Entrevista a Andy Mitton, director de The Harbinger


Entrevista realizada en el FrightFest 2022 a Andy Mitton, director de The Harbinger.


¿Hace años tuviste un encuentro con un fantasma real?

Sí, creo que lo conté unas cuantas veces durante el circuito de festivales con The Witch in the Window, ya que de alguna forma es lo que me inspiró la película.

Tenía siete años y estaba en la cama. Escuché una música de orquesta que se iba acercando a través del hall. Estaba paralizado y no podía moverme. Cerré los ojos todo lo fuerte que pude, cuando finalmente me atreví a abrirlos, me encontré con una cabeza espectral que flotaba en la habitación. Con acritud me gritó alguna tontería acerca de una chica llamada Lydia. Finalmente me asusté y llamé a gritos a mi madre, y la cabeza desapareció.

Lo más loco es que esa misma noche, cuando estaba aterrorizado en la cama de mis padres - ¡volvió la misma música! Todavía la recuerdo claramente e intenté recrearla en el score de The Witch in the Window – sonando desde el hall. Esta vez era una calavera grisácea que me grito “¿LO HAS OIDO?”. Cuando desperté a mi madre, todavía podía escuchar la música alejándose por el hall. Pero ella no pudo escucharla.

Viví en la misma casa durante mi infancia feliz, pero jamás volvió a ocurrir nada como lo que he contado.


¿Cómo nace The Harbinger?

Al principio de la pandemia, vendimos nuestra casa y nosotros cuatro nos mudamos con mi madre. La película que pensaba rodar ese verano no parecía ponerse en marcha. En ese tiempo nadie sabía que existiría una vacuna y parecía no haber final a la vista. También se estaban perdiendo vidas. Una conocida de Facebook posteó desde su cama en el hospital y nunca volvió a postear. Cuando falleció estaba sola en el hospital, sin su familia. Simplemente se fue.

De alguna forma quería contar lo que sentía. Primero pensé que tal vez no debería hacer una película sobre esto porque la gente preferiría no recordarlo. Pero luego pensé, y esto es con lo que me quedé, que era un momento de amenaza global, en la que todos en el planeta compartíamos el mismo terror. Podría utilizar ese miedo como combustible. La historia de terror creada debía ser capaz de mantenerse por sí misma.

Mis guiones generalmente empiezan con un momento específico, o un sentimiento. Para The Witch in the Window, era alrededor de una llamada que recibía el protagonista. Me moví alrededor de este momento, comprendiendo su valor. Y ese momento es el que la gente más recuerda de la película. Para The Harbinger, lo construí alrededor de ese sentimiento. La manera que me hace sentir Jacob’s Ladder. Una maquina siniestra, misteriosa y terrible con un héroe imbatible teniendo que atravesar el inferno para enfrentarse a sus demonios.

Tuve escrito el guion en menos de un mes, y estábamos rodando cinco meses después. Con el gran apoyo de mis compañeros productores - Richard King, Clark Freeman, Jay Dunn, and Cassidy Freeman – trabajamos un plan de producción y encontramos una forma segura de rodar aun manteniendo toda la energía que impulsó el proyecto.


Tomas un carácter histórico como es el doctor plaga, los doctores con máscaras de pico durante las epidemias, y lo conviertes es un mito.

Cualquier mascara de pico, desde Eyes Wide Shut y los cartoons de Spy Vs Spy con los que crecí, siempre me han asustado. Me dan esa sensación de misterio que busco en mi villano terrorífico. Y es algo que no ha sido utilizado en el género de terror – así que creo que era algo perfecto a lo que agarrarse. Podía sonar un poco obvio – así que debía utilizar de una forma original, aprovechar las posibilidades. En el fondo, da miedo, y esa es la intención ¿No?

La verdad es que no creo que transforme un personaje histórico en un mito. Porque simplemente es que este demonio ha utilizado esta forma para aparecerse. Tan absurdo como eso, es como en Ghostbusters, cuando Gozer dice “Escoge la forma de tu destructor” y ellos piensan en el inocente hombre Marshmallow. Así que nuestra amenaza colectiva adopta la forma de nuestro destructor – que lógicamente en un doctor de la plaga. La siguiente vez tomará otra forma.


The Harbinger habla sobre las relaciones humanas, las “burbujas”, el miedo y la paranoia durante el confinamiento del COVID 19.

Un viejo amigo me dijo cuando era muy joven “La vida es una serie de amistades”. Esa fue, posiblemente, la primera definición que me resonó.

Creo que todos debimos recordar eso, de la peor forma, cuando nos forzaron al aislamiento. Nuestra propia identidad está atada a nuestras amistades. Ese es el centro. Y fuimos perdiendo ese centro, incapaces de conseguir ayuda de otra persona sin ponerlas en riesgo. Sin esos lazos, es fácil desaparecer, sentirse olvidados.

Es justamente la vulnerabilidad que explotaría un demonio.


¿Cómo fue tu confinamiento en la vida real?

Comparado con otros, fui muy afortunado. Tengo a mi mujer y a mis niños (los que aparecen en la película en el zoom con la demonóloga), y también mi madre. Dimos clase en casa, fue complicado ya que, como casi todo el mundo, nuestros planes se cancelaron. Fue duro, pero si consideras que mucha gente lo pasó peor, no sería justo que me quejara. Hubo bendiciones y tiempo de esperanza – aunque no demasiado tiempo libre para escribir.


Tanto en The Harbinger como en The Witch in the Window, no hay fronteras entre los mundos naturales y supernaturales.

Creo que es verdad Рo si existen esas barreras son muy tenues. Eso es lo que realmente creo. Existen caminos entre los dos mundos. En Yellowbrickroad el camino es a trav̩s de la naturaleza salvaje; en We Go On es el miedo a lo sobrenatural; en The Witch in the Window el camino es la vieja casa; y en The Harbinger, a trav̩s de tus pesadillas.


¿Cómo fue el rodaje en espacios cerrados?

Estresante. Pero el espacio más pequeño fue la casa de la familia de Monique, la primera semana de rodaje. Aunque nuestro esquipo era increíble y estábamos todos muy preparados para esa situación. Al mismo tiempo corrimos el riesgo de no tener una red de seguridad. Un estallido de COVID hubiera terminado echando abajo la película – no había dinero para detener el rodaje una semana y empezar de nuevo.

Pero una vez que nos metimos de lleno, empezamos a relajarnos y disfrutar con el trabajo, como siempre. Y con el equipo de artistas que me acompañaba, creo que todos descubrieron que el resultado valdría la pena, así que hubo mucha química entre todos.


En the Harbinger eres un hombre orquesta: director, productor, músico, guionista y montador.

Todo esto fue porque mi equipo era muy pequeño. Ni siquiera pienso en mi mismo como autor, porque lo que más disfruto de este proceso es la colaboración, que es la llave para un buen rodaje. Así que mientras tengo todos esos sombreros en la estantería – el de escritor, director, montador, compositor – nunca los llevo al mismo tiempo. No ruedo para proteger el trabajo del guionista, y tampoco edito teniendo respeto con el trabajo de director. Realmente separo las tareas, y tengo un montón de ayuda en cada etapa que me mantiene en el buen camino.


En todas tus películas, los lazos familiares son muy importantes para la historia y los protagonistas principales.

Supongo que es algo instintivo. Siempre he tenido la suerte de estar rodeado por una familia unida, y es algo que valoro profundamente. También viene del deseo de construir fuertes lazos entre personajes.

Me gusta construir historias alrededor de familias en vez de destruirlas, que se enfrenten juntos, y sentir que durante el tercer acto el enemigo testea la fortaleza de su amor. En muchas películas tienden a romper las relaciones a lo largo de la historia, pero al final si tienes fe en el conflicto externo, el tipo malo, entonces el exceso de conflictos internos son innecesarios porque se vuelven contra la historia.


¿Cómo fue la creación de las increíbles secuencia de sueños/pesadillas?

Tuve increíbles colaboradores, como Ludovica Isidori, nuestra directora de fotografía que a veces se encargaba de la cámara para lanzarse a las sombras, o Xiyu Lin, el diseñador de producción que creó esos settings increíbles repleto de textura y detalles, pero sin forzarlo. Gabby Beans, la actriz principal, cuya interpretación del terror daba peso a las secuencias.

Creamos una regla muy simple. Si Monique no sabe que está en un sueño, entonces el espectador tampoco debe saberlo. Nada cambia. Lo tratamos de la misma forma que la realidad, y debe ser indistinguible de la realidad “actual”. Y luego está el tercer nivel: cuando el Harbinger está cerca, todo se paraliza y se vuelve simétrico.


¿Cómo fue la proyección en el FrighFest?

Fue increíble. Verla en una pantalla IMAX en Leicester Square con el cine lleno fue una experiencia que nunca olvidaré. El sonido era tremendo, así que los sustos entraban de forma perfecta. Pero lo mejor es que pude sentir que la multitud estaba atrapada en la historia, aún más que el público de la proyección previa en el festival Fantasia; comprendieron el tema central de la historia y creo que algunos se conmovieron.

Eso es algo primordial.


¿Qué nos puedes contar de tus próximos proyectos?

Me encuentro en la fase de conversaciones para desarrollar distintas cosas. Estoy deseando ponerme con lo siguiente. Estamos creando algunas nuevas y fantásticas amistades a través del proceso y estoy seguro de que algo saldrá pronto. No me atrevo a decir algo más específico que eso.

Tengo una gran pila de guiones. Me gustaría investigar nuevos caminos del género – tengo slasher, horror cósmico, un crossover con ciencia ficción, una comedia de horror, todo tipo de sabores. Y es lo que más me atrae – explorar nuevos tonos y colores, espero ser capaz de llegar a ese punto. ¡Ya veremos!