The Block Island Sound review


En un pueblo de pescadores ubicado en una pequeña isla empiezan a pasar cosas raras. Un fuerte sonido procedente del mar hace que algunos habitantes empiecen a sentirse algo raros.

Título original: The Block Island Sound

Año: 2020

Duración: 96 min.

País: Estados Unidos

Director: Kevin McManus, Matthew McManus

Guion: Kevin McManus, Matthew McManus

Música: Paul Koch

Fotografía: Alan Gwizdowski

Reparto: Chris Sheffield, Heidi Niedermeyer, Neville Archambault, Jim Cummings, Matilda Lawler, Ryan O'Flanagan, Michaela McManus, Matthew Lawler, Robin Payne


Película con potencial que no acaba de explotar.

El cine indie toca todos los géneros, y uno en el que se le da particularmente bien es el de la ciencia ficción, ya que con pocos elementos puedes armar una película bastante curiosa. The Block Island Sound jugaría en esa liga, en el que se te dan pocos datos y tú debes armar el resto de la historia. El principal problema es que el argumento tiene que funcionar por si mismo y, desgraciadamente, no es el caso de la que nos ocupa.


En un pueblo de pescadores ubicado en una pequeña isla empiezan a pasar cosas raras. Un fuerte sonido procedente del mar hace que algunos habitantes empiecen a sentirse algo raros.

Da la sensación que la película no sabe bien qué rumbo tomar. Al principio puede parecer que va a tener un estilo lovecraftiano (la palabra no existe pero ya se me entiende), luego pasa a un drama familiar, después un body horror (muy light, eso si), ciencia ficción oscura... y ya se terminó. The Block Island Sound no acaba de decidirse hacia qué lado tirar y al final se queda todo a medio camino y sin que te hayan contado una historia completa. Y no es una cinta aburrida, aunque a veces casi lo consiga, pero su ritmo lento y que siempre estén en los mismos dos o tres lugares no ayuda a hacer que el espectador se introduzca en la trama.

Segundo largometraje de los hermanos McManus tras Funeral Kings (2012) por lo que es su primera interacción con el género de la ciencia ficción y el terror, y un poco se nota, pues en ocasiones acentuando cuatro cosas podrían haber logrado una película de terror bastante decente o, reestructurando el guion, una historia de ciencia ficción un poco más lógica, y me refiero más específicamente a que den las suficientes pistas para que el espectador pueda completar la historia en su cabeza, cosa que no ocurre. Un punto positivo a las piezas musicales de Paul Koch y la interesante fotografía de Alan Gwizdowski.


En el departamento interpretativo hay que destacar lógicamente a Chris Sheffield (El corredor del laberinto) ya que es su personaje el catalizador de la trama y quien sale creo que en todas las escenas de la película. Y remarco a Jim Cummings por ser el único personaje con sangre en las venas y porque tuve que mirar en medio de la película que no fuera el hijo o algo así de Jeffrey Combs, porque el tío es clavado.

Una película de ciencia ficción oscura y recomendable para la audiencia muy aficionada a este género. Personalmente recomiendo The Endless (El infinito, 2017) como un buen ejemplo de que se podría haber hecho mejor.

Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW

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