Cold Prey review

Cinco amigos deciden ir a las montañas a disfrutar de un día de nieve y esquí. Uno de ellos se rompe una pierna y pronto empieza a anochecer, así que no les queda otra opción que pasar la noche en un hotel abandonado en medio de la nieve…

Título original: Cold Prey

Año: 2006

Duración: 97 min.

País: Noruega

Director: Roar Uthaug

Guion: Roar Uthaug, Thomas Moldestad, Martin Sundland

Música: Magnus Beite

Fotografía: Daniel Voldheim

Reparto: Ingrid Bolso Berdal, Rolf Kristian Larsen, Tomas Alf Larsen, Viktoria Winge


Un slasher de calidad con tensión y buenas dosis de miedo.

Cold Prey está muy bien. Es simple empezar así, pero es directo y es verdad. ¿Para qué usar florituras?: la película es una fórmula mil veces vista, pero ejecutada eficazmente, por lo que consigue crear una tensión y un mal estar que sabemos que no son fáciles de conseguir. Conoces la historia, pero si te la cuentan bien contada, la vuelves a disfrutar.


Cinco amigos deciden ir a las montañas a disfrutar de un día de nieve y esquí. Uno de ellos se rompe una pierna y pronto empieza a anochecer, así que no les queda otra opción que pasar la noche en un hotel abandonado en medio de la nieve…

¡Qué disfrutables son los slashers cuando están bien desarrollados! Este subgénero que nos ha dado tantas alegrías (y disgustos, pero vamos a quedarnos con lo bueno) está poblado de cintas que repiten una y otra vez la misma ecuación: chicos jóvenes caen como moscas a manos de algún desalmado, y sólo una final girl a la altura puede acabar con su malvada persona. Y por supuesto, si la cartera da de sí, el malo volverá una y otra vez en innumerables secuelas. Una fórmula tan gustosa como simple, que por algún motivo funciona por mucho que pasen las décadas.

Cold Prey lo hace bien: el elenco liderado por Ingrid Bolso Bernal es normalito, pero ella tiene la fuerza necesaria para plantarle cara a lo que les acecha. Llora con miedo, pánico, angustia y puede parecer una nimiedad, pero que la prota muestre todas esas emociones es importante para que la cosa funcione. En cuanto a guion las situaciones son tan simples como os podáis imaginar: edificio abandonado, nadie alrededor que te pueda ayudar, jóvenes con movidas de amoríos, sitio inhóspito y desasosegante, pero todo está bien compuesto. De alguna manera, la historia trillada se traslada a la pantalla con eficacia. Se consigue tensión con los silencios al recorrer los pasillos, con planos que se alargan para conseguir nerviosismo en el espectador, con las emociones mencionadas antes bien trabajadas, la localización con recovecos como la despensa o la caseta de herramientas, las situaciones en las que tienes que separarte porque no te queda otra.


En definitiva, el uso de las herramientas narrativas y visuales están más que correctas. Por todo ello suponemos que, a su director, Roar Uthaug, no le ha ido nada mal desde entonces. Ha tenido una carrera fructífera dirigiendo Tomb Raider (la versión con Alicia Vikander) o la reciente Troll, producida para Netflix en 2022. Cold Prey tuvo además una segunda parte, y se comenta que está muy conseguida, aunque la dirigió otra persona.

No puedo despedirme sin comentar que en España, la película se tradujo como Fanáticos del Snow lo cual me provoca mucho asombro y confirma que quienes escogieron ese título solo vieron los cinco primeros minutos. Yo diría que por tal incompetencia merecen pasar unos días en el hotel abandonado de la peli.

Si tenéis ocasión no os la perdáis, y si es con amigos en la nieve, todavía mejor.

Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre

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