Witte Wieven review

En esta aldea apartada, en un tiempo muy lejano, Frieda quiere darle un hijo a su marido/compañero Hikko, pero una y otra vez la regla demuestra que todo es en vano. Huyendo de un lugareño lujurioso y violento, Frieda se interna en el bosque oscuro, de donde jamás ha vuelto a salir una mujer, y allí tiene un encuentro con unas fuerzas tan poderosas como desconocidas.

Título original: Witte Wieven

Año: 2024

Duración: 61 min.

País: Países Bajos

Director: Didier Konings

Guion: Marc S. Nollkaemper

Música: Sebastien Romero

Fotografía: Luuk de Kok

Reparto: Anneke Sluiters, Len Leo Vincent, Reinout Bussemaker, Nola Elvis Kemper, Léon van Waas, Marc Eikelenboom


Un viaje hacia la brujería como nunca habrás visto.

La figura de la bruja existe desde que la humanidad empezó a caminar sobre la tierra, portadoras de sabiduría, sanadoras… Pero cuando las religiones castrantes necesitaron culpables para señalar, se convirtieron en El Mal.


Esta es una película sobre brujas que jamás se ha visto anteriormente.

En esta aldea apartada, en un tiempo muy lejano, Frieda quiere darle un hijo a su marido/compañero Hikko, pero una y otra vez la regla demuestra que todo es en vano. Huyendo de un lugareño lujurioso y violento, Frieda se interna en el bosque oscuro, de donde jamás ha vuelto a salir una mujer, y allí tiene un encuentro con unas fuerzas tan poderosas como desconocidas.

Una vez Frieda surge del bosque algo ha cambiado en su interior mientras la realidad se rompe una y otra vez al tiempo que se cuestiona tanto la religión imperante como el papel del hombre y la mujer en la naturaleza y la sociedad.

El poder crece en Frieda mientras a su alrededor surgen habladurías y se encienden antorchas para quemarla viva.

Al terminar Witte Wieven uno no puede hacer menos que preguntarse, quién demonios es su director y bajo qué piedra estaba escondido: la respuesta es que Didier Konings es un artista, director de videoclips y técnico de FX… De alguna forma, en su ópera prima aúna todas sus vertientes para ofrecer al espectador una experiencia única. En el guion de Marc S. Nollkaemper, con historia del propio director, hay tanto referencias al folclore clásico, como a esos relatos clásicos de Arthur Madchen que tratan los terrores que viven en la naturaleza, en esta ruptura de la realidad por parte de lo sobrenatural al mismo tiempo que reivindica a la mujer como parte fundamental de la vida al poder engendrar.


No nos encontramos una película al uso, por lo menos no tal como la entendemos en estos tiempos donde al espectador se le da todo mascado, sino que genera una historia impresionista, lanzando al espectador a su interior sin preocuparse tanto por la forma como por el fondo: el impresionante trabajo de producción, la conjunción entre la fotografía de Luuk de Kok, la música de Sebastien Romero para formar un todo en el que todo se nota cuidado al detalle y donde cada elemento está mimado para que el espectador no sea “solo” un espectador, sino que participe en una historia que se desarrolla con rapidez y que pone la mirada en el cine clásico fantástico, ya que remite directamente a Häxan de 1922, una de las primeras películas de terror que mezcla documental y narración para analizar el mundo de las brujas.

Witte Wieven no es para un público que busca jump scares al uso o una historia con una estructura rígida principio/nudo/desenlace, pero si uno se asoma a su interior y se deja llevar, se encontrará una película distinta, un trabajo de orfebrería tan contracorriente como especial con un trabajo de producción muy interesante y un gran trabajo de estudio de la época en que se desarrolla donde, al igual que Robert Eggers en The Witch, no lo tamiza desde la óptica del siglo XXI.

Ah, y si realmente existe eso que se llama terror elevado, Witten Wieven demuestra que se puede hacer algo apasionante sin aburrir mortalmente al espectador, con una narración generosa en costumbrismo, imaginería fantástica y gore en apenas una hora de duración. Toda una lección de economía audiovisual que sacaría hoy en día los colores a más de un realizador consagrado.

Firma: GMM & Javier S. Donate.