Título original: Perempuan Tanah Jahanam
Año: 2019
Duración: 106 min.
País: Indonesia
Director: Joko Anwar
Guion: Joko Anwar
Fotografía: Ical Tanjung
Música: Bembi Gusti, Tony Merle, Aggi Narotama, Mian Tiara
Reparto: Tara Basro, Ario Bayu, Marissa Anita, Christine Hakim
Joko Anwar da un paso de gigante con Impetigore.
Descubrí a Joko Anwar con Satan’s Slaves y gracias a esto me asomé a una filmografía de terror, la indonesa, que oculta muchas sorpresas. ¿Podrá Anwar volver a sorprenderme o pillaré sus tics?
Tras el extraño ataque de un campesino, Maya decide viajar a un remoto pueblo en busca de su pasado. Acompañada por su amiga íntima, Dini, las preguntas se acumularán cuando se encuentre inmersa en un lugar repleto de peligros donde su cabeza se convertirá en un objeto valioso.
Joko Anwar, autor del guion además de director, muestra ya en los primeros minutos de Impetigore que lo suyo es un aprendizaje continuo. Su forma de meternos en la historia de Maya y Dini, el modo en que nos las presenta en un plano/contraplano aunque no compartan el mismo espacio, no solo es ágil sino que utiliza un lugar común, muy vulgar – el peaje de una gasolinera – y lo transforma en un sitio terrorífico.
El tono pausado y lúgubre de Satan’s Slave aquí se deja de lado ya que Impetigore es un carrusel en movimiento continuo. El espectador acompañará a estas dos jóvenes impulsivas desde el peaje de autopista a un autobús, luego nos montamos en un coche y nos metemos de lleno en esos parajes verdes y repletos de humedad que ocultan el terror. Sin detener la historia un solo momento, ya que apenas ocupa dos días, Anwar se atreve a generar terror a plena luz del día, apoyado por el trabajo de Ical Tanjung, el director de fotografía que le acompaña en sus locuras, y ambos salen airosos.
En esta historia de maldiciones, herencias terribles, marionetas y pasiones humanas, encontramos los rostros agradables de Tara Basro como Maya, la sufrida heredera, aunque la roba escenas es su contrapunto cómico, Marissa Anita como la impertinente Dini, que aporta todo ese humor, estúpido pero efectivo, que faltaba en Satan´s Slaves. Ario Bayu cumple como el mandamás del pueblo, imponente su frialdad ante la maldición que acecha el pueblo, mientras su abnegada madre es Christine Hakim, a quien no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones.
Imposible terminar sin achacar a Joko Anwar esas piedras de molino que mete en el guion para dar respuestas – como el encuentro en el autobús, imposible ser más oportuno – pero el trasfondo final es una mezcla de tantos elementos como el terror, el drama y el amor, que todo se perdona. ¡Ah, y además nos enseña los entresijos del Wayang Kulit, el arte de las marionetas apoyadas en la sombra!
Si disfrutaste Satan’s Slaves, si como yo has descubierto que el terror de Indonesia es todo un filón, atrévete con Impetigore y confirmarás que Joko Anwar es un valor seguro.
Firma: Javier S. Donate.
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