Entrevista a Sean Wainsteim, director del cortometraje Demon Box

Después de haber sido rechazado por los festivales, un director revisa su cortometraje, un trabajo muy intensamente personal, que trata sobre el trauma, suicidio y el holocausto, para transformarlo en una disección dolorosa, demoledora y graciosa acerca de la película y su vida. Diez años de realización.
Foto de James Heaslip

Después de haber sido rechazado por los festivales, un director revisa su cortometraje, un trabajo muy intensamente personal, que trata sobre el trauma, suicidio y el holocausto, para transformarlo en una disección dolorosa, demoledora y graciosa acerca de la película y su vida. Diez años de realización.



¿Cuál fue el origen del cortometraje?

Empecé a trabajar en Demon Box como una forma de explorar los temas que había evitado en mi anterior trabajo. Quería hacer algo auténtico. Y lo hice de la forma que suelo hacerlo: usando elementos fantásticos y de terror en vez de tratar directamente los temas. Aunque es algo a lo que tiendo, creo que personalmente no profundicé lo demasiado en la naturaleza personal del tema.



¿Qué fue lo más complicado del rodaje?

Esta película fue rodada a lo largo de diez años. Lo más complicado fue probablemente durante la postproducción. Demon Box seguía evolucionando y cambiando más por los cambios de mi vida que por lo que estaba rodando. De pronto iba a ser padre. Mi abuelo falleció. En un rodaje que trata un trauma generacional, me parecía deshonesto esquivar esos tópicos – dónde me habían llevado las historias del pasado y cómo influirían en contar las futuras historias.


¿Cuáles son tus influencias?

Demon Box es un poco de todo – desde las películas de terror en imagen real, animación, documentales y trabajos experimentales. Mis influencias se mueven entre esos puntos. La idea de cómo la forma de filmar influencia cada sección. Tomé prestado algo de la estética hollywoodiense de Steven Spielberg durante algunos periodos de tiempo, mientras otras temporadas fui más a lo directo. Una de mis mayores influencias fue el increíble trabajo de Sarah Polley en Stories we tell, que no solo trata de las historias que nos dan forma sino de cómo contarlas.



¿Qué consejos darías a las próximas generaciones de cortometrajistas?

El mejor consejo que puedo dar es “comete errores”. Especialmente si estás empezando, intenta evitar la idea de que vas a hacer una obra de arte. Incluso aunque tengas asumido que será una gran mierda, ¡Ruédalo! Esto quita un montón de presión. Aprenderás cosas y crearás con mayor libertad. Tampoco te obsesiones con un montón de elementos que son difíciles de controlar con presupuestos limitados – como la fotografía o el acting. Usa lo que tienes a mano para contar historias. Luego cuenta más historias. Descubre lo que te gusta y perfecciónalo mientras encuentras tu propia voz.



¿Cómo ves el mundo del fantástico hoy en día?

Con artistas como Yorgo Lanthimos, Jordan Peele y Ari Aster, el terror parece estar en buenas manos. Todos mejoramos al escuchar historias que vienen de diferentes comunidades humanas. Mientras esas voces continúen e incluso se amplifiquen, parece que el terror y las películas de género seguirán innovando y llegando incluso a mayores audiencias.


¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Tengo varios proyectos en marcha. Desde mis proyectos de largometrajes, algunos rodados y otros en postproducción, otros en distintas fases de desarrollo. La mayoría explora cómo se cuentan las historias y el impacto de nuestro pasado en nuestro futuro. Generalmente incorporan realismo mágico o elementos fantásticos que intentan presentar mundos que jamás hemos visto.



¿Dónde se te puede encontrar?

Me gustaría ser mejor con las redes sociales, pero lo encuentro muy complicado entre la vida familiar y los rodajes. Por ahora, el mejor lugar para ver mis trabajos es en mi website www.seanwainsteim.com



¿Película de terror favorita?

Ugh. ¿Puede haber una pregunta más difícil que esta? Me voy a decantar por una escena que hace años tuvo un gran efecto en mí y que directamente influyó en Demon Box: An american werewolf in London que no solo tiene una increíble transformación, personajes carismáticos y momentos únicos. Pero personalmente tiene una de las cosas más horribles en la que puedo pensar. Junto a las historias que escuché mientras crecía en los años 80, tuve claro que era inevitable que tropas nazis asaltarían mi casa familiar en los suburbios. ¿Qué es más terrible que un nazi echando abajo la puerta de tu casa en los años 80? Nazis hombres lobos… con lanzallamas. ¡Espantoso! El despertar de este doble sueño se me quedó grabado en una psique que no estaba preparada para ello.