronto se paró todo durante la pandemia hicimos dos episodios más, aunque sabíamos que iban a ir a YouTube.



En este caso mezclas live action con animación.

En el origen la serie iba a ser de imagen real, e incluso hay grabado un piloto de imagen real que está encerrado para siempre en un cajón (risas). La animación de la serie surge por cuestiones de producción y económicas, pero a la hora de rodar la película queríamos dar un paso mas adelante y mezclar animación con imagen real.



Con la película de Kirlian cierras algunas tramas que se quedaron abiertas en la serie: el fantasma del niño asesinado, la cinta de casete que se envía fuera de Kirlian. ¿Estas respuestas las tenías ya claras para la serie o surgieron al plantearte la película?

Bueno, en realidad siempre nos planteamos abrir preguntas una y otra vez, de hecho en la película también se abren muchas preguntas. Pero a la hora de escribir fueron surgiendo posibles respuestas… Cuando en el primer capítulo es cuando aparece el fantasma del niño Manuel Ramírez, era una broma que fue despertando teorías en internet poco a poco… Nos apropiamos de algunas de esas teorías, así que fue una cosa muy orgánica pero tampoco quisimos cerrar nada.

Es lo que tu corazón quiere que sea (risas), aunque lo cierto es que no estaba planeado para nada.



En tu obra, tanto en la serie/película de Kirlian, Abrazo de Madre e Historias de lo oculto, hay siempre señales apocalípticas, de la utilización de los medios de comunicación para conseguir el control de las masas…

Son diferentes obsesiones que se juntan, hay una cuestión del fin del mundo que es palpable a nivel metafórico, como que se está acabando algo que fue. Hay un concepto también que está sobrevolando las últimas cosas que hago que es la hiperstición, es esta idea de la superstición pero llevado a su extremo porque si todo el mundo cree en algo, ese algo se convierte al ser real. Es como un paradigma de la ciencia, pero en lo social.



Hablando de este concepto, Kirlian es una mezcla entre hiperstición, superstición, leyendas locales… todo ahí entremezclado.

Sí, es como lo que está pasando ahora mismo con las fake news: Kirlian es como la mínima expresión de lo que podría ser la voz de los más fuertes, en este pueblo que supuestamente desapareció, la voz más importante es esa voz de la radio.

Lo que se dice en la radio es la verdad, si pasa en televisión es verdad, y el locutor lo utiliza a su favor. Para los invitados que van a contar sus historias, si de pronto dicen que han visto un hombre lobo, los oyentes creerán que es verdad y se empezará a hablar de hombres lobos en Kirlian. Eso es lo que me gusta de este concepto, la superstición o la leyenda urbana se fueron de perspectiva y se convierte en la hiperstición.



En la paleta de colores de la película, homenajeas a las revistas de ciencia ficción y terror argentinas.

Alla teníamos una editorial que se llamaba Columba, que editaban revistas super populares y tenían el amarillo, el rosado y esa especie de índigo que le daba una identidad muy propia. Esas revistas, D’Artagnan o El Tony, incluso adaptaban películas de éxito… El Exorcista, La Profecía, imagínate esas historias con estos colores tan chillones que le daba una dimensión extra. A nosotros nos servía en términos de producción porque era más rápido el dibujar y colorear de esa manera, pero a su vez terminó siendo una posibilidad estética. Ya desde el tráiler tuvimos el trabajo de Juana Solassi, que estudio con nosotros en la universidad de la Plata donde también nos acompaña como docente; nuestra primera colaboración fue en Abrazo de Madre, donde hizo todo el color de la película.



Sí, de alguna forma buscasteis la identidad cromática.

Primero hubo como una decisión hablada entre ella y el jefe de ilustradores/director de arte de la película que es Hernán Bengoa, de manejarse en esos colores. Junto con el director de fotografía Franco Serana establecieron una paleta tanto para la acción real como para la animación, y todo esto se reforzó/pulió en la corrección de color durante la postproducción.

Fue un proceso de dos años durante el cual fuimos entendiendo cuál era la identidad y abrazamos mucho el collage, al principio iba a ser Live action y animación, pero luego se fueron añadiendo distintos estilos de animación. Las siluetas, que son la marca identitaria de la serie, no era parte de la película, pero nos dijimos que en algún momento debían volver y además nos convenía en término de producción. Y desde la fotografía, las posibilidades que nos dio esta opción del collage, de pronto que el fondo detrás del locutor fuera verdad, que cada historia tuviera paleta dentro de lo que era el color general… Y en el fondo es un todo vale porque si hay un personaje en Kirlian que cree en lo que se está narrando, esa es su realidad, algo que desde lo narrativo y lo estético funcionaba.



Hablas de las siluetas en la serie que fue una decisión económica pero que, a la larga, se convirtió en una seña de identidad de la serie.

Era una cosa que estuvo a principio del 2010, recuerdo que había un video de Queens of the Stone Age donde estaban ellos convertidos en siluetas, o los números del reboot del comic de Sabrina en plan terror que escribió Roberto Aguirre-Sacasa… Estaba ahí y nosotros lo abrazamos como nuestra identidad y fuimos a full con eso. Surgió como producción pero después nos dimos cuenta de que tenía un sentido estético y narrativo, en conversaciones con Hernán que es el ilustrador, aparte de guionista y director de varios episodios, le íbamos encontrando sentido en plan “son sombras de lo que pasa fuera” y nos creaba un nuevo piso encima del piso que teníamos, para subir un escalón nuevo y seguir contando historias.



Tanto Kirlian como Historias de lo Oculto han generado legiones de fans y culto. ¿En algún momento se te ocurrió que esto ocurriría?

No se si fue algo que decidí, que se fue dando o tiene que ver con mi personalidad, pero yo, como televidente y espectador, siempre busqué la rareza. Siempre me llamaron las cosas extrañas y creo que a la hora de producir mis cosas, siempre intente ser fiel a esa búsqueda y tratar de generar algo que me guste a mí en esa línea.

Porque si yo soy sincero con lo que me gusta, y si creo en lo que me gusta, probablemente vaya a encontrar un público allá fuera. Pero si por el contrario intento hacer una película que le guste a todo el mundo, empiezo a dar el brazo a torcer en cosas para buscar el gusto de todos aunque a mi no me guste tanto, posiblemente le guste a mucha más gente pero no le convenza tanto como si fuera algo específico.

Por ejemplo, la película de Kirlian: hay de todo, gente que le gusta mucho y conecta con la película, lo prefiero a productos que gusten a muchos pero les dejen más fríos.



La música de Marcelo Cataldo es también parte de la identidad de La Frecuencia. ¿Le pasas propuestas musicales o le dejas libertad?

Había una definición en la serie, la synthwave, pero en la película yo quería una identidad distinta para cada historia. Entonces la primera tiene influencia de Televisión y la música de Creepshow 2 que es algo así como más rockera, la segunda era Twilight Zone por la historia de estos extraterrestres, la tercera un pop punk… Si hubo como un montón de temptracks que usábamos para la animación, porque era un proceso muy difícil ya que la animación y la música tenían que ir sincronizados; pero bueno, a partir de lo que se definió, Marcelo tuvo libertad. Lo bueno es que como todos los cabezas de equipo de la película, la identidad estaba clara y somos amigos desde hace muchos años así que, bueno, no hubo prácticamente nada en lo que no estuviéramos de acuerdo.



Ya tienes en proyecto una nueva película con un título larguísimo.

Sí, es Familia Teme Enfrentar Una Nueva Noche de Terror, que en realidad es la traducción bastante literal de un artículo que salió en la prensa británica recuperado de los setenta: “Family fear another night of terror” e iba sobre una familia que tenía un poltergeist en la casa y todos los días vivía con angustia porque esa noche igual se despertaba el poltergeist y a ver qué les iba a pasar… incluso una vez se les metió una cabra caminando sobre dos patas. Los ingleses ya de base tienen una cosa mística y terrorífica y esa familia lo estaba pasando muy mal.

El artículo me hizo pensar en esa ansiedad que creo que es bastante universal, que tiene que ver con la química en nuestros cuerpos y lo que nos pasa de noche. Hay una frase de Adolfo Bioy Casares, seguro que la cito mal, que dice que el hombre de noche no puede pensar de manera clara porque todo susto es tremendo y cualquier posibilidad de relajarnos parece inaudita. De noche, realmente, la oscuridad está en todos lados y la preocupación crece. Me interesaba trabajar eso: qué pasa con esta familia que odia la noche y cada cual desde su punto de vista experimenta algo extraño que sucede en la casa.

Hay algo de hiperstición también en cómo entienden o materializan lo que está pasando, que también es Lovecraft, algo que va más allá de la comprensión y la ponemos una cara basada en la cultura popular o el mundo demoniaco, hay un montón de cosas a las que se está volviendo a hablar que me interesan mucho y que tiene que ver con esto: lo que vemos y nos da miedo surge de nuestras propias cabezas, aunque tampoco descartemos que allá fuera haya algo que exista de verdad y nos esté dando miedo.

Está el documental de Rodney Ascher que se llama La Pesadilla que trata sobre la parálisis del sueño. Y también uno de los protagonistas dice: “mi vida es normal, tengo amigos, tengo novia, ahora empieza a oscurecer y me empiezo a sentir mal porque empiezo a pensar que esta noche va a pasar lo peor”. Y todas esas cosas e influencia fueron a parar a Familia Teme, que es como lo llamamos en postproducción.