Kakame: Vampire Clay Derivation review

Un escultor fracasado deja un maligno legado a través de sus huesos convertidos en polvo, que en contacto con el agua y, aún mejor, con la sangre, llegan a convertirse en Kakame, un monstruo con sed de venganza.

Título original: Chi o sû nendo

Año: 2019

Duración: 100 min.

País: Japón

Director: Sôichi Umezawa

Guion: Jun Kôyama, Sôichi Umezawa  

Música: Akiko Kawano, Kou Nakagawa

Fotografía: Shintarô Kuriyama, Chikashi Shimizu

Reparto: Asuka Kurosawa, Kanji Tsuda, Shinji Kasahara, Rorurari, Yane, Amiko.


Terror japonés a la vieja usanza.

Que las vísceras y otros fluidos corporales son bastantes asquerosos de ver fuera de su entorno y, por otra parte, tan fotogénicos en el mundo del terror lo sabemos todos. Los huesos, en cambio, no gozan de tanta popularidad, aunque Kakame: Vampire Clay Derivation se obstina en demostrarnos lo contrario. Nosotros nos lo creemos todo, por lo que al sentarnos en la butaca, tenemos que dar un gran margen de maniobra a una historia que puede que a alguno le siente como aquella prendas tres tallas más grandes.


Un escultor fracasado deja un maligno legado a través de sus huesos convertidos en polvo, que en contacto con el agua y, aún mejor, con la sangre, llegan a convertirse en Kakame, un monstruo con sed de venganza.

Estamos ante un film que es una secuela, lo que no impide que funcione perfectamente de manera independiente aunque al comenzar andemos algo perdidos. Pero tampoco pasa nada, la delirante trama hace que enseguida conectemos con lo que se nos está explicando. Otra cosa es que nos guste o no. Sin ser un battle royale, los integrantes del extenso elenco van cayendo como moscas de mil maneras diferentes, en un alarde de efectos especiales con la particularidad que son todos artesanales, con todo lo bueno y lo malo que eso comporta.

Ese aire de films de épocas pretéritas tiene su gracia, al menos nos da la oportunidad de sonreír sin estar rodada en ningún momento en tono de comedia. Estamos esperando la forma en la que la próxima muerte ocurrirá, en un ejercicio del más difícil todavía, llegando a unos extremos en que cuando finalizan las muertes, damos las gracias por no asistir a algo que hubiera llegado sin duda al ridículo.

Los monstruitos, formas, estatuas o como los queráis llamar son realmente toscos, siendo esto, por otra parte, uno de los alicientes del film. Si la tuviéramos que recomendar este sería uno de los motivos, y es que ver a un killer con una figura parecida a un muñeco que es la imagen corporativa de una marca de neumáticos, hace que soltemos alguna carcajada, cosa por otra parte bastante saludable.

Proveniente del departamento de make-up de innumerables films, Sôichi Umezawa ha dirigido dos largometrajes en los que los efectos de maquillaje llegan a ser protagonistas principales. En el que nos ocupa, son realmente admirables. Quizás tendría que explorar otros aspectos cinematográficos para acabar de redondear su incipiente carrera como director.


En las interpretaciones contamos con un extenso elenco encabezado por la veterana Asuka Kurosawa, siguiendo con Kanji Tsuda (ZatoichiLa Maldición), Shinji Kasahara y Amiko.

Para acabar comentar que Kakame: Vampire Clay Derivation es una cinta con la cual parece que viajemos al pasado. Aquel en el que el cine era un ejercicio artesanal. La cosa ha evolucionado bastante, pero de vez en cuando es de agradecer recordar como se hacía el cine de otros tiempos.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan