Los Nuevos Mutantes review


Dani Moonstar es apartada de la reserva Cheyenne en la que vivía junto a su padre tras el devastador ataque de una gigantesca bestia sobrenatural. Cuando despierta, se descubre recluida en un centro de contención para mutantes adolescentes que aún no controlan sus poderes y, según le informa su única supervisora, la doctora Reyes, son un potencial peligro para la sociedad. Aunque Dani desconoce todavía sus habilidades, allí conocerá y chocará con cuatro jóvenes mutantes, descubriendo un mundo lleno de posibilidades, pero también de terror, porque tras su llegada, los miedos de los que allí residen empiezan a cobrar vida.

Título original: The New Mutants

Año: 2020

Duración: 98 min.

País: Estados Unidos

Director: Josh Boone

Guion: Josh Boone, Knate Lee

Música: Mark Snow

Fotografía: Peter Deming

Reparto: Maisie Williams, Anya Taylor-Joy, Charlie Heaton, Alice Braga, Blu Hunt, Henry Zaga.



Mutantes al borde de un ataque de nervios.

Cinco fechas de estreno más tarde (la primera en abril de 2018), llega por fin a las salas la penúltima película de mutantes producida por Fox en asociación con Marvel (la última, X-Men: Fénix Oscura, se le adelantó un año). Ahora que Disney es propietaria de Fox, los mutantes, al igual que Los 4 Fantásticos, podrán irse integrando a fuego lento en el plan maestro de Kevin Feige para su Universo Cinemático Marvel. Lástima que a Los Nuevos Mutantes les haya tocado bailar con la más fea, y no sólo compartiendo fecha de estreno nada menos que con el Tenet de Christopher Nolan, sino porque a casi ningún aficionado le es ajeno el largo y tortuoso camino de esta cinta de superhéroes con alma de película de terror. Pases de prueba infructuosos, reshoots y, para colmo de males, una pandemia. Al final, lo que cuenta es que aquí la tenemos, con su atractivo reparto y atrevida propuesta. Pero ese afán por satisfacer a cualquier precio a ambos públicos la ha dejado a medio camino de ninguna parte.


Dani Moonstar es apartada de la reserva Cheyenne en la que vivía junto a su padre tras el devastador ataque de una gigantesca bestia sobrenatural. Cuando despierta, se descubre recluida en un centro de contención para mutantes adolescentes que aún no controlan sus poderes y, según le informa su única supervisora, la doctora Reyes, son un potencial peligro para la sociedad. Aunque Dani desconoce todavía sus habilidades, allí conocerá y chocará con cuatro jóvenes mutantes, descubriendo un mundo lleno de posibilidades, pero también de terror, porque tras su llegada, los miedos de los que allí residen empiezan a cobrar vida.

La cinta está inspirada vagamente en la celebrada Saga del Oso Místico (The Demon Bear), publicada en los años 80 a partir del número 18 de la colección original de Los Nuevos Mutantes, el primer spin-off de X-Men (La Patrulla-X en España) antes de convertirse en ese fenómeno superventas que acabó multiplicando como Gremlins sus colecciones satélite. Las innovadoras ilustraciones de Bill Sienkiewicz y los eficaces guiones del patriarca mutante, Chris Claremont, que elevó a las altares la fórmula original concebida por Stan Lee y Jack Kirby dos décadas antes, es homenajeada en su adaptación por Josh Boone y Knate Lee, autores del guión, que rinden pleitesía a la sana diversidad esgrimida en los cómics originales, y que es uno de los aciertos de la película, aunque con poco espacio, habida cuenta de sus exiguos 90 minutos de metraje, excluyendo créditos finales, unos que, por cierto, reproducen algo de ese inolvidable arte de Sienkiewicz.



Es evidente que su director, Josh Boone, fue fichado para el proyecto gracias a la angustia adolescente que retrataba en Bajo la Misma Estrella. Una que aquí hacen más creíble las dos actrices con más kilometraje: Maisie Williams, en la piel de Rahne Sinclair (Wolfsbane), y Anya Taylor-Joy, nada menos que Illyana Rasputin (Magik). No en vano son los dos personajes más desarrollados y mejor trasladados de la viñeta al fotograma. Eso sí, una vez más se impone el habitual caos cronológico del universo mutante de Fox (motivo de mofa hasta para Deadpool en una de las bromas más aplaudidas de su primera entrega), y las raíces de Illyana se pasan por alto, con lo feliz que eso hubiera hecho a tantos aficionados, así como su apuntada conexión argumental con Logan, que insiste nuevamente en la figura e influencia de un villano que ni Logan ni Los Nuevos Mutantes terminan por presentar.

Ese tortuoso camino hasta las salas parece haber dejado a Los Nuevos Mutantes reducida a su mínima expresión. Un armazón casi desnudo, un involuntario trasunto adolescente de Glass que, al menos, logra sostener un reparto que resultará muy atractivo a su audiencia, con una Anya Taylor-Joy que levantará pasiones con su Magik, que es todo lo peligrosa y sexy que demanda el personaje y sus fans. Y eso ya es mucho más de lo que logró el verano pasado Sophie Turner en X-Men: Fénix Oscura.

Firma: G.M.M.

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