FANT Bilbao - La Sombra del Tiburón review

Noche tras noche, Alma sufre pesadillas ¿O tal vez sea sonámbula? E incluso a veces se despierta en lugares totalmente desconocidos y extraños… Eso cuando no se encuentra atrapada en una especie de pesadilla donde es asesinada. Alma se mueve por el mundo bajo las miradas de los hombres que le rodean, y no parece tener ayuda más allá de un terapeuta y sus extrañas sesiones.

Título original: La Sombra del Tiburón

Año: 2024

Duración: 89 min.

País: Estados Unidos

Director: Gonzalo López-Gallego

Guion: Gonzalo López-Gallego

Música: Remate

Fotografía: Gonzalo López-Gallego

Reparto: Alba Galocha, Denis Gómez, Remate, Nacho Nugo, Max Wrottesley


Una sombra peligrosa, repleta de interés y experimentación.

El director F. Javier Gutiérrez, durante la presentación de La Espera en el Fancine de Málaga, contó que el actor Denzel Washington le dio un consejo: algunas películas debería hacerlas para el estómago (su bolsillo e independencia económica) y otras por su alma (libertad creativa). Esta película de Gonzalo López-Gallego está hecha para el alma pero desde las tripas, debido a que tiene algo de visceral y exorcismo.


Noche tras noche, Alma sufre pesadillas ¿O tal vez sea sonámbula? E incluso a veces se despierta en lugares totalmente desconocidos y extraños… Eso cuando no se encuentra atrapada en una especie de pesadilla donde es asesinada. Alma se mueve por el mundo bajo las miradas de los hombres que le rodean, y no parece tener ayuda más allá de un terapeuta y sus extrañas sesiones.

Hay un gran miedo en el interior de Alma: su madre empezó igual que ella ahora y acabó suicidándose… ¿Es el inicio de su final o tal vez hay una salida a todo lo que está ocurriendo?

La Sombra del Tiburón es una película extraña, más cercana al cine de autor que al de terror aunque tiene buena atmosfera, e incluso la sinopsis es el resultado de pensar bastante sobre la trama – que haberla, hayla – pero ni siquiera el que esto escribe tiene claro que realmente trate sobre lo que ha puesto ya que, realmente, es el resultado de un proyecto muy personal del director en conjunto con la actriz Alba Galocha y el actor Denis Gómez, una película igual más oportunista que oportuna y que mutó a lo largo de sus dos años y medio de rodaje, donde la música de Remate – quien al mismo tiempo interpreta uno de los papeles principales – sustenta este universo tan particular… Pero también es el grito de rabia de un director ante una industria incapaz de permitir la innovación; a este respecto la secuencia que parte en dos la película, un momento con aires autobiográficos en el que un grupo de “expertos audiovisuales” utilizan muchos extractos del “manual 101 para un producto perfecto”, y con muchas frases en inglés para quedar más “auténticas” solo para echar por tierra el trabajo de alguien llamado “G”.

Hay que reconocerle a Gonzalo López-Gallego – no olvidemos sus más que competentes Apollo 18 y Open Grave - la capacidad de generar imágenes que se agarren a la memoria, intrigar y, a veces, fascinar con su puesta en escena y el sugerente rostro de Alba Galocha, contrapuesto al más terrenal e inquietante de Denis Gómez… En la búsqueda del director por transgredir el tiempo y el espacio, rompiendo en ocasiones la cuarta pared, hay ecos a Fata Morgana, aunque La sombra… sea menos gozosa y revisable que la dirigida por un loquísimo Vicente Aranda en 1966 que saltaba entre géneros para desgracia de sus detractores y alegría de aquellos a los que fascinó la apuesta.


¿Y todo esto qué significa? En este proyecto escrito, guionizado, producido, montado y fotografiado por el propio López-Gallego hay experimentación y libertad, mucho surrealismo y desinhibición, por esto el espectador que se deje llevar podrá disfrutarla mientras aquellos que choquen con la propuesta se sentirán estafados e irritados… Algo totalmente reivindicable gracias al propio espíritu de este Tiburón y es que debería verse no solo como una propuesta diferente sino también un consejo para todos aquellos creadores, tantos los ya conocidos como los que vendrán: “no te estanques, amplía horizontes y crea por tu cuenta lo que no te dejan los de arriba”.

Independientemente de algunos momentos muy logrados y la atmosfera turbia, solo por esta valentía de López-Gallego en dar un paso adelante, aparte de la fascinación y rechazo que generará – algo cada vez más extraño en estas épocas de uniformidad creativa – ya merece la pena ver La Sombra del Tiburón.

Firma: Javier S. Donate.

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