Entrevista a Ángel González, director Maleficio (La regla de Osha)

La idea surge porque yo vivo en un barrio en Madrid donde hay una importante presencia de bandas. Recuerdo que hacia el año 2021 había muchos reportajes en prensa y televisión respecto a las bandas juveniles y me pareció que podía ser un buen material ara una película. Entonces investigando sobre el tema descubrí la relación de algunas de estas bandas, sobre todo las que tienen relación con Hispanoamérica, con la Santería, el ocultismo afrocubano.
Foto de Nacho López

¿Cuál es el origen de Maleficio?

La idea surge porque yo vivo en un barrio en Madrid donde hay una importante presencia de bandas. Recuerdo que hacia el año 2021 había muchos reportajes en prensa y televisión respecto a las bandas juveniles y me pareció que podía ser un buen material ara una película. Entonces investigando sobre el tema descubrí la relación de algunas de estas bandas, sobre todo las que tienen relación con Hispanoamérica, con la Santería, el ocultismo afrocubano.

La idea surge de allí, el mezclar la idea de las bandas con la santería afro caribeña. Con esta premisa hablé con el productor Paul Mateos, y durante meses empezamos a desarrollar la historia hasta tener un tratamiento donde reflejábamos la idea que queríamos transmitir. Ahí ya se incorpora la guionista Sara Vicente Laguna.

Poco después, Paul, Miguel Tejerina y yo montamos la productora Black Light para empezar a mover el proyecto.



La santería no aparece mucho en el mundo del terror, ¿Hiciste algún tipo de investigación o ya conocías ese mundo?

No conocía ese mundo en absoluto, pero cuando empezar a investigar la relación entre las bandas y este tipo de ritos, empecé a documentarte. Hay una documentación, casi diría ingente, tanto escrita como audiovisual. También nos entrevistamos con Santeros y Paleros, tanto a la hora de la escritura como durante la puesta en escena. La directora de arte, Vicky de la Vega, que vive en México, contactó con una palera mexicana y de hecho gran parte del attrezzo y de la construcción del set son importados de México y algunos de ellos incluso usados en rituales.

Hubo una gran investigación sobre el tema. Édgard Vittorino que interpreta a un narcotraficante que practica santería, se metió de lleno en el mundo de las prácticas del Palo Mayombe; viajo a Nueva York ya que conocía a una serie de personas que estaban en este mundo y pudo vivir de primera mano e incluso presenciar alguno de estos rituales lo que aportó gran documentación a la película.

Y sí, realmente no han aparecido películas relacionadas con la santería pero me viene a la cabeza Los Creyentes de John Schlesinger, Perdita Durango, El Corazón del Ángel mezcla la santería con el Vudú.



Últimamente Bilbao ha aparecido en muchas películas de género, ¿qué aporta esta ciudad a Maleficio?

Bueno, el rodaje en Bilbao es por motivos exclusivamente financieros. La película estaba escrita para ser rodada en Madrid, pero como conocimos a nuestros socios del País Vasco, se planteó la ayuda fiscal a través de ellos.

Lo que no podíamos hacer era simular Madrid en Vizcaya y ambientarla en Bilbao tampoco tenía ningún sentido, así que optamos por una tercera vía que era deslocalizar el lugar, vemos que hay una gran ciudad española donde la gente habla con acento castellano, colombiano, mexicano, toda una mezcla de acentos.



A la hora de rodar, ¿cómo es mezclar el thriller y el terror?

Es una pregunta complicada pero, bueno, tratas de ir resolviendo caso a caso, cuando tienes que rodar una pelea entre pandilleros o una persecución, te centras más en los aspectos de acción. Cuando es una secuencia que tiene que ver con investigación o un descubrimiento te centras más en el thriller, como crear esa sensación. Lo mismo con el terror, digamos que vas poco a poco, plano a plano, secuencia a secuencia.