Sitges - The Knocking review

Mikko, Maria y Matilda son hermanos, pero no tienen una relación estrecha. De hecho, llevan años sin verse cuando deciden reunirse para decidir qué hacer con la casa donde vivían de niños, y donde ya no habita nadie. Por ello, se desplazan al lugar, pero no tardan en volver los recuerdos traumáticos a su memoria y la amenaza del lugar en el que están.

Título original: The Knocking

Año: 2022

Duración: 90 min.

País: Finlandia

Director: Jonaas Pajunen, Max Seeck

Guion: Jonaas Pajunen, Max Seeck

Música: Tuomas Kantelinen

Fotografía: Matti Eerikäinen

Reparto: Pekka Strang, Saana Koivisto, Inka Kallén


Relaciones fraternales, terrores y traumas en una película fría y discreta.

Desde Escandinavia nos llega cada vez más cine y más producciones audiovisuales en general, y está claro que es un arte que se les da bien. Tienen una buena industria y saben contar historias, aunque no sé si por choque cultural o simplemente por gustos, los tildamos muchas veces de “fríos”. Y eso es justo lo que le pasa a The Knocking. Una peli que no es mala, pero que no hace sentir nada.


Mikko, Maria y Matilda son hermanos, pero no tienen una relación estrecha. De hecho, llevan años sin verse cuando deciden reunirse para decidir qué hacer con la casa donde vivían de niños, y donde ya no habita nadie. Por ello, se desplazan al lugar, pero no tardan en volver los recuerdos traumáticos a su memoria y la amenaza del lugar en el que están.

Esta historia, que mezcla drama familiar y relaciones dañadas entre los personajes con elementos de terror, supone el primer trabajo en la dirección de sus directores Jonaas Pajunen y Max Seeck, dos directores jóvenes que demuestran saber qué están haciendo, aunque le falte pasión a su producto final. De ahí esta puntuación que supera apenas el aprobado y que quizás no merece el resultado general de la obra, ya que se nota que hay un buen trabajo detrás, pero es difícil valorarla mejor porqué es completamente olvidable.

Las relaciones y diálogos entre los personajes no son especialmente interesantes porque carecen de intensidad, aunque sí podemos destacar que sus tres protagonistas Pekka Strang, Saana Koivisto e Inka Kallén están bien en sus papeles. Son casi los únicos personajes que aparecen, y se nota una buena química entre ellos. La película tiene momentos flashback dónde se nos explica la infancia de los protagonistas y por qué tienen la relación que tienen, intenta crear desasosiego ya que intuimos que ha habido drama e incomodidad con el espacio en el que están. La casa donde sucedieron los acontecimientos traumáticos de su niñez y las tierras que rodean el lugar no son acogedoras. Pero todo en su conjunto, deja una sensación de soserío.

Quizás lo mejor, sorprendentemente, sea el final. La resolución tiene su gracia, y es una imagen bastante poética. Y cuando hay elementos de terror (que los hay) no funciona mal del todo. Para ser una primera película no está nada mal, esperemos que su equipo nos traiga cosas más sabrosas en el futuro.

Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre

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