Driven review

Emerson trabaja de noche en un servicio de transporte. El turno ocurre con total normalidad y rutina hasta que se sube un hombre que le pide ir a diferentes lugares. Al poco ella descubrirá que su pasajero tiene una misión, y esa es cazar demonios.

Título original: Driven

Año: 2019

Duración: 90 min.

País: Estados Unidos

Director: Glenn Payne

Guion: Casey Dillard

Música: Matthew Steed

Fotografía: Michael Williams

Reparto: Casey Dillard, Richard Speight Jr., Jessica Harthcock, Glenn Payne, Andy Field, Bill Luckett, Leah Hudspeth, Jennifer Hamilton Collins


Buena idea, mala ejecución.

Esta película utiliza un recurso narrativo no totalmente original pero si muy poco explotado, todo lo que ocurre es en un mismo coche. Apartándonos del género me viene a la cabeza Locke (Steven Knight, 2013) o Wheelman (Jeremy Rush, 2017) en el que todo ocurría en un trayecto en coche en el primer caso y de una huida en el segundo. Aquí en cambio tenemos dos personajes con una misión y siempre dentro del coche o rodeándolo. Eso no es mala idea pero como vemos en este caso, has de tener un guion lo suficientemente sólido para mantener el interés, y no es el caso.


Emerson trabaja de noche en un servicio de transporte. El turno ocurre con total normalidad y rutina hasta que se sube un hombre que le pide ir a diferentes lugares. Al poco ella descubrirá que su pasajero tiene una misión, y esa es cazar demonios.

Con un principio que recuerda mucho a Collateral (Michael Mann, 2004), Driven se distancia de esta a la mínima oportunidad para contarnos, con mucha comedia negra, una historia de demonios y posesiones. El principal problema que le veo a esta película es que hay muchísimos ratos muertos, toda la cinta se apoya en la relación de dos extraños con una cruzada común, pero sus diálogos no son demasiado interesantes y a la tercera escena larga charlando mientras conducen ya empiezas a mirar la hora. Es una película con pocos medios y se nota a cada segundo, pero para contrarrestar eso necesitas unos diálogos potentes que aquí ni están ni se le esperan. Aun así, la película consigue ser divertida en ratos cortos, pero tienes la sensación de que se ha desperdiciado una buena idea.


Dirige Glenn Payne tras multitud de cortometrajes y algún largometraje (Earthrise, 2014), se nota que está totalmente maniatado por los pocos recursos de los que goza la película, pero aun así no se ve muy imaginativo en sus opciones, todo se soluciona hablando en el coche y las poquísimas escenas de acción se desarrollan con una torpeza notable. Además no ayuda la inexistente caracterización de los poseídos. Mencionar la pieza musical de Matthew Steed en la última parte del metraje, lástima que el resto de la película se la pase prácticamente en silencio. En el campo interpretativo el protagonismo se lo lleva Casey Dillinger (Starve) quien además firma el guion. Su interpretación es correcta pese a que no haya demasiado química con el otro personaje principal Richard Speight Jr. (Demonic Toys, A la Deriva).

Película que a ratos te entretendrá y otros tantos te aburrirá. La idea es correcta pero está mal aprovechada, para ser una comedia gamberra con demonios tenemos Evil Dead II (Sam Raimi, 1987) y que además también sale un coche.

Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW