Attack of the Demons review

Kevin es un adicto al cine de terror de serie B y está entusiasmado con el festival de Halloween de Barrington, en Colorado. De casualidad se encuentra con dos antiguos compañeros de la escuela, Jeff un adicto a las máquinas recreativas y Natalie, una loca de la música. Cada uno por su lado estará disfrutando de sus hobbies cuando una invasión de demonios asolará el pequeño pueblo y obligará al grupo a refugiarse.

Título original: Attack of the Demons

Año: 2019

Duración: 75 min.

País: Estados Unidos

Director: Eric Power

Guion: Andreas Petersen

Música: John Dixon

Fotografía: Eric Power

Reparto: Thomas Petersen, Andreas Petersen, Katie Maguire, Eric Power, August Sargenti, Alicia Power, Jake Meritt, Lauren Hill, James Hill


Entretenida y peculiar película de animación.

Si bien hemos tenido muchas películas del género de terror de animación si que es verdad que, inexplicablemente, no han sido tan numerosas como se pudiera esperar. La animación te da la oportunidad de mostrar auténticas locuras que serían imposibles o, por lo menos, carísimas de producir en imagen real, y aunque la animación tampoco sea especialmente barata si que es algo más económica para situaciones de gran magnitud. Aquí llega Attack of the Demons, una película con una peculiar animación, muy similar a la que se puede ver en South Park pero contando una historia bastante cliché de un ataque demoníaco (que realmente se podrían intercambiar con zombies y no pasaría nada). Veamos qué tal ha salido el experimento.


Kevin es un adicto al cine de terror de serie B y está entusiasmado con el festival de Halloween de Barrington, en Colorado. De casualidad se encuentra con dos antiguos compañeros de la escuela, Jeff un adicto a las máquinas recreativas y Natalie, una loca de la música. Cada uno por su lado estará disfrutando de sus hobbies cuando una invasión de demonios asolará el pequeño pueblo y obligará al grupo a refugiarse.

Es justo matizar lo de cliché, pues más bien es un homenaje a todo el cine y la estética de finales de los 80 y principios de los 90 (la película sucede en 1994) que se encuentra en todas partes, en especial si nos fijamos en los detalles en cada plano, son infinitos. Y Attack of the Demons es indudablemente divertida, pero no lo es todo el rato, de hecho su primera media hora es bastante decente, con personajes muy sencillos de calar y una trama que se preocupa más de la forma que del fondo, pero una vez se desarrolla el interés decae porque es más de lo mismo, y una vez el tipo de animación deja de ser una sorpresa pues nos encontraremos con una historia sosa, con fallos graves de ritmo y por último, el aburrimiento. Se nota que es una película que ha llevado mucho trabajo y se nota el amor y la ilusión por el proyecto, pero en muchos casos se nota que es casi un trabajo amateur, las voces de los personajes no son trabajos profesionales, la producción del audio en general se percibe como un trabajo inacabado y en definitiva, hay más intención que resultado.


Dirige su segundo largometraje Eric Power (tremendo nombre) tras Path of Blood (2013) película también de animación y de estética muy similar a Attack of the Demons. Eric se nota que es todo un artista, el tipo de animación mismo lo demuestra, él dibuja todos los diseños en papel y después se recortan, y como si de un cuento se tratara se hace la ilusión de la animación, lo que hemos visto infinitas veces en pequeñas producciones infantiles no se ha utilizado prácticamente nada para el cine de género, si no tenemos en cuenta las escenas más gore de South Park, y es en este campo donde, evidentemente, la película destaca. La escenas gore y escabrosas son originales y el diseño de las criaturas tiene mucha imaginación, y con la sencillez de su historia habría sido una buena película de serie B de finales de los 80. Pero realmente la película no tiene mucha más “chicha” que su estética.

Película original y a ratos divertida pero que no acaba de convencer, es una película corta y cuando termina no tienes la sensación de haber perdido el tiempo, pero nada mucho más allá. Es un caso bastante parecido al de FPS: First Person Shooter (Andreas Luetzelschwab, 2014) en el que su original estética era, prácticamente, lo único que tenía.

Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW

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