Sitges - Shepherd review

Eric Black ha perdido el rumbo de su vida tras la muerte de su mujer, Rachel, por ello acepta el trabajo de pastor en una isla lejana. Con tan solo la compañía de su perro Baxter y un grupo de ovejas, Erick pronto sospechará que algo extraño y sobrenatural tiene lugar en la isla.

Título original: Shepherd

Año: 2021

Duración: 103 min.

País: Reino Unido

Director: Russel Owen

Guion: Russel Owen

Música: Callum Donaldson

Fotografía: Richard Stoddard

Reparto: Tom Hughes, Kate Dickie, Greta Schassi, Gaia Weiss


Una historia demasiado pequeña para tanta intensidad.

Hay películas con historias mínimas capaces de intrigar con pocos elementos, son tramas que se cuecen a fuego lento, que abogan por unos personajes que atrapen. Luego, como en el caso que nos ocupa, hay historias mínimas que confunden el fuego lento con las hogueras de San Juan.


Eric Black ha perdido el rumbo de su vida tras la muerte de su mujer, Rachel, por ello acepta el trabajo de pastor en una isla lejana. Con tan solo la compañía de su perro Baxter y un grupo de ovejas, Erick pronto sospechará que algo extraño y sobrenatural tiene lugar en la isla.

Shepherd no engaña porque ya en el póster uno intuye que todo es demasiado… Intenso: La cara hundida que mira al frente, los tonos grises, el mechero como único punto de luz. Aviso al espectador que cuando la película lleva veinte minutos, todo sigue igual: In-ten-si-dad.

Russel Owen – en la doble faceta de director y guionista – alarga hasta la hora y tres cuartos lo que podría haber contado en hora y cuarto; ayudado por la gran labor del director de fotografía, Richard Stoddar, Owen se revela como un director con gusto por lo clásico que sabe colocar la cámara en el lugar adecuado, pero como guionista es poco sutil con esos personajes que parecen sacados de una película de David Lynch - premio en este sentido para la capitana del barco -, y que coloca en el centro un protagonista insulso que vaga de un lado a otro de la historia sin lograr un mínimo de empatía con el espectador. Puede que el gran error de Shepherd sean esos veinte primeros minutos en los que el protagonista va de un lado a otro con gesto de palo, cuando la película debería haber empezado en su viaje en barco. TODO lo que se ha contado en esos veinte primeros minutos se vuelve a contar durante su estancia en la isla.

La búsqueda forzada de la intensidad se ve reforzada por el trabajo del compositor Callum Donaldson, incapaz de sugerir porque TODO debe ser muy intenso. Vale, Callum, cuando el barco se acerca a la isla puede que necesitemos esa música ominosa pero ¿También cuando está pastoreando a las ovejas? ¿Y la escritura del diario o cuando se va a la cama?


En esta historia acerca de la perdida y la redención, donde la religión y la moralidad tienen un papel relevante, no dudo de la capacidad interpretativa de Tom Hughes, pero su gesto perpetuo de extrañeza es como una losa para Shepherd; mucho más acertada está la ya clásica Greta Schassi con el único papel que tiene peso en la historia, mientras Kate Dickie hace un papel que debería ser inquietante y solo tiene frases rimbombantes.

De Shepherd me quedo los maravillosos parajes en los que está rodado, el resto me da un poco lo mismo.

Firma: Javier S. Donate.

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